Una norma clave para la implementación de Basilea III fue la que ayer puso en consulta la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). La propuesta, que busca establecer la metodología para medir qué activos y cuánto computan para medir el capital exigible a los bancos, podría significar recursos importantes para los regulados.
Según el comunicado de la CMF, todas las exposiciones que cuenten con garantías hipotecarias -por ejemplo, los créditos hipotecarios para la vivienda-, tienen un tratamiento distinto de aquellas exposiciones no garantizadas por una hipoteca, independiente del tipo de cartera.
Para la industria el tema es clave, pues para ella la normativa debería adecuarse lo más posible a Basilea III, es decir, si en Chile la cartera comercial de pyme pondera 100%, ésta debería bajar a 75%, en tanto el crédito de consumo, que también pondera 100%, debiera ser de sólo 75%.
En un análisis preliminar, algunos bancos plantean que llama la atención que la nueva normativa señale que el financiamiento de proyectos, en su etapa preoperativa, consuma un 130% del capital, en circunstancias que no es posible perder más de una vez una inversión pues no es un instrumento transable.
Según cálculos de la CMF, con datos a 2018, los APRC disminuirían un 23% en comparación a los calculados bajo la norma vigente, lo que equivaldría a un ahorro de US$ 4.500 millones en capital. "No obstante, dicha holgura sería compensada con la inclusión de los activos ponderados por riesgo de mercado y operacional", dice el regulador.
El nuevo marco permitirá, además, la utilización de metodologías internas, previo cumplimiento de requisitos mínimos. La norma en consulta también plantea la posibilidad de disminuir los APRC al considerar mitigadores de riesgo de crédito como, por ejemplo, los acuerdos de compensación, avales y fianzas, garantías financieras y compensación de balance.