La minera global Rio Tinto Ltd confirmó este miércoles que está en discusiones para vender su participación en la segunda mina de cobre más grande del mundo al conglomerado estatal indonesio Inalum.

Las conversaciones de Inalum y la minera Freeport están en marcha, "incluyendo lo que respecta al precio", dijo Rio Tinto en un comunicado, en referencia a reportes que indicaban un posible valor de compra de US$3.500 millones.

Aún no se logra un trato y no hay "certeza de que se firmarán acuerdos vinculantes", agregó Rio Tinto. Los portavoces con sede en Yakarta de Inalum y Freeport se negaron a comentar sobre el tema.

La transacción, esperada por largo tiempo, se conoce en momentos en que Rio Tinto advierte sobre la nacionalización de los recursos y busca despojarse de activos que no cumplen con sus requisitos internos de rentabilidad.

Grasberg está controlada y operada por Freeport Indonesia (PTFI), una filial de la estadounidense Freeport-McMoRan Copper & Gold Inc. Rio Tinto tiene una empresa conjunta con Freeport por una participación de un 40% de la producción por encima de niveles específicos hasta el 2021, y 40% de toda la extracción después del 2021.

"Probablemente es una venta sensata - recaudas algo de capital, te libras de algunos temas de gestión", dijo Rohan Walsh, gerente de inversión en Karara Capital en Melbourne, uno de los inversores de Rio.

La compra de la participación de Rio por parte de Inalum formará parte de un acuerdo para que Indonesia asuma la propiedad de un 51% de Grasberg, en su lucha por recuperar el control de la mina, que necesita de una inversión significativa para avanzar a su próxima etapa subterránea.

Normas aprobadas el mes pasado exigen que la transacción se realice en 2019.

El aparente precio de US$3.500 millones por la participación de Rio Tinto "no es significativo" dado su tamaño y su balance relativamente saludable, dijo el analista de minería David Lennox de Fat Prophets en Sídney.

Las acciones de Freeport cayeron más de 14% a fines de abril después de que la minera reveló que estaba enfrentando onerosos reclamos ambientales de Indonesia relacionados con la gestión de los residuos mineros, o relaves, de Grasberg.