El economista chileno, profesor de la cátedra Ford del MIT, conoce de cerca a los galardonados y alaba sus logros.
¿Cómo reciben en el MIT este premio Nobel a dos de sus colaboradores?
-Muy felices. Pero la verdad es que los tres hicieron su trabajo en el MIT. Harvard trató de llevarse al grupo muchas veces, pero solo lo lograron con Michael (Kremer).
¿Cuál es el principal aporte de Duflo y Banerjee a la ciencia económica y en el tema de la pobreza propiamente tal?
-El gran aporte de ellos no es tanto a la ciencia económica fundacional, sino a técnicas de implementación de métodos empíricos de frontera en la evaluación de problemas de pobreza. Y dentro de esto, ellos han hecho un gran número de aplicaciones específicas a una gran diversidad de problemas en temas de pobreza. (Han trabajado) en el diseño de experimentos para evaluar la efectividad de las soluciones a estos problemas.
En ese sentido, ¿cuáles han sido los logros del centro J-PAL del MIT donde ellos desarrollan su trabajo?
-La contribución de ellos ha ido mucho más allá de diseñar técnicas de medición y sus propias evaluaciones. Han creado una enorme red mundial de investigadores que han aplicado sus técnicas en sus países y regiones.
De hecho, cuando yo fui chair (director) del departamento (de Economía del MIT) convencí a la familia Cueto (controladores de Latam Airlines) que ayudaran a fundar J-PAL Latinoamérica, que hoy está ubicado en el departamento de Economía de la PUC. La verdad no me costó nada convencerlos, fueron visionarios...
¿Qué le parece que Duflo sea apenas la segunda mujer premiada por el Nobel de Economía?
-Representa la demografía del mundo académico en economía. Esta ha cambiado mucho en las últimas décadas, pero el Nobel naturalmente refleja una historia antigua.