El gobierno comenzó nuevamente el camino para impulsar el proyecto de ley de impuesto a la renta. De lo que ya se conoce es que esta iniciativa tiene que ser fiscalmente neutral y, por ello, la idea es mejorar el sistema actual generando mayores incentivos para la inversión.
En una reunión que sostuvo este lunes el Ministerio de Hacienda con un grupo de representantes de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), entregó una primera propuesta de lo que se quiere incluir en esta iniciativa.
En concreto, para las grandes empresas se creará un nuevo esquema de tributación. Lo primero que mencionan es que las grandes empresas quedarán como régimen general en un sistema dual. Este sistema tendrá una tasa de impuesto de primera categoría de 25%, bajando del actual nivel de 27%.
Luego, se creará una nueva tasa de 16% para los propietarios contribuyentes de impuestos finales (rentas del capital), que será retenida al momento de realizar la distribución de dividendos. Esta aplicará solo cuando retiren los accionistas y no si el retiro se hace entre empresas socias.
Adicionalmente, las utilidades distribuidas por una empresa sujeta a este régimen quedarán gravadas por un nuevo impuesto a la primera distribución con una tasa de 4%, independiente de quien sea el destinatario de las utilidades retenidas al momento de la distribución.
De esta manera, la carga total sobre las utilidades generadas por las empresas en régimen general quedaría en 39,5%, en lugar del 44,5% actual, nuevo nivel que según Hacienda se ubicaría un poco por debajo de la mediana de la Ocde.
Alberto Cuevas, socio de Tax & Legal de KPMG, explica que este es un nuevo esquema para la tributación de las grandes empresas, ya que cambia la lógica de cómo funciona actualmente el sistema impositivo de las compañías de mayor tamaño.
Ahora bien, para las pequeñas y medianas empresas, Hacienda también dio cuenta de lo que tienen pensando realizar en el proyecto de ley.
En primer término, se creará un sistema denominado “transparente”. Las firmas que se acojan a este sistema gozarán de la exención del Impuesto de Primera Categoría y cualquiera podrá acceder, ya que se propone eliminar el requisito de que todos los socios sean personas naturales. En este caso, los dueños de las empresas serán quienes deban tributar en el sistema Global Complementario.
En caso de que las empresas no quieran acogerse a este régimen, deberán estar en el sistema integrado. Este tiene hoy una tasa de 12,5%, pero de acuerdo con lo transmitido por Hacienda a los gremios, deberá comenzar a subir gradualmente hasta llegar a una cifra que aún está en discusión.
Para las pymes, esa cifra debe ser menor al 25%, que es la tasa a la que deberían volver el próximo año.
Otro eje es la creación de la “Ruta del Emprendimiento”. Esto establece, en primer lugar, la creación de un monotributo que consiste en el pago de un monto fijo (inicialmente 1 UTM mensual) que sustituye el impuesto a la renta, el IVA y las obligaciones previsionales. Esto tendría un límite para pymes con ventas de hasta 1.800 UF en el primer año, y de 2.400 UF para el segundo año. En este régimen solo podrán incorporarse quienes estén en primera categoría, quedando excluidas las actividades profesionales.