El miércoles los diputados de oposición que integran la Comisión de Constitución citaron en varias oportunidades algunos dichos del expresidente del Banco Central, Roberto Zahler, sobre los retiros de los fondos de pensiones y de los orígenes de la inflación que hoy tiene preocupado al Banco Central. Incluso la diputada Pamela Jiles le recomendó al presidente del BC, Mario Marcel, que se asesore por Zahler. En esa instancia Marcel señaló: “Los invito a consultarle a Roberto Zahler, que ha sido citado bastantes veces en esta reunión, pregúntenle qué piensa respecto de un cuarto retiro. Yo creo que no les va a decir nada muy distinto de lo que puede decir cualquier economista”.
Y el viernes en una entrevista a Emol TV, el propio economista aclaró sus dichos: “Siempre he sido contario a los retiros. Me parece que es una muy mala política”. No obstante, dijo que “el primer retiro se debió a que la política fiscal el año pasado fue también mala”. Pero enfatizó que es “contrario a los retiros”. Aclaró que “no conoce a la diputada Jiles. Nunca he hablado con ella. No me ha pedido información, ni tampoco he mandado. Además, no me gustó el tono que tuvo, en especial, al referirse al presidente del Banco Central, Mario Marcel.
Pero su análisis no se queda ahí, sino que profundiza en los últimos movimientos que hizo el instituto emisor en su política monetaria. Es que el alza de 75 puntos base que realizó el BC el martes y que dejó la tasa de interés en 1,5% sigue siendo materia de análisis de los economistas.
“Si uno mira las cifras de inflación hasta ahora, no las proyecciones, en mi opinión el BC minimizó o no consideró con la suficiente fuerza los factores externos de la inflación y sobredimensionó el exceso de gasto, que se suele relacionar con la política fiscal y los retiros”, indicó agregando que “si uno mira la inflación internacional, como el de los países de OCDE es 4,2%, la más alta desde 2008; la de Estados Unidos es de 5,4%; México 5,8% y en Brasil cercana al 10%. Es evidente que hay un efecto de la inflación internacional en un país tan abierto como lo es Chile”.
El economista detalló una serie de factores para argumentar por qué cree que no hubo una correcta ponderación de las presiones externas sobre los precios. Lo primero que mencionó es que el último registro muestra que la inflación no transable es de 3%, mientras que la transable es 6%. A ello se suma que el índice de precios externos que calcula el BC es 12%, la mayor de los últimos 10 años. El tipo de cambio real ha llegado a su nivel más alto en 10 años, desalineado de su nivel de equilibrio y mucho más alto de las veces que se ha intervenido. Por último, el BC ya ha acumulado US$12 mil millones desde que inició su política de compras de dólares en enero pasado (US$40 millones diarios) ese es el valor más alto de los últimos 10 años como porcentaje del PIB y el más alto en la historia de las reservar internacionales del BC.
“Hubiera sido una señal más adecuada el haber aumentado la tasa en 25 o 50 puntos base, pero simultáneamente haber dado una señal de que hay un tema asociado a la inflación internacional que propio BC puede colaborar o dejando de comprar los US$40 millones diario, o incluso diciendo que le preocupa el tipo de cambio tan alto y eso, por si solo, hubiera contribuido a una cosa más gradual y menos traumática respecto del impacto del aumento de la tasa en el resto de la economía”, menciona.
Presupuesto 2022
La trayectoria del gasto público es otra de las preocupaciones que tiene Roberto Zhaler. “Es insostenible la velocidad con que se está aumentando el gasto público. En términos de política macroeconomía es un desafío de corto plazo para el próximo gobierno y lo más importante es encausar la política fiscal. Si se lograra podría ayudar a que el BC no tenga que hacer una política extremadamente agresiva en materia de tasas”.
Pero el desafío no será fácil, dice y complementa su idea mencionando que “lo primero es que en 2022 tiene que haber un presupuesto con un crecimiento del gasto muy acotado. El último informe de la Dirección de Presupuestos plantea que para cumplir con la meta fiscal tendría que caer 20%. Esa es una cifra muy difícil políticamente”. Sin embargo, acota que “tiene que ser un crecimiento muy bajo, o nulo o con una pequeña caída”.