Las finanzas públicas están teniendo una tendencia de ajustes luego del explosivo gasto público que hubo para hacer frente a la crisis económica que provocó el Covid 19. En 2022, habrá nuevamente cifras positivas en el balance efectivo y estructural, situación que para este último registro no se veía desde 2007, 15 años atrás.
Además, la deuda pública subirá menos de lo que se tenía contemplado. Si en el Informe de Finanzas Públicas del segundo trimestre se esperaba que este año la deuda como porcentaje del PIB se ubicará en 38%, ahora será 36%, mientras que para 2023 en lugar de situarse en 40,4% estará en 38,7%. Esto además tiene repercusiones de mediano plazo: si antes se proyectaba que la deuda escalaría hasta 43,1% hacia 2026, ahora llegará solo a 40,9% del PIB.
Pese a este mejor escenario fiscal, el deterioro del crecimiento mundial, la baja perspectiva para el PIB de Chile sumado a una política monetaria más restrictiva que están aplicando los principales países del mundo y el clima de incertidumbre política interna tienen al riesgo país en niveles máximos en 13 años.
El Credit Default Swap de Chile (CDS, un instrumento financiero que mide el riesgo de impagos) transado en dólares a cinco años plazo llegó a su mayor nivel desde el 2 de abril de 2009, en plena crisis subprime alcanzado los 178 puntos.
Si bien luego del triunfo del Rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre por una nueva Constitución, el riesgo país tuvo un descenso pasando de los 145 a un mínimo de 116 puntos alcanzado el 12 de septiembre, de allí en más comenzó una rápida escalada hasta cerrar en la jornada del viernes pasado en los 178 puntos, lo que se traduce en un alza de casi 53,1%.
Si hace unas semanas lo que predominaba era lo internacional, ahora para algunos analistas el escenario local está marcando también una mayor presencia.
Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, sostiene que “detrás del incremento en el premio por riesgo se identifican factores locales y externos”. Por interno, sostiene que “se reconoce una economía más vulnerable, dando cuenta de la incertidumbre política, que si bien se ha reducido sigue estando presente, mercado de capitales golpeado y un crecimiento de largo plazo que se ha reducido a cifras en torno a 2%”. Ahora, de los factores externos, menciona “mayores riesgos y condiciones financieras más estrechas afectando el costo de financiamiento externo”.
Mientras que para Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, “el alza de las tasas de los bonos a 10 años en Estados Unidos y el Reino Unido han generado mayor preocupación sobre la posibilidad de que más países puedan entrar en recesión en 2023, lo que ha elevado el riesgo para los países emergentes”. Y en el ámbito interno “hay creciente preocupación sobre la estabilidad de las finanzas públicas en un contexto de reformas radicales a los impuestos y la seguridad social”.
Carolina Molinare, economista del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP) pone de relieve los elementos externos. “Se ha visto un alza en los CDS de las economías emergentes, lo cual ha respondido a factores como la crisis del Covid 19, la guerra entre Rusia y Ucrania y la apreciación del dólar que castiga a las economías”. En lo más reciente, Molinare argumenta que “el alza responde principalmente al último dato de inflación de Estados Unidos, el cual genera una expectativa de una respuesta más agresiva frente a la inflación por parte de la Reserva Federal”.
Lo que viene
Hacia adelante los expertos afirman que la evolución del riesgo país, si bien depende en gran parte de lo externo, lo interno tendrá injerencia, ya que es el factor que puede manejar de maneras más directa.
“Del lado externo, los riesgos tienen sesgo negativo, por lo que no es descartable que el premio tenga un alza adicional. Eso dependerá de los próximos registros inflacionarios en Estados Unidos y de la evolución de los riesgos geopolíticos”, comenta Lehmann, quien agrega que en lo interno “será clave la forma en que enfrentamos los desafíos en materia constitucional y las reformas que están sobre la mesa. Si predomina una mirada constructiva, con perspectiva de largo plazo, cuidando la salud del mercado de capitales y apuntando a recuperar el crecimiento, podría verse una caída en el riesgo país”. En cambio, subraya que, “si el proceso es trabado, con nuevos arranques populistas podría generar alza”.