La vida es una paradoja que nos pone a prueba una y otra vez. La forma de honrar el privilegio de vivirla es asumir que todo es cambio. El inmenso impacto humano y económico del Covid-19 nos da oportunidades para aprender, innovar y transformarnos. Aprovechemos esta crisis no solo para reponer lo destruido, sino para salir fortalecidos.

En varias dimensiones, la ola aún nos está revolcando, pero en otras, ya vemos algo de la playa. Desde la mirada efectual, este es el momento preciso para usar todo lo que tenemos disponible para salir a flote y nadar conectados con nuestra identidad más profunda.

Varios autores afirman que estamos en un tiempo VICA, sigla militar que se usa en el ámbito de la estrategia. Volátil, incierto, complejo y ambiguo serían los adjetivos para describir los retos que estamos viviendo como humanidad. No hay fórmulas mágicas, pero en este camino la resiliencia y la innovación tienen un lugar privilegiado.

Etimológicamente resiliencia viene del latín resilio que significa “volver atrás, volver de un salto, rebotar”. O sea, la amenaza que sentimos se transforma en un impulso saltar. Sin ese apremio no saltaríamos tan fuerte porque la resiliencia emerge solo en condiciones de contacto con el dolor. En psicología, la resiliencia se define como la capacidad para salir fortalecido en condiciones adversas.

En las organizaciones (y en tantos otros espacios) esta contingencia puede ser una fuerza propulsora. Los innovadores que practican Effectuation nos demuestran que podemos actuar con la multiplicidad de recursos disponibles en nuestro ámbito inmediato y junto a aquellos que podamos acceder si nos atrevemos a preguntar y “a pedir sin engaño”. Existen múltiples formas de hacerlo, recordemos a Steve Jobs, quien hizo un arte el “ask”. El aprovechamiento de los medios locales nos proporciona un margen de acción que marca diferencias radicales.

Estamos hablando de innovación y de dejarla jugar un rol relevante desde la alta dirección. Con los medios disponibles que tiene la empresa, se deben catalizar conexiones inesperadas entre ideas, personas, organizaciones y stakeholders. Esto implica abrirse al cambio que exigen estas interacciones “fuera de la caja” y decidir en función de la “pérdida aceptable” y así -paradojalmente- mantener el control en medio de la incertidumbre. Si nos guiamos solo por el retorno esperado, inevitablemente seremos conservadores y lentos. Tomemos decisiones a corto plazo que, de ser necesario, podremos revertir.

Solo un diseño descomponible, flexible y versátil facilita que la organización se adapte, cree soluciones y renazca. Si la resiliencia nos da el impulso para saltar, la innovación efectual nos da los métodos para co-crear lo nuevo. Juntos podemos.

-El autor es CEO de Proteus Management & Governance