El 12 de diciembre pasado, a menos de 2 años de haber vuelto a Teatinos 120 como director de Presupuestos, luego de haber sido coordinador macroeconómico del Ministerio de Hacienda en la primera administración de Sebastián Piñera, Rodrigo Cerda renunció al cargo, aduciendo razones personales. No obstante ello, hubo varias versiones que señalaron que uno de los factores relevantes en su decisión fue el cambio de rumbo del programa de gobierno y el camino mucho más expansivo que adoptó la política fiscal luego del estallido del 18 de octubre, y tras la llegada de Ignacio Briones como titular de Hacienda en reemplazo de Felipe Larraín. En esta, su primera entrevista desde que dejó el Ejecutivo, Cerda sostiene que el desgaste personal y familiar le pasó la cuenta y evita criticar las decisiones de gasto que se tomaron ante la crisis ciudadana. Aunque reconoce que “cambiaron los énfasis”, dice que “no hay frustración por eso”.
Ahora desde su condición de académico e investigador de la Universidad Católica -además de director de Codelco desde fines de enero-, donde comparte jornada entre la Facultad de Derecho y Clapes, analiza la difícil situación sanitaria y económica del país producto del coronavirus, justo en la semana en que se decretó la cuarentena total para el Gran Santiago. Afirma que ya la caída del PIB en 2020 se ve mucho más cerca de 4% y que no se puede descartar que el desempleo, en su nivel más alto del año, supere el 15%. Pese a ello, su mayor preocupación apunta a después de la pandemia, a cómo Chile enfrente el proceso constituyente y a cuánto sea capaz de recuperar el crecimiento de mediano plazo. Este último es el principal desafío del país, advierte.
¿Se equivocó el gobierno al decretar la cuarentena total de Santiago recién ahora, o antes era contraproducente?
-No soy experto en el tema, pero me da la impresión que se traía un buen