Chile está ad portas de un nuevo retiro de fondos de las AFP. La Cámara de Diputados aprobó el martes el proyecto y, a la luz de las declaraciones de parlamentarios oficialistas, todo parece indicar que el Senado ratificará esa aprobación.
El tema ha sido visto por algunos analistas como un enfrentamiento entre el poder Ejecutivo y el Legislativo, y también como un quiebre nunca antes visto entre el mundo de la política y el de los técnicos.
La queja de los expertos es que en esta discusión sus advertencias han sido más bien ignoradas.
“A la gente le molesta que los tecnócratas tomen las decisiones. El problema es cuando los políticos tienen cero respeto por cosas técnicas, y al final sus decisiones hacen daño a lo que ellos mismos dicen”, dijo José de Gregorio en julio pasado, justo cuando se discutía el retiro del primer 10%.
“Si fueran alumno mío le pondría un uno”, dijo en esa oportunidad, el extitular del BC.
En la antesala de la votación, y más allá de la oposición del Ministerio de Hacienda, la visión de los técnicos no ha cambiado en nada: casi de manera trasversal concluyen que esto terminará siendo perjudicial.
“En comparación con la primera ronda de retiros, que se aprobó a principios de julio de este año, la segunda ronda no incluye limitaciones para los que hacen los retiros ni se aplica ningún impuesto a los retiros anticipados. Si bien esta iniciativa, si se aprueba, impulsará el consumo a corto plazo, tiene un costo elevado dado que las pensiones a largo plazo se verán gravemente dañadas”, advirtió esta mañana el banco de inversión suizo, Julius Baer.
La agencia Fitch, que recientemente recortó la nota de Chile, dijo a Pulso a mediados de octubre que la idea de más retiros de fondos de pensiones “han reducido la previsibilidad de la formulación de políticas de alta calidad de Chile y exacerbado el problema relacionado con las tasas de reemplazo de pensiones relativamente bajas, que fue una de las áreas clave de quejas públicas destacadas durante las protestas de 2019”. Sobre el primer retiro, no obstante, la agencia no manifestó demasiados reparos e incluso destacó su efecto en el consumo.
Al calor del debate, la OCDE fue un poco más explícita en su posición de rechazo a este segundo retiro.
“Desde aquí se ve con incredulidad, no se entiende por qué se hace”, dijo el economista principal y jefe de la unidad de pensiones privadas de la OCDE, Pablo Antolín, en entrevista con El Mercurio.
El Banco Central, probablemente la entidad técnica con mejor reputación del país, ayer también abordó las implicancias que tendrá para los chilenos este segundo retiro.
En el marco de la presentación del Informe de Estabilidad Financiera, Mario Marcel, señaló que los riesgos a largo plazo de la iniciativa no sólo tienen que ver con que se está consumiendo una parte del ahorro de los hogares, pues también es parte del ahorro doméstico, que financia la inversión, que determina la capacidad de crecimiento de la economía.
Asimismo, reiteró que la entidad no tendrá la misma capacidad para enfrentar los shocks que pueda generar en los mercados el segundo retiro, tal como lo hicieron con el primero y que dichas acciones se hicieron tomando en consideración que el primero sería una medida por una sola vez.
De este modo la liquidación que activos que tendrían que realizar las AFP generaría un impacto al alza en las tasas de interés.
Al respecto, BCI Estudios señaló en un informe que con esta iniciativa “se eleva propensión a observar mayores niveles de tasas nominales producto de nueva venta de estos activos por parte de AFPs ante propuesta de segundo retiro de fondos previsionales”.
Sin embargo, estimó que el impacto será menor al previsto en el primer retiro debido a la conformación del portafolio y nueva distribución de afiliados. “Con esto, estimamos una venta límite de US$4.800 millones en activos de renta fija local, entre bonos de Tesorería/Centrales y bonos bancarios”,dijo el informe.
Así pronostican que el impacto máximo sobre tasas de largo plazo sería cercano a 40 puntos base al alza, menores a los 60 puntos estimados en el primer retiro.
Saldo 0
De acuerdo a las estimaciones de Santander, un eventual segundo retiro de fondos de pensiones podría alcanzar a los US$16 mil millones, versus los US$17 mil millones que, según estiman, se habrían aprobado hasta fines de julio.
Eso, indicaron, implica que unos 1,5 millones de cotizantes quedaron con saldo cero en sus cuentas mientras que 1,1 millones registran un saldo inferior a $ 200.000.
“Estimamos que un eventual segundo retiro, que se está discutiendo actualmente en el Congreso, implicaría una reducción en los ahorros previsionales algo menor que en el primer caso, con un monto máximo en torno a US$ 16 mil millones. Un 13% de los cotizantes (1,5 millones de personas) no tiene saldo en sus cuentas, por lo que no podría hacer efectivo el segundo retiro”, afirmaron.
Asimismo, señalaron que un 21% adicional tiene menos de $1 millón ahorrado, por lo que de hacer uso de la facilidad podrían quedar también sin ahorros.