Ricardo Escobar fue director del Servicio de Impuestos Internos (SII) durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, y el año pasado participó del programa del candidato presidencial Sebastián Sichel en materias tributarias. Además, es socio del estudio Bofill Escobar Silva Abogados.
Su análisis es crítico sobre la reforma tributaria que quiere impulsar el gobierno y dado el escenario económico que se avecina, llama al Presidente Boric a repensar la reforma tributaria que busca recaudar 4 puntos del PIB, unos US$ 12 mil millones.
Este viernes el gobierno presentó las principales conclusiones que emanaron de los diálogos tributarios. ¿Cómo vio ese proceso de este trabajo?
-Es un gran avance que el gobierno se haya dado el tiempo suficiente para redactar lo que vaya a proponer, a diferencia de lo que vimos en la reforma de 2014. Eso da esperanza de que el trabajo que se presente sea de mejor calidad. Los diálogos siempre son útiles, porque permiten a las personas que son responsables de hacer el diseño, tener una perspectiva más amplia. Eso, naturalmente, depende de cuán dispuestos estén para escuchar los comentarios que reciben. Y que no sea solo un ejercicio cosmético. Espero que, dadas las circunstancias de la economía chilena, se tomen en serio algunas de las recomendaciones que se hicieron.
¿Cómo cuáles?
-Varias de las presentaciones se abocaron a las dudas que existen con respecto a la capacidad de recaudar lo que se propone. La prudencia aconsejaría que en el Ministerio de Hacienda no comprometa el gasto suponiendo que van a recaudar lo que querían recaudar. En las presentaciones, varias personas con experiencia dijeron que probablemente la recaudación será menor de la prevista en el programa. Y no se dará en los tiempos que se tiene previsto, por lo tanto, comprometer gastos sobre la base de que se va a obtener esa recaudación es cometer el mismo error que se cometió en la época de la Presidenta Michelle Bachelet.
¿Cómo se debería expresar, entonces, la proyección de recaudación en la reforma?
-Un primer tema tiene que ver con que si es prudente continuar con las reformas que habían anunciado en el programa, dado lo que está ocurriendo con la economía nacional e internacional. Es bien diferente plantear una reforma expansiva en un escenario de bonanza, de crecimiento, que en uno donde se anticipa una recesión mundial y una inflación bastante desbordada. Una reforma tributaria que busca recaudar una parte importante del PIB puede profundizar una recesión. Esa es una primera alarma a considerarse. Lo segundo, es que tienen que hacer bien los cálculos sobre lo que es razonable esperar. No se deben dejar llevar por optimismos de planillas Excel.
El gobierno ha argumentado que la batería de instrumentos que se está manejando es bastante más amplia que la de la reforma de Bachelet, y que eso permitirá la recaudación esperada. ¿Lo ve así?
-Soy escéptico. Evidentemente, si es que suben las tasas del impuesto especial a la minería pueden recaudar más, dado los márgenes que está teniendo hoy. Esa es probablemente el área en que se tiene mayor certeza y menos rango de error, pero explica solo una fracción de lo que se quiere recaudar, porque la parte más importante es a través de reducir la evasión y elusión. Mi experiencia en eso es que cuando vienen períodos de recesión, la evasión se dispara. En 2008, cuando fue la crisis subprime, veníamos de un año en que se logró la evasión más baja en la historia, pero al año siguiente estábamos en un 20%. El impacto que tuvo la recesión fue dramático en términos del aumento de la evasión, y no me imagino por qué será distinto en los próximos 12 a 18 meses con un proceso recesivo en curso. Si eso ocurre, que es altamente probable, entonces no se logrará la recaudación que se espera dentro de esta variable.
La meta del gobierno es recaudar cerca del 1,6% del PIB por menor evasión y elusión?
-Por la razón que mencioné, es bien poco probable que si viene una recesión pueda cumplirse esa meta, porque las recesiones aumentan la evasión.
El foco de esta reforma, según lo que han dicho las autoridades, estará en el impuesto a las personas, sin embargo, el gobierno ya cerró la puerta a ampliar la base tributaria, ¿es correcta esa decisión?
-Dado el escenario económico que se viene, es lo más recomendable, pero en un escenario normal, creo que es una mala decisión. Uno de los problemas que explica la baja recaudación del impuesto a las personas en Chile es que nuestra base tributable es a partir de rentas altas y son mayores en términos comparativos a las que se aplican en otros países. En otras partes se recauda desde niveles menores de renta y en todos los niveles de los ingresos de las personas. Pero desde el otro punto de vista, se debe considerar lo que el Estado entrega de vuelta, como lo es la educación y salud.
En ese punto, el gobierno ha dicho que subirá el impuesto a las personas de los tramos medios hacia arriba, desde unos $ 8 millones. ¿Va en la dirección adecuada?
-No les queda otra que subirles los impuestos a esas personas, probablemente no hay alternativas. Lo que dudo es que vaya a recaudar lo que ellos esperan. Habrá menos personas que ganen $ 8 millones y más durante los próximos años, como consecuencia de la crisis económica.
Al respecto, la autoridad ha señalado que el hecho de que se avance en la desintegración del sistema aumentará la recaudación por el ítem personas. ¿Es factible lograr el 1% que espera el Ejecutivo con esa fórmula?
