Richard McGregor: “Las compañías privadas de China tienen cada vez más presencia del Partido Comunista”

Richard Mcgregor

El periodista australiano, autor del libro El Partido, afirma que “sería una locura” no hacer negocios con China. Pero sí hace una recomendación: “Tienes que saber cómo y con quién estás haciendo negocios para proteger tus propios intereses”, dice el exjefe de la oficina de Financial Times en Asia.


China es una superpotencia convencida de que el Estado debe tener un rol fundamental en la economía y que el poder del Partido Comunista debe prevalecer. Esa es la realidad con la que Chile debe lidiar si hace negocios con sus empresas, según Richard McGregor, autor del premiado libro El Partido: Los secretos de los líderes chinos. El periodista australiano, exjefe de las oficinas del Financial Times en Asia y Estados Unidos, plantea que es fundamental que las autoridades se preocupen de conocer en detalle el funcionamiento del gigante asiático, para así cuidar con propiedad los vínculos económicos que se establezcan con las compañías chinas, estatales o privadas, para que esa relación no implique que se ceda en soberanía.

¿Qué impulsa la creciente inversión de China en América Latina? ¿Es solo un asunto de negocios?

-Una gran parte de la inversión de China en América Latina obedece a la ambición de diversificación, para alejarse de Estados Unidos, en bienes agrícolas y minerales. Es también una diversificación para alejarse de Australia, que en su momento fue uno de los principales destinos de la inversión china.

La diversificación, por definición, es geopolítica. En ese sentido, el comportamiento que observamos es bastante natural. China no quiere depender de EE.UU. ni de sus aliados, por eso busca otros mercados.

Por otro lado, desde hace 15 años América Latina ha estado intentando ser un jugador en la esfera del mundo estadounidense. No quiere ser su patio trasero, lo que también explica en buena medida lo que ocurre con China.

China hace negocios con cualquier régimen político. ¿Lo distingue eso del estilo estadounidense?

-¿Realmente creen que a las compañías estadounidenses les importa el régimen político que tengan ustedes? Al gobierno de EE.UU. puede que le importe. Eso es lo primero. Por otra parte, cabe destacar que a China, en general, no le importa si eres una democracia o un Estado autoritario, pero sí están interesados en las definiciones políticas que se tengan. Su enfoque es distinto. Si tú cambias tu política respecto a Taiwán o el Mar Meridional de China, o si llegas a criticar el manejo que tuvieron del Covid-19, China sí va a estar interesada.

¿Cuál es la diferencia entonces?

-Estados Unidos es muy complejo y probablemente ha desplegado políticas imperialistas en América Latina. Pero dicho eso, China es una superpotencia como EE.UU. y las superpotencias esperan salirse con la suya, porque tienen la habilidad para hacerlo. La diferencia es que tú puedes ir a Washington y conseguir que gente te dé su apoyo, debatan tu caso, etcétera... No es tan fácil hacer eso en Beijing.

¿Qué tan particular es el vínculo de China con las empresas privadas de su país?

-Las empresas estatales chinas están bajo el control del Partido Comunista. No hay duda al respecto, aunque eso no signifique que no sean compañías capaces de tener ganancias.

La otra gran tendencia es que las compañías privadas de China tienen cada vez más presencia del Partido Comunista, con un comité. Una vez más, eso no implica que no sean compañías reales, de hecho son las más dinámicas en la economía china. Sin embargo, el Partido Comunista está cada vez más poniéndolas bajo su control.

¿Cuando llega inversión privada china a nuestro país debiéramos prever que trae consigo intereses políticos de Beijing?

-Así es. Es básicamente China Inc. Eso es algo real. Pero no significa que no actúen como entidades comerciales. Pero en última instancia están respondiendo al Partido Comunista. Es así como funciona el sistema.

La reciente pelea entre el gobierno de China y Jack Ma es reflejo de eso. Ma criticó al gobierno y una semana más tarde se cae la apertura a bolsa de Ant Group. Si el gerente general de General Electric critica al gobierno de Estados Unidos, no ocurriría lo mismo.

El gobierno chino es muy poderoso y lo cierto es que ellos son muy abiertos al respecto. Dicen que el país necesita un Estado fuerte. Nada de esto es un secreto y ellos creen que el sistema bajo el que operan funciona y, por el momento, parecen tener la razón.

¿Si se le consulta a una empresa china dirán abiertamente que cuentan con un comité del Partido Comunista?

-Sí y no. Se está volviendo una manera de funcionar con esto en secreto. Pero la gran fotografía y sus intenciones no son secretas.

¿Cuáles son sus intenciones?

-China quiere ser el país más poderoso en Asia y, desde mi punto de vista, eso es algo perfectamente esperable. Por supuesto que lo quieren. Ellos quieren estar a la par de EE.UU. como potencial mundial. También quieren de vuelta a Taiwán, el Mar Meridional de China. Ellos quieren que se mantenga en el poder el Partido Comunista.

¿Cree que estas particularidades chinas las conocen autoridades de países como Chile?

-No conozco a Chile en particular, pero en términos generales creo que las autoridades de otros países tienen una idea muy vaga respecto de cómo funciona China. Pero no estoy aquí para decir que no hay que hacer negocios con China. Eso sería una locura. Pero tienes que saber cómo y con quién estás haciendo negocios para proteger tus propios intereses.

¿Incluso cuando se trata del 5G?

-No confiaría en Huawei para darle la habilidad a que China controle sus sistemas de telecomunicaciones. ¿Confiaría en EE.UU.? Tampoco. En esto, como en todo, la soberanía de Chile tiene que estar primero, para ello es relevante preocuparse de la parte técnica, de comprenderla. La economía entera dependerá de este sistema, así que tienes que ser muy cuidadoso al respecto.

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