La Ley de Eficiencia Energética -que en estos momentos se encuentra en primer trámite constitucional en el Senado- no sólo contempla metas relacionadas con la gran industria y la construcción, sino que también está fuertemente identificada con el potenciamiento de los autos eléctricos y la regulación de aquellos vehículos que usan combustible fósil.

A grandes rasgos, la iniciativa busca generar 7% de ahorro de energía respecto al consumo final al 2035, lo que equivale a US$2.400 millones y US$3.484 millones al 2030 y 2035, respectivamente. Estas cifras se traducen en una reducción de emisiones de CO2 de 4,64 y 6,8 millones de toneladas para ambos años.

Es por este motivo que el Ministerio de Energía consideró como clave al sector automotor. Este representa alrededor de un tercio de las emisiones del país y se destaca por su popularidad entre la ciudadanía como medio de transporte.

Según la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), sólo en octubre se registraron 37 mil comercializaciones, lo que se traduce en un acumulado anual de 348 mil facturaciones.

Entre otros, el proyecto de ley entregará facultades a las carteras de Energía y Transportes para fijar estándares de eficiencia energética.

Esto, para el parque de vehículos nuevos. Además, generará un incentivo adicional a los automóviles eléctricos al poder contarlos hasta tres veces para efectos del cumplimiento del estándar, de manera de incentivar su importación por parte de las marcas.

Del mismo modo, el Ministerio de Transportes será quien estará a cargo de la fiscalización, mientras que las sanciones quedarán en manos de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).

Alberto Escobar, secretario ejecutivo de la Agrupación de Movilidad Eléctrica de Chile (Amech) y miembro del Automóvil Club, asegura que "Es muy importante que se esté trabajando sobre las emisiones de los vehículos que utilizan combustibles fósiles.

La única manera de darle espacio a los vehículos eléctricos, es que de alguna manera los más contaminantes comiencen a ser regulados y desaparecer de la escena de la movilidad".

El proyecto de ley también entregará facultades al Ministerio de Energía para normar la interoperabilidad del sistema de recarga de vehículos eléctricos, con el fin de facilitar el acceso y conexión de sus usuarios a esta red. Esto, con el objetivo de migrar hacia una infraestructura más homogénea y armónica, que asegure su libre acceso.

"Repaldamos completamente este tipo de medidas, pues la electromovilidad llegó para quedarse y necesita de una regulación. Es una tecnología disruptiva, por lo tanto no había mucha información y estamos construyendo la experiencia", asegura Escobar.

En esa misma línea, la Estrategia Nacional de Electromovilidad de las carteras de Energía, Transportes y Medio Ambiente se plantea como objetivo que el 40% de los vehículos particulares y un 100% del transporte público será eléctrico al 2050.

Diego Felices, director general de Nissan Chile, señala que restan "varios desafíos, pues por el tipo de tecnología que tienen, hoy los eléctricos son vehículos más costosos. Entonces, hasta que el precio de las baterías baje a niveles que les permita competir con los automóviles de combustión interna, el usuario va a tener que pagar un extra. Sin embargo, estos van a bajar".

Los proyectos que vienen

La Ley de Eficiencia Energética no es lo único que está en carpeta respecto a la instalación de la electromovilidad en el país, pues existe una serie de iniciativas que apuntan en ese sentido. Por ejemplo, un nuevo corredor y la llegada de nuevas unidades al transporte público.

En el marco del plan de Transporte del Tercer Milenio (TTM), se acaban de incorporar los primeros 100 buses eléctricos de un total de 200, al sistema de movilidad pública del país, lo que transformará a Santiago en la segunda ciudad del mundo con la mayor flota de este tipo, siendo sólo superada por las urbes de China.

"La otra mitad de la flota ya fue embarcada en China y arribará al país durante los primeros días de enero. Estos vehículos eléctricos contarán con elevado estándar de servicio, con aire acondicionado, puertos USB, conexión a internet, accesos inclusivos, mayores espacios para sillas de ruedas y cámaras de seguridad, entre otras cualidades", explica José Luis Domínguez, subsecretario de Transportes.

La idea del gobierno de implementar buses eléctricos no sólo tiene su foco en Santiago, pues también están pensando en otros sectores del país. "Ya iniciamos un trabajo de levantamiento de capacidades y condiciones en las diversas capitales regionales, con el objetivo de replicar este modelo", dice Domínguez.

Este proceso se llevará a cabo a través del programa "Renueva tu Micro", iniciativa a cargo del Ministerio de Transportes en conjunto con los gobiernos regionales, y que utiliza los fondos espejo del Transantiago.

"Este año se han destinado más de $11 mil millones en subsidios para renovar 502 buses a lo largo de la región. En el corto plazo, vamos a generar incentivos adicionales que apuntan a que la renovación de estos vehículos sea del tipo eléctrico", destaca Domínguez.