"La crisis griega ha acabado esta noche en Luxemburgo. Es un momento histórico para Grecia y para la eurozona", celebró el comisario europeo de Asuntos
Económicos, Pierre Moscovici, al concluir la reunión del eurogrupo donde se acordó para el 20 de agosto el término del rescate financiero de Grecia, el más grande de la historia, iniciado en 2010.
La crisis helénica, que tuvo al borde del abismo al euro, se logró sortear gracias a una ayuda cercana a los 400.000 millones de euros que recibió el país durante ocho años. Según lo pactado por los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, los préstamos concedidos a través del Fondo Europeo de Estabilidad
Financiera extenderán su madurez en 10 años hasta 2042, el reembolso comenzará en el año 2033, y no en 2023 que se pensó originalmente, en pagos que se prologarán hasta fines de siglo.
Además, Grecia contará con un colchón financiero de más de 20.000 millones de euros. Bajo todas esas condiciones, Bruselas espera que Atenas logre retornar a los mercados y colocar deuda a 10 años, opción que perdió en 2010.
"El acuerdo del eurogrupo allana el camino para la conclusión exitosa del programa y un nuevo capítulo para el país", señaló Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. "Rindo homenaje al pueblo griego por su capacidad de recuperación y su compromiso europeo. Sus esfuerzos no fueron en vano", agregó en Twitter.
En casa también celebraron. "Estamos cerca del momento de cosechar los frutos de años de sacrificios y esfuerzos difíciles", dijo el primer ministro griego Alexis Tsipras.
La debacle económica condujo a una caída acumulada de 38,3% en los ingresos de los hogares helénicos, el 45% de recorte de las pensiones y un desempleo en torno al 20%, que califica como el más alto de la región.
En ese marco, si bien Nicolás Veron, investigador senior del think tank europeo Bruegel, señala que estamos ante "el final de esta fase de crisis y definitivamente hay una normalización para Grecia", precisa a PULSO que "no se sabe con certeza cuánto durará" y que dependerá del ciclo económico de toda Europa.
"Soy cautelosamente optimista de que Grecia no necesitará nueva asistencia financiera en el futuro inmediato y que sus condiciones financieras volverán gradualmente a la normalidad", indicó Veron.