-Nunca he entendido muy bien la argumentación que ellos han hecho desde que leí el programa hasta lo que he visto hasta ahora. Creo que se están confundiendo dos cosas distintas. La integración tiene que ver con dar un crédito contra el impuesto de las personas, por el gravamen que pagó la empresa. La desintegración significa que la persona no tendrá crédito. Lo que no se ha dicho es cómo se quiere tratar esas rentas, porque los países que tienen sistemas desintegrados, o aplican una renta exenta por los dividendos, o tienen una tasa especial baja respecto a las rentas que se distribuyen de dividendos. Pocos países tienen un impuesto equivalente al global complementario cuando la tasa de impuestos a la empresa es un 27%. Eso nos llevaría a tener la carga tributaria más alta de la tierra, con un impuesto final del 56,2%. Una tributación como esa es un desincentivo a la inversión brutal.
¿Ve un panorama económico más complejo para hacer esta reforma tributaria luego de lo que delineó el Banco Central?
-La suma de elementos para Chile es extremadamente oscura. Por un lado, tenemos una inflación desatada a nivel mundial y local, y seguirá así por un buen rato. Tendremos una caída de producción de alimentos que hará subir los precios a nivel global. Las tasas de interés seguirán altas, por lo cual caerá la inversión, y a eso le estamos agregando todo el proceso político, donde prácticamente se quiere reinventar Chile. Ese es un elemento propio que traerá incertidumbre por mucho tiempo. Tanto el contexto internacional como nacional indican que los próximos tres a cuatro años serán extremadamente difíciles, con un crecimiento bajo, y en ese escenario, poner una reforma tributaria que busque recaudar 4 puntos del PIB, no creo que vaya a rendir.
Entonces, ¿cuál podría ser el camino para sacar adelante una reforma como esta?
-La pregunta que se debe hacer el Presidente Boric, es si es responsable mantener las promesas del programa a toda costa, independiente de lo que está ocurriendo en la realidad. Cuando el piloto de un avión realiza una planificación de vuelo sobre la base de que estará despejado y que tendrá viento de cola, pero el día que debe pilotear el avión se entera de que lo que viene es un huracán, no me parece razonable que siga adelante como si no existiera ese hucarán, porque lo más probable es que terminemos todos metidos en un problema por culpa del piloto. Entonces, la pregunta que hay que hacerse, y que políticamente es difícil, porque probablemente si el Presidente se la hace y se la responde honestamente se encontrará con que tiene que explicarles a sus votantes que dado lo que está pasando, no es aconsejable seguir adelante con su programa tal como lo tenía planeado.
¿Hay voluntarismo en los cálculos de recaudación proyectada por el gobierno?
-Hay mucho voluntarismo en todo el programa y lo tributario es un ejemplo más.
“Sigo pensando que (...) es mucho más útil que el SII vaya detrás de los delitos tributarios a través de aplicación de multas”
El director del SII, Hernán Frigolett, dijo en entrevista con Pulso que bajo su administración la querella pasará a ser un instrumento que tendrá un aumento en su uso, alejándose de la política que aplicó Fernando Barraza, que era la llamada “doctrina Escobar”, por la posición que usted tuvo de que era más efectivo ir por el lado de las multas administrativas. ¿Qué le parece este giro que se quiere dar?
-Yo le deseo suerte, pero el problema no es el SII, sino que el Ministerio Público, porque los delitos tributarios no son prioridad para ellos, por lo tanto, le entregan una relativa poca atención, y cuando le prestan atención, no tienen suficiente conocimiento del tema. Antes y ahora sigo pensando lo mismo: desde el punto de vista de la efectividad, de los objetivos que tienen el SII, me parece que es mucho más útil que el SII vaya tras los contribuyentes que hayan incurrido en alguna falta o delito tributario a través de aplicación de multas importantes, como las que tenemos en Chile, que son del orden del 300%.
¿Para lograr el objetivo central del SII es más práctico seguir por la vía administrativa?
-Sí, se logran con un bajo costo de administración por parte del SII, en lugar de embarcarse en aventuras de derecho penal con baja probabilidad de éxito, porque ese éxito no depende del SII, sino que del Ministerio Público. Las estadísticas muestran que tienen una baja tasa de éxito. Entiendo el mensaje que quiere dar el director, pero creo que la experiencia jurídica indica una cosa distinta a la que le informaron al director.
¿Esta poca atención del Ministerio Público para estos casos se da por falta de interés o poco conocimiento de los temas tributarios?
-Es una mezcla de todas las anteriores, más sobrecarga de trabajo. Para que por un delito tributario se logre llevar a una persona a la cárcel, hay que pasar por un juicio oral largo y complejo. Los tipos penales están muy mal definidos en Chile. Las exigencias del derecho penal son muy difíciles de probar, entonces es mucho el desgaste que tiene que tener el SII en el proceso, sin tener el timón, porque en estos casos el servicio es quien lleva el café, ya que el conductor del caso es el Ministerio Público.
¿Lo que quiso dar Frigolett es más bien una señal política?
-Políticamente está bien, los pocos casos que ocurren con alguna connotación pública en materia tributaria tienen algún impacto en los cambios de conducta de los contribuyentes sinvergüenzas, pero no veo que eso vaya a ser un ejercicio útil en el sentido de esperar que vaya a ir gente a la cárcel, porque es bien difícil. En los casos penales, generalmente la multa es menor que si se optara por la vía administrativa. El SII, con menos esfuerzo, logra castigos eficaces.