Definitivamente Chile se transformó en un lugar atractivo para los inmigrantes. Si en 2006 la población extranjera era de 154.643 personas, lo que equivalía a 1% de la población, en 2015 los inmigrantes sumaron 465 mil, representando el 2,7% de los 17,5 millones de personas que habitan el país. En 2018, la cifra tuvo un crecimiento exponencial, ya que la última cifra actualizada reflejó que los inmigrantes en Chile totalizaron 1.251.225 personas.
Esta cifra representa el 6,6% de la población total de Chile y supera en un 67,6% el número de migrantes que registró el Censo 2017 (746.465 personas).
Junto con el récord de población inmigrante en Chile, el envío de remesas al exterior también anotó un récord el año pasado. De acuerdo a cifras del Banco Central, los egresos subieron 32% en 2018 totalizando US$1.519 millones. En un plazo de dos años, las remesas se duplicaron pasando de US$774 millones a los US$1.520 millones. Ahora sí se considera desde 2015, año en que comenzó la masiva llegada de inmigrantes, el incremento asciende a 129%.
Las cifras confirman que la principal razón por la que los extranjeros llegan al país es buscando oportunidades laborales y con ello un mejor bienestar para sus familiares que se deben quedar en sus países de origen.
Pablo Valenzuela, investigador de Espacio Público afirmó que "esto confirma que los inmigrantes son un aporte para nuestra economía, ya que estas remesas son apenas una parte de lo que generan con su trabajo. Este crecimiento nos habla de lo importante que se vuelven los extranjeros para la economía chilena, y además se confirma que Chile brinda oportunidades para el desarrollo de la población extranjera".
Otra mirada entregó el ex director del Departamento de Extranjería y Migración, Rodrigo Sandoval, quien sostuvo que "este crecimiento de las remesas en este período coincide tanto con un aumento de la población extranjera en Chile, como con una mayor precarización de las condiciones laborales en el país, razón por la que solo podemos atribuirlo a más migrantes, y no ver en ello algún indicio de recuperación de la actividad económica".
Para este año, las perspectivas apuntan a que se mantenga la misma dinámica, aunque las nuevas leyes y decretos administrativos podrían frenar la tendencia. En este escenario, Sandoval acotó que "soy más bien escéptico respecto a la proyección que se pueda hacer del atractivo que, hasta el momento, Chile ha tenido para la migración, especialmente regional".
Para Sandoval "una vez que se estabilice la situación en Venezuela, es esperable una moderación importante de los flujos inmigratorios, lo que puede significar desafíos relevantes para las necesidades de fuerza laboral que la economía va a seguir demandando".