Pese a que en el último tiempo la creación de nuevas farmacias comunales se ha estancado, llegando a la fecha a 148 en todo el país (en octubre de 2017 eran 143), sus ventas han ido aumentando, mostrando lo que para algunos es una consolidación de una tendencia que surgió ante la necesidad de tener menores precios para medicamentos.

De acuerdo a un artículo publicado por La Tercera esta semana, las programaciones de adquisición de medicamentos que estos organismos hicieron para 2019 con la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), equivalente a $ 7.528 millones, un 123% más que lo adquirido este año, en que desembolsaron $ 3.676 millones.

Al respecto, se deben hacer algunas consideraciones. Primero, para evaluar si efectivamente es un área consolidada, se debe tener certeza de que no es una actividad deficitaria. Para ello, también se debe tener claro que, al momento de evaluar el desempeño financiero de estas "farmacias populares", se contemplen todos los costos asociados.

En ese sentido, es pertinente que se transparente la situación financiera de cada farmacia popular, para determinar si es que su existencia atenta contra el sector privado. De hecho, si es que operan con pérdidas, probablemente existan otras maneras más eficientes para lograr el mismo propósito.

Pero si operan con números azules, el tema de fondo es otro. ¿Qué pasa en el mercado de los remedios en Chile? Una fórmula que podría implicar un fuerte cambio en la estructura de precios es que ante estos antecedentes, los organismos pertinentes adopten medidas preventivas para que se liberalice la importación de medicamentos que ya han sido visados por los organismos de países desarrollados, y no esperar a que la entidad pública local los autorice.

Esto, además de realizar un análisis pormenorizado del mercado.