“Chile no resiste otra polarización”, repite Richard von Appen. En mayo de 2021, el presidente de Ultramar asumió la presidencia de Sofofa. Le tocó abordar parte de la peor pandemia sanitaria de la historia y el fallido primer proceso constitucional. “Creo que este año ha ido de menos a más”, dice frente a 2022. La situación económica y la baja inversión aparecen como los retos de 2023, en un año que, estima, será peor que el actual. El principal riesgo -a su juicio- es la inestabilidad política. Insiste que en el proceso constituyente la forma en que se avance es clave. Hoy estima que hay apertura a más diálogo y consenso... “Eso es bueno, pero todavía frágil, porque hay muchos temas ideológicos que si la discusión se centra en ellos, hay un riesgo de que volvamos a polarizarnos”.
Von Appen dejará la presidencia de Sofofa en mayo de 2023. No puede ir a la reelección por un segundo período, ya que su plazo como consejero vence en esa misma fecha, y se alejará así de la actividad gremial. Podría haber continuado, pero optó por no postular a la CPC. “He tratado de hacer bien mi trabajo como presidente de Sofofa y quiero estar focalizado en eso hasta el último día”, explica. Ahora colaborará desde otras instancias.
Un nuevo mandamás de los fabriles llegará a dirigirlos en cinco meses más. Será él o ella quien deba abordar buena parte del 2023. “Es importante que tenga un profundo conocimiento de la actividad empresarial, de cómo funcionamos”, recomienda Von Appen respecto del perfil de su sucesor.
¿Cómo cierra Chile el 2022?
Creo que este año ha ido de menos a más. Veo que lentamente se está en una etapa de mayores consensos. Y la verdad que no dejo de tener esperanza en el 2023, a pesar de todas las dificultades que vamos a enfrentar: la número uno es que volvamos a tener la amistad cívica que tanto necesita Chile para volver a conversar y confiar. Y enfrentar las urgencias que tiene hoy día la ciudadanía, como la delincuencia. Lo he dicho varias veces, sin un apoyo ciudadano masivo a la institucionalidad y al rol que cumplen nuestras policías y también nuestra justicia, no lo vamos a resolver.
¿Cuáles son las dificultades que ve para 2023?
Son varias, pero en lo que a nosotros nos atañe es obviamente la situación económica. La inflación ha tenido un efecto enorme en el ingreso real de las familias. Y lo que tenemos que revertir es la falta de inversión y para que vuelva a reactivarse la inversión es muy importante dar certidumbre y creo que el paso de anteayer (el nuevo acuerdo constitucional) fue bien relevante. Y acá importa el proceso y también al resultado final, las dos cosas. Es muy importante que el proceso se haga con este sentido país. Y espero que esto nos lleve a discutir también cuál es el sueño que tenemos para nuestro país para los próximos 20-30-40 años.
¿La principal certidumbre para la inversión pasa por resolver el tema constitucional?
Es uno de los más relevantes. El otro es el tema que hay que acelerar muchos permisos, especialmente con autoridades regionales, que además no están coordinadas, y este tema ya lo tomó el gobierno, está viendo cómo poder tener un ente que pueda coordinar mejor las distintas instancias, para finalmente dar los permisos que corresponden para proyectos especialmente en torno a la minería, la energía, etcétera.
Además, es muy importante el compromiso de un Chile abierto al mundo, porque nuestras grandes oportunidades están relacionadas con comercio exterior, por eso es una muy buena noticia (el acuerdo con) la Unión Europea y que ojalá se ratifique pronto el TPP11. Creo que esos son aspectos que le van a importar mucho a los inversionistas.
¿Ve más inversiones en 2023 o todavía habrá una inversión muy en pausa?
