Reforma previsional: La Moneda logra mínimo de votos para idea de legislar, pero peligra el corazón del proyecto
Aunque la bancada Demócratas mantenía el suspenso, la ministra Jara ya contaba con una base de 79 legisladores para aprobar en general. Con ello, el gobierno evitaría un revés como el que sufrió con la reforma tributaria. El problema del Ejecutivo, sin embargo, es la fórmula para asegurar un fondo solidario de pensiones.
Una intensa jornada de reuniones formales y conversaciones en los pasillos de la Cámara de Diputados sostuvo este martes la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), en la víspera de la ronda de votaciones por la reforma previsional que se realizará este miércoles en la sala.
Para sacar adelante esta iniciativa, una de las más emblemáticas del programa del Presidente Gabriel Boric, el gobierno necesita un mínimo de 78 votos por tratarse de una norma de seguridad social que exige la mayoría absoluta de legisladores en ejercicio. En este caso, no sirve una mayoría circunstancial.
Sin embargo, ayer en la tarde, en el gobierno ya había más tranquilidad, luego de que la ministra Jara lograra asegurar un respaldo mínimo para aprobar la idea de legislar (también llamada votación en general) de la reforma de pensiones. Hasta el cierre de esta edición, el gobierno contaba con un piso de 79 diputados para aprobar exclusivamente en general.
El problema del Ejecutivo es que existe una alta probabilidad de que esa base no se traduzca en un apoyo a todo el articulado. De hecho, varios legisladores, que sí aprobarían la idea de legislar, advirtieron que no acompañarían la fórmula para distribuir el 6% de cotización adicional, a cargo del empleador. Este punto es considerado el corazón de la reforma que busca subir las pensiones. Incluso, la derecha -que pidió votación separada a un conjunto de artículos- podría contar con una mayoría para rechazar la asignación de recursos a un fondo solidario para las pensiones, también llamado fondo de reparto.
No obstante, el objetivo inicial de La Moneda era evitar a toda costa un revés como el que sufrió con la reforma tributaria, que en marzo del año pasado fue rechazada en su idea de legislar y hasta hoy no ha podido ser repuesta, debido a la restricción de un año que impone la Constitución.
En vista de la cerrada negativa de las bancadas de derecha, el Ejecutivo tuvo que remarcar los llamados a la disciplina de sus propias filas y apostar a la negociación con independientes o grupos no alineados, es decir, que no se declaran de oposición, pero que tampoco se identifican con la alianza gubernamental, como la DC, el Partido Demócratas o el Partido de la Gente (PDG).
El conteo
Hipotéticamente, el gobierno partía con una base de 67 legisladores.
La semana pasada, La Moneda ya había logrado sumar los cinco votos de la DC al acceder a modificar el corazón de la reforma. Para asegurar esos sufragios, la ministra Jara, acompañada del titular de Hacienda, Mario Marcel, anunció que patrocinarían la propuesta de la DC para dividir la cotización adicional en un 3% para cuentas individuales y en un 3% para un fondo solidario.
Este martes por la mañana, en tanto, se sumaron más diputados no alineados. Dos de los tres diputados del PDG, Karen Medina y Rubén Oyarzo, además de Andrés Jouannet, el único representante de Amarillos por Chile en la Cámara, anunciaron que aprobarían en la votación en general.
“Las pensiones hoy día son un problema, estamos abiertos a seguir dialogando. Vamos a apoyar la idea de legislar porque para eso estamos mandatados”, dijo Medina, acompañada de Oyarzo y Jouannet.
Con algunos de estos legisladores, la titular del Trabajo sostuvo conversaciones el lunes.
Si bien en el punto de prensa no estaba presente, el anuncio consideraba también el respaldo del independiente-PDG, Francisco Pulgar.
Con todos ellos (cinco DC, tres del grupo PDG-Independientes y un Amarillos), La Moneda se empinaba a los 76 votos.
En la sala de la Cámara, que este martes comenzó a debatir la reforma, el independiente Carlos Bianchi terminó con el suspenso y también anunció su voto a favor.
En la tarde, la ministra Jara se le vio conversando a solas con la diputada Mónica Arce (Partido Humanista), quien también accedió apoyar al menos la idea de legislar.
Y aunque ayer no usó la palabra, el independiente René Alinco declaró a La Tercera también apoyaría la reforma en su votación inicial, lo que le daba al gobierno ya una base de 79 legisladores.
Sin embargo, para no pasar sobresaltos por eventualidades y ausencias repentinas, la ministra del Trabajo almorzó con los seis diputados del grupo Demócratas-Independientes. Si bien en esta bancada hay algunos partidarios de aprobar la idea de legislar, hay otros que no están convencidos. Por lo tanto, tras la cita con Jara no hubo humo blanco. El nudo para dar su consentimiento era la fórmula que ofrecía el Ejecutivo para el seguro de longevidad.
A nombre de sus pares Jorge Saffirio, Erika Olivera, Miguel Ángel Calisto, Yovana Ahumada y Víctor Pino, la diputada Joanna Pérez (Demócratas) dijo que “tenemos toda la voluntad de tener mejores pensiones, pero no da lo mismo cómo llegamos allá... No existe hoy día ni voluntad ni nada de sacar un seguro longevidad que es universal, lo que se está ofreciendo... es una forma de jubilación distinta y que no corta la tabla de mortalidad”, explicó la legisladora, quien añadió que “nosotros mantenemos nuestra propuesta: 4.2% a cotización individual pura y 1,8% a ese seguro longevidad”.
Por su parte, Jara señaló que seguirán las conversaciones este miércoles antes de la votación. “(La reforma) está lejos del proyecto inicial que queríamos que se aprobara, pero entendemos que necesitamos llegar a un acuerdo... Nadie le va pegar un manotazo, un ‘tapón para adentro’, nadie le va a expropiar nada, y el Estado no se quiere hacer de ningún fondo”, dijo la ministra en la sala.
El debate también tuvo momentos tensos. Uno de ellos fue cuando el diputado de Evópoli, Jorge Guzmán, calificó como un trabajo de “maestro chasquilla”, propios de un “operador político”, los cambios que le han introducido Marcel y Jara a la reforma para agradar a distintos grupos políticos.
En el mismo hemiciclo, el titular de Hacienda respondió con tono severo. “Un diputado que intervino utilizó varios términos como improvisación, maestro chasquilla, operador político, para calificar el hecho de que, como ministro de Hacienda, junto con la ministra Jara, hayamos tenido en el curso de la discusión de este proyecto la disposición a incorporar ideas, observaciones, preocupaciones... Quisiera decirle a ese diputado que afile el lápiz para que alargue la lista, porque vamos a seguir en la misma dirección. Vamos a mantener la voluntad y la flexibilidad para que podamos sacar adelante la reforma previsional”, señaló Marcel.
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