Renuncia presidente del central de Argentina ante nueva corrida cambiaria y sin el acuerdo firmado con el FMI
Luis Caputo dejará el Ministerio de Finanzas para reemplazas a Federico Sturzenegger. Ayer el dólar superó los 27 pesos en el país.
El jueves pasado Federico Sturzenegger le explicaba a los argentinos los detalles del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional como presidente del Banco Central de la República (BCRA). Una semana más tarde su carta de renuncia llegó a la Casa Rosada en respuesta a la segunda corrida cambiaria del año, haciendo reprobar rápidamente al gobierno de Mauricio Macri la estabilidad que le solicitó el FMI, pese a que el organismo todavía no firma el acuerdo de US$50.000 millones, que vota su directorio el próximo miércoles.
El escenario no es el ideal, por lo que el Ejecutivo decidió actuar rápido. En reemplazo de Sturzenegger, y de manera interina hasta ser confirmado por el Senado, llega Luis Caputo, quien hasta ayer se desempeñaba como ministro de Finanzas. Dicha secretaría ahora vuelve a unirse con Hacienda, bajo la jefatura de Nicolás Dujovne.
El cambio de liderazgo del ente rector es el séptimo en diez años, mientras que en el mismo periodo se cuentan sólo tres presidentes del Banco Central de Chile.
"En los últimos meses diversos factores fueron deteriorando mi credibilidad como presidente del Banco Central, atributo clave para llevar adelante la coordinación de expectativas tan importante en la tarea que se me había encomendado", reconoció Sturzenegger en su carta de dimisión.
Su análisis se condice con los recientes movimientos del mercado, que indiferente a las acciones del BCRA vio como ayer el peso argentino tocó un nuevo mínimo histórico, al registrar una caída que lo ubicó como la moneda más depreciada de la sesión.
Nueva corrida
Ya con varias bajas en los tableros, el martes el ente rector inyectó cerca de US$500 millones para contener la caída de la moneda, tras lo cual el tipo de cambio recuperó terreno. Pero las cosas comenzaron a cambiar el miércoles, cuando el central se enfrentaba a su primera gran prueba post acuerdo con el FMI: un nuevo aumento de la tasa de interés de la Reserva Federal.
Aunque ese día el peso argentino cedió de manera acotada, ayer la historia fue distinta cuando las monedas emergentes se vieron presionadas a la baja por el avance del dólar multilateral, luego de los anuncios del Banco Central Europeo. Mario Draghi informó el jueves que terminará con su programa de compra de bonos en diciembre, reduciéndolo a la mitad a partir de octubre, y que se comenzará a subir la tasa de interés a mediados del próximo año.
En ese contexto, el peso argentino no resistió y al cierre de las operaciones se desplomó un 6,58%, cuando el dólar alcanzó en Buenos Aires un nuevo máximo histórico en los 27,98 pesos. En lo que va del año, la divisa acumula una depreciación de 32,23%
En esta aguda depreciación, que se da en el marco de la alta volatilidad que ha experimentado la divisa argentina durante los últimos meses, tiene un rol importante la intervención del BCRA, según señalan agentes del mercado local.
En vez de hacer el movimiento del tipo de cambio más previsible y calmar la volatilidad del mercado, el central "está incorporando mucho ruido con sus intervenciones erráticas, la cuales generan estos tremendos movimientos en el peso", dice un operador de un banco internacional. En esa línea, acota que "no queda clara la real intención cambiara, y es algo que el mercado percibe".
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