Es uno de los pilares de la agenda del gobierno en materia energética. La reforma de distribución eléctrica, que planea ingresar en los próximos meses el Ministerio de Energía, busca introducir cambios a un modelo que data de 1982 sin cambios relevantes. Todo, en medio de una de las mayores polémicas de los últimos años en esta industria: la instalación de medidores inteligentes.
El tema se viene discutiendo desde hace más de cinco años y, según diversos expertos consultados, es una de las grandes deudas pendientes de la regulación energética. Los ejes de esta reforma serían tres: liberar el negocio de comercialización (creando una figura que hoy no existe en la normativa), cambiar el modelo de empresa eficiente (que es como se determina la tarifa) y, finalmente, modificar la utilidad de las distribuidoras, fijada en 10% desde hace más de 37 años.
Sin embargo, dicho proyecto de ley ha tenido mayor relevancia luego de toda la polémica por medidores inteligentes, donde cercanos al gobierno señalaron que se le está dando más fuerza e impulso. La fecha para ingresarlo sigue manteniéndose como se había anunciado y será a fines de este año, pero podría adelantarse.
En Chile, el mercado de distribución opera como un monopolio regulado. Para tarificarlo se establece una empresa modelo, que no existe, es la más eficiente y se remunera a través del Valor Agregado de Distribución (VAD). Este indicador se modifica cada cuatro años e incluye la inversión y gestión de las energéticas.
Hace algunas semanas, la ministra de Energía, Susana Jiménez, ratificó el compromiso con modificar este punto, señalando que "el Ministerio de Energía está trabajando en un proyecto de ley que reforma el sector distribución eléctrica (…). En esta propuesta se revisarán elementos claves del proceso tarifario, como la rentabilidad de las empresas distribuidoras.
Reducir la rentabilidad
Entre distintos actores de la industria hay un consenso en la materia, señalando que la rentabilidad de las distribuidoras debe reducirse, especialmente después que se hiciera lo mismo para la transmisión del año 2016. Esto ya se hizo en el mercado de distribución de gas natural, sin mayores inconvenientes. Un actor de la industria planteó que la revisión de la rentabilidad debiera ser del 10% al 7%, ajustándose a niveles de retorno de activos más acordes a los tiempos que corren.
La gerenta general de la consultora Energética, María Isabel González, destacó que "la tasa de 10% sobre activos data de 1982, cuando la tasa de riesgo país, que mide justamente el riesgo de invertir, eran distintas y por tanto las empresas le exigían mayor rentabilidad a sus inversiones. Hay que tener presente que si la rentabilidad se mide sobre patrimonio ésta es aún mayor. Además, agregó que la rentabilidad es indudablemente alta y que debiera estar en torno al 6%", indicó.
Para el director ejecutivo de Electroconsultores, Francisco Aguirre, "hay correcciones urgentes que hacer a la normativa tarifaria. En todo caso, respecto a rentabilidades, más renta están perdiendo las empresas distribuidoras por la emigración de sus clientes al mercado libre, al punto tal, que definitivamente ya la mayoría del consumo es de clientes libres. Si bien con esta emigración las distribuidoras mantienen el ingreso por el peaje de distribución, pierden la sobrerrenta que obtenían con precios a clientes libres superiores al mercado de generación", señaló.
La pregunta que surge es si esto puede tener un efecto en la inversión, si es que la baja finalmente se materializa. Un asesor del Ministerio de Energía consultado por PULSO aseguró que si se concretara esta disminución, no debería tener efecto e la inversión y las empresas deberán asumir la baja en la tasa del negocio.
Por último, para González, en teoría no habría ningún efecto en la inversión, "porque las empresas de distribución tienen concesiones que las obligan a dar servicio con una calidad dada, sino la podrían perder. Cuando un parámetro como la rentabilidad ha pasado a ser evidentemente inconsistente con la realidad, y ello es conocido por la ciudadanía, es conveniente para todos, incluidas las empresas distribuidoras, que se corrija".
Ayer, en tanto, el exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dijo a T13 Radio que la rentabilidad del 10% fue fijada en tiempos en que el bono en UF del gobierno rentaba 7%, versus el 1,3% de hoy. "Entonces, ha habido una baja en las rentabilidades de tasas de interés en Chile que es salvaje", indicó, asegurando que esto es señal de que es posible revisar la rentabilidad de esta industria.