Rocketbot: la startup de pantalones largos
Luego de fracasar con su primera startup, un chileno y un argentino que se conocieron por internet apostaron a crear una empresa especializada en bots (procesos automáticos) y competir con gigantes a nivel mundial. En menos de dos años, tienen negocios en 15 países, oficinas en 5 y proyectan facturar US$4 millones en 2021. Además, están a meses de desembarcar en Europa y EEUU.
No cualquier startup se da el lujo de contratar a un CEO y menos si tienen apenas dos años de existencia como empresa y uno con clientes. Es que sus socios, el chileno Rafael Fuentes y el argentino David Cuello, prefieren dedicarse a lo suyo: el primero a las ventas y el segundo, a la tecnología.
Ambos se conocieron hace casi siete años por internet a través de Workana, un sitio web para trabajadores freelance, con énfasis en programadores. Rafael le encargó un proyecto a David y este, cuando venía a Chile a buscar el pago, aprovechaba de quedarse varios días en Santiago. Con el tiempo, comenzó a alojarse en el departamento de Rafael y así, ambos se hicieron amigos (y socios).
David se entusiasmó con Chile, con el aliciente de los problemas económicos en Argentina. El 2014 agarró camas y petacas y se instaló a este lado de la cordillera con su esposa y cuatro hijos.
Una de las primeras cosas que hicieron Rafael y David fue fundar su primera startup, Doonde, una plataforma de georreferenciación por la cual los clientes podían comprar en línea e ir a buscar su producto en una determinada tienda. “Era como una especie de Rappi pero donde cada persona pasaba a retirar”, dice Rafael. Ahí tuvieron sus primeras experiencias concretas con el desarrollo de bots (programa informático que efectúan automáticamente tareas repetitivas o procesos. También se les dice robots). Google les pidió que crearan uno para automatizar anuncios de AdWords (plataforma de publicidad de Google). Y poniéndose de inmediato pantalones largos crearon un bot de Inteligencia Artificial (IA).
“Pero comenzó a volverse complejo. Había cosas que no estaban definidas y cometimos muchos errores. El principal fue levantar capital. Estábamos más preocupados de eso que de vender. Fue un fracaso…” recuerda Rafael sin un dejo de tristeza.
Ambos socios tenían dos alternativas: seguir siendo emprendedores o emplearse. “David me dijo: tú eres bueno vendiendo y yo con la tecnología”. Semanas después abrieron una consultora de transformación digital. “Tuvimos varios proyectos de IA y Machine Learning entre otras cosas, pero muchas empresas nos pedían sistemas de automatización de precios. Y como ya habíamos tenido experiencia con Google en esa área, nos metimos a hacerlo”, cuenta el actual director comercial de Rocketbot.
Empezaron a trabajar con el desarrollo de bots principalmente en bancos y aseguradoras. A prueba y error. Hoy tienen más de 40 empresas de esa industria. “Nos dimos cuenta de que los robots fallaban porque los construíamos a puro código. Entonces hicimos un giro y desarrollamos una plataforma que pudiera manejar mejor esos bots dentro de las empresas. A nosotros y a los clientes les empezó a llamar la atención esta modalidad y su buen funcionamiento y control en la automatización de procesos”, indica Rafael.
En marzo de 2018 tenían la primera versión y en julio del mismo año tomaron la decisión de crear Rocketbot. En marzo de 2019 se enfocaron 100% a esta startup, dejando atrás la etapa de su consultora. Cuatro meses más tarde encontraron que la plataforma ya estaba madura y, con ya algunas ventas, salieron a buscar inversionistas. Manutara Ventures se puso con US$500 mil. A finales del año pasado estaban facturando US$200.000 con cerca de 30 clientes y contratando a un CEO.
Rocketbot se basa en una premisa simple, pero sofisticada: hacer de los bots “una mano de obra altamente calificada para tareas repetitivas, estructuras y digitales, aliviando así la carga de trabajadores que destinen sus horas a labores creativas y de mayor productividad”, según indican en esta startup.
Aparte del componente informático, una gran diferencia con otras compañías que hacen esto -según Rafael-, tiene que ver con el precio. “Hay tres gigantes en esta área en el mundo que valen millones de dólares y todos cobran una licencia por cada proceso (o bot). Con Rocketbot puedes tener varios procesos con una sola licencia anual, trabajando de manera paralela en la misma infraestructura”.
Y parece que eso ha sido clave en el “crecimiento explosivo”, como el mismo Rafael reconoce. A meses de comenzar ya tenían un partner en Perú. Hoy, aparte de ese país y Chile, tienen oficinas en México, Colombia y Costa Rica, además de 140 clientes en 15 países. Hace dos meses lograron el punto de equilibrio y para fin de año proyectan facturar sobre los US$500 mil con más de 190 clientes.
“En pandemia nuestros robots toman aún más importancia. Por ejemplo, permitieron la reestructuración de los pagos de créditos o tramitar a gran escala los beneficios estatales a pymes y personas desde bancos en Sudamérica”, indica el cofundador de Rocketbot.
Pero hay otra cosa que tiene contentos por estos días a Rafael y David (que está en Argentina durante la pandemia). Su startup acaba de ser seleccionada entre las 10 compañías más innovadoras en automatización robótica del mundo y Gartner la posicionó como la plataforma de RPA (Robotic Process Automation) con mejor nota y percepción entre usuarios en el orbe. “Ese es el primer paso para ser parte del Cuadrante Mágico de Gartner”, dice entusiasmado Rafael al teléfono.
Con esto en mano, Rocketbot espera levantar una ronda de US$2 millones en los próximos dos meses, facturar US$4 millones para 2021 y llegar a 500 empresas, además de abrir oficinas en Estados Unidos y España. Rafael ya está preparando las maletas para irse en octubre a levantar la operación en Europa. Mientras que David, se irá el próximo año para dirigir la región desde México.
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