Estamos haciendo todo lo posible y ayudando al gobierno. Hay interés de invertir en Chile. El problema es que todavía hay mucha incertidumbre sobre aspectos muy relevantes como son el rol de la iniciativa privada, el rol de la propiedad privada, hay temas bien relevantes en torno al agua, a las concesiones mineras, que son temas que venían muy complejos en el borrador anterior. Por eso es importante la forma, el proceso, porque la discusión tiene que finalmente mostrar cuál es la relevancia de la actividad empresarial respecto a poder aportar al desarrollo de la vida de las personas. Espero que haya un ambiente de grandes acuerdos que termine con un buen texto constitucional que salga con un amplio apoyo en el plebiscito de salida, y creo que así podemos revertir la situación, que puede haber una reactivación relevante respecto de la inversión, porque, como digo, interés de invertir en Chile, no solamente de empresarios locales, sino extranjeros, hay.
¿La Constitución, entonces, seguirá marcando la agenda del próximo año?
Es un tema muy relevante, porque es la ley principal que guía todo el resto. Hay otros aspectos que yo espero que también tengamos altura de miras como el hecho de que nuestro sistema político hay que revisarlo. Este fraccionamiento de partidos no permite llegar a acuerdos y la verdad es que el país necesita que el Congreso se ponga de acuerdo para poder sacar adelante reformas y poder impulsar y estar alineados con las demandas legítimas ciudadanas. Por ejemplo, dos grandes reformas que seguimos posponiendo y que tenemos que afrontar es la de la salud y educación. El país está todavía entrampado en esto y tenemos que resolverlo, tenemos que sentarnos y ver cómo todos podemos contribuir a entregar una educación de calidad y una salud pública de calidad.
¿Este proceso constitucional genera más garantías?
Está por verse, porque si vamos a volver con algo ideológico, polarizante respecto de las opiniones… nosotros siempre hemos tratado de ser prudentes, dar a conocer nuestra opinión y nuestro aporte, pero acá es muy importante cómo se realiza el proceso. ¿Cuál es el objetivo que nosotros tenemos? Tenemos que tener un texto que tenga más del 70% de aprobación, esa es la meta, y para eso tenemos que escuchar a las personas. Y lo otro, cómo elija el Congreso a los 24 expertos y expertas es muy relevante. Y también la elección del Consejo constitucional de los 50: es importante que sea gente diversa que represente bien a nuestra sociedad. Y para eso, los partidos políticos espero que estén a la altura. Aquí nadie va a poder pasar la aplanadora, tenemos que llegar a consenso y no nos podemos equivocar. Chile no resiste otro fracaso en este tema. Tenemos que ser exitosos.
¿Cómo debiera ser 2023 frente a 2022?
Creo que va a ser peor por lo económico, se retiraron los estímulos y con la baja inversión, esto va a tener un impacto, lamentablemente. La inversión está muy baja, hace muchos, muchos años que no tenemos un nivel de inversión tan bajo. La gente está esperando; se piensa en desarrollo inmobiliario y uno ve la señal de Plaza Egaña. Entonces, en vez de arriesgarme, me aguanto. Si los empresarios son como todos, si quieres cambiar el auto, lo postergas por si me quedo sin trabajo, etc. Los empresarios actúan igual. Si al final son los ahorros de uno.
¿Ve más desempleo?
Espero que no haya una caída de empleo muy relevante el 2023 a pesar que con los bajos niveles de inversión, lamentablemente creo que sí lo va a sentir. Pero el futuro no está escrito y depende de nosotros poder ir dando las señales. Y, como digo, el texto constitucional es muy relevante, pero las señales que dé el gobierno y el sistema político respecto al rol de la actividad empresarial es muy importante. Y para eso tenemos que sentarnos a conversar y seguir buscando espacios donde podamos debatir y ver dónde están nuestras oportunidades. Soy optimista, creo que nosotros vamos a poder lograr eso.
¿Cuál debe ser la señal para contener la caída en el empleo?
No solamente ir destrabando aquellos aspectos que están afectando la inversión, sino también un proyecto al que todavía no hemos podido abocarnos que tiene que ver con cómo fortalecer todo lo que es la economía digital. Y para eso tiene que haber buena conectividad en todo Chile, haber capacitación y tenemos que dar las oportunidades. Nosotros queremos ser parte de esto y creo que podemos ayudar.
¿Ha habido una mejora de la imagen del sector empresarial para ser un actor validado en los debates de 2023, como deslizaba el domingo Juan Sutil?
No lo puedo juzgar. Las encuestas dicen que eso ha mejorado. Pero más que las encuestas, algo que hemos estado muy preocupados en Sofofa es primero hacer bien nuestro trabajo. Y eso implica atender bien a los clientes, tener diálogo dentro de las empresas con los trabajadores y sindicatos. Tenemos que estar preocupados de nuestros proveedores, ser un buen vecino. Creo que ha habido mejoras importantes, pero todavía tenemos brechas relevantes que tenemos que resolver. Hoy día todavía nos encontramos con algunas situaciones que no están bien. Hay fuerzas de venta que su comisión variable es más del 50% de su sueldo. A esas personas las estamos poniendo en una situación muy complicada. Y cambiarlo es una responsabilidad nuestra.
Tenemos que volver a reconectarnos más con las personas que están alrededor de la actividad empresarial. Algunas veces hay desconocimiento; algunas veces hay prejuicios, como, por ejemplo, estamos desarrollando todo el concepto de ESG y sostenibilidad, esto es algo que tiene que estar en el corazón del desarrollo de la empresa. Tengo confianza de la capacidad de poder hacer estas transformaciones y espero que la ciudadanía note este cambio relevante y que con esto volvamos a tener un apoyo y que nos vean comprometidos con el desarrollo del país.
¿Cuánto tiempo toma ese cambio?
Si bien es una mejora continua, espero que dentro del 2023 veamos una mejora relevante respecto a esta sintonía y a esta preocupación por atender muy bien a las personas en los productos y servicios que entregamos.
¿Cuál es la reforma que más preocupa al empresariado de cara al 2023?
La que menos preocupa, a mí por lo menos, es la de pensiones, porque la gran reforma ya se realizó con la incorporación de la PGU: ahí se hizo una transformación muy relevante respecto a las pensiones de la gente con menores ingresos, eso era algo que como sociedad teníamos pendiente hace demasiado tiempo.
Pero la reforma tributaria como la habían presentado, tributa el ahorro, y el ahorro es la base de la inversión, y me parece contraproducente que, cuando el gobierno está preocupado de la inversión, la esté afectando. Cuando los empresarios no retiran sus utilidades, sino que la dejan dentro de la empresa, eso es una buena noticia para el país. Hoy día nos interesa que las empresas sigan invirtiendo. Y que ojalá no veamos la cantidad de retiros de dividendos que hemos visto. Y para eso, la reforma tiene que tomar en consideración ese aspecto.
Y respecto a la reforma laboral, tenemos que mejorar el balance entre la vida laboral y la vida privada, pero esto tiene que venir acompañado con medidas donde vayamos dando mejora en la productividad. Si no, esto va a tener un impacto en el mercado laboral.
¿Cuál es el principal riesgo de Chile para 2023?
El mayor riesgo es la inestabilidad política en el sentido de que es importante que el gobierno cuente con un apoyo relevante, y para eso es importante que vaya ajustando las reformas de acuerdo a lo que una mayoría espera. La verdad es que ese es el único gran riesgo, que volvamos a polarizarnos. Y por eso insisto tanto en la forma cómo se lleve este proceso. Todos tenemos una responsabilidad. Va a haber, obviamente, algunos que van a estar polarizados, pero la gran mayoría de la gente en Chile quiere paz, quiere que discutamos este tema institucionalmente, que lo resolvamos, que hablemos abiertamente. Y, además, que planteemos todos los temas.
¿Cómo se resuelve este riesgo?
El gobierno se ha dado cuenta que muchas de las ideas que tenían están chocando con la realidad, y muchas veces por desconocimiento, porque no nos conocemos. En el caso del empresariado, creo que el Presidente Boric tuvo la oportunidad de estar con muy pocos empresarios antes de ser Presidente, no nos conocía, y nosotros justamente por el problema de imagen que tenemos, también había toda una caricatura respecto de cómo somos y cómo nos comportamos. Y sin duda ha habido casos graves y delitos que nos han afectado, y que tienen que ser sancionados, pero tenemos que entender que Chile lo construimos entre todos. Tenemos que llegar a consensos. Y yo he visto al Presidente, especialmente en las últimas semanas, con una disposición abierta a escuchar. Se han ido incorporando más personas dentro del gobierno que vienen con más experiencia política. Y también noto a la centroderecha con una mayor disposición a llegar a acuerdos. Eso es bueno, pero todavía frágil, porque hay muchos temas ideológicos que si la discusión se centra en ellos, hay un riesgo de que volvamos a polarizarnos. Y Chile no resiste otra polarización.
¿A qué se refiere?
A que grupos radicales vayan a tomar nuevamente el camino violento. Y que ante la frustración, la ciudadanía se muestre apática.
Deja su cargo en mayo. ¿Cómo debiera ser su sucesor de cara a estos desafíos?
Creo que hay suficientes candidatos y candidatas dentro de la Sofofa que tienen la vocación, la preparación para poder asumir este cargo, así que yo tengo mucha confianza en que habrá muchos interesados en poder tomar esta labor. Diría que lo más importante es tener la capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos. Y es importante también que tenga un profundo conocimiento de la actividad empresarial, de cómo funcionamos, porque todavía tenemos una tarea pendiente relevante de cómo seguir mejorando e ir subiendo los estándares. Chile tiene muy buenos empresarios, pero nos falta cómo poder conectar mejor con los requerimientos que tiene la ciudadanía.
¿Dado eso, debiera ser un empresario o una empresaria la que asuma?
Es ideal porque, sin desmerecer a ejecutivos y ejecutivas, los empresarios tenemos una mirada de más largo plazo, porque obviamente esto está relacionado con un legado que tenemos y, bueno, al final nuestros ahorros están en las empresas. Y muchas veces son ahorros de generaciones que están trabajando ahí. Entonces, todas estas políticas tienen que tener esta mirada a largo plazo. Y creo que ahí tradicionalmente, cuando uno es empresario o empresaria, tiene una mirada algo distinta de alguien que es solamente ejecutivo.
¿Por qué no quiso ser presidente de la CPC?
Primero, porque tengo una responsabilidad y un compromiso con el Consejo para estar hasta mayo, entonces había un traslape que lo hacía muy complejo. Segundo, Ricardo Mewes es un muy buen candidato. Además, estoy muy contento de que Susana Jiménez vaya como vicepresidenta, no solamente es una gran profesional, sino que una gran persona, y muy comprometida con Chile. Así que creo que esa dupla va a poder aportar mucho en esta nueva etapa. Y cuando termine mi periodo tampoco voy a desaparecer: seguiré buscando espacios donde pueda colaborar, soy consejero del CEP (Centro de Estudios Públicos), así que puedo participar a través de eso. Tengo que también concentrarme en hacer bien mi trabajo profesional, que es algo que siempre ha estado dentro de mis prioridades, de ojalá ser un buen empresario. Y, bueno, cada día tiene su afán.
¿La resistencia de su familia pesó?
He tenido mucho apoyo de mi señora, porque ella también está muy comprometida con Chile. Y tenemos 8 niños, así que estamos preocupados por su futuro y, bueno, espero que algún día nos traigan unos nietos. Pero esto sin duda también tiene un costo familiar importante. Yo tengo todavía niños pequeños a los cuales tengo que dedicar tiempo. Pero la principal razón fue que he tratado de hacer bien mi trabajo como presidente de Sofofa, y quiero hasta el último día estar focalizado en eso.