Cerca de 82 mm es lo que ha llovido este año en Santiago tras el paso del invierno, según los datos de la Dirección Meteorológica de Chile. Y las altas temperaturas ya comienzan a llegar, por lo que la probabilidad de que caiga más agua es cada vez menor. En este contexto, entre las grandes afectadas figuran las municipalidades, debido a que administran extensas zonas de áreas verdes. La eficiencia en la forma de riego, menor uso de agua, rediseño de plazas e introducción de nuevas tecnologías, son parte de las iniciativas que están impulsando algunos gobiernos locales.

Uno de los primeros aspectos que podría comenzar a desaparecer es el protagonismo del pasto verde en la zona norte y centro del país. En su reemplazo asoman las especies vegetales acordes a lugares más secos, especialmente en el Gran Santiago.

Por ejemplo, la Municipalidad de Providencia impulsará medidas como el remplazo del pasto en los veredones, por especies que resistan sequías prolongadas y sistemas de riego automático que solo funcionen de noche y que tengan como fuente el agua del canal San Carlos. Además de impulsar la inyección de hidrogel en el césped para una absorción más eficiente en la irrigación. "Los efectos del cambio climático y la escasez hídrica nos tienen muy preocupados, por eso hemos iniciado una serie de medidas piloto para ahorrar agua, sin que la comuna pierda su esencia y sus espacios de áreas verdes", plantea la alcaldesa, Evelyn Matthei.

Un estudio realizado por el Observatorio de Ciudades UC hace 10 años, advertía que el 35% de la cobertura vegetal de jardines privados del área metropolitana de Santiago era césped, de alto consumo hídrico, y el 37% correspondía a árboles o arbustos, lo que demandaba cerca de 91 mil millones de litros de agua al año, equivalente a $54 mil millones en gasto de riego. "Si ello lo proyectamos a los más de 20 millones de m2 de áreas verdes públicas, que consumen más de 6,3 millones de litros al año, los municipios gastan casi $4.000 millones al año en riego, y se proyecta que al 2035 ese gasto se duplicará con la consolidación de más de 4 mil hectáreas adicionales de áreas verdes que requiere la capital para lograr estándares mínimos", plantea el decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Pablo Allard, que hace un llamado a la implementación de especies nativas y endémicas.

Por su parte, desde la Municipalidad de Las Condes -que acaba de ser decretada "zona de escasez" de agua por el Ministerio de Obras Públicas, junto a otras 13 comunas- comentan que la necesidad de gastar más recursos para el riego no es un tema que los afecte, ya que externalizan este servicio con una empresa contratista, quienes asumen la variación del consumo.

Sin embargo, desde el municipio dijeron mostrar preocupación por el tema y que se encuentran impulsando medidas como el diseño de las nuevas áreas verdes pensando en las condiciones del clima, la automatización, disminución de la frecuencia y el uso de nuevas tecnologías a la hora del riego; así como también el uso de gel retenedor de agua en el Parque Araucano. "Los pastos no estarán tan verdes, pero lo que nos interesa es salvaguardar la condición de estas áreas para que sobreviva sin poner en riesgo el consumo", detalla la jefa de parques y jardines de Las Condes, Carmen Gloria Oisel.

Desde la Fundación Mi Parque detallan que es clave planificar plazas con un nivel bajo de mantención y acorde a la realidad climática del lugar. "Hoy, geográficamente a zonas como Santiago no les corresponden las grandes explanadas de pasto, como en Bogotá o Londres, donde llueve frecuentemente. No quiere decir que aquí no se pueda poner verde, pero es otro tipo de verde", plantea la directora de investigación y desarrollo de Fundación Mi Parque, Trinidad Vidal, quien agrega además que hace falta posicionar este tema en la agenda pública.

La Municipalidad de Vitacura destaca haber incluido hace 15 años especies que consumen menos agua y que más de la mitad de sus áreas verdes tienen un sistema de riego optimizado y automatizado, que espera que sea del 70% de la forma en que se riega en esta comuna. Estas medidas le han permitido una disminución de 11% en el consumo de agua durante enero y agosto de este año. Mientras que el agua para regar el Parque Bicentenario -una de las áreas verdes más extensas y populares de la comuna- se extrae de las lagunas ubicadas dentro del mismo lugar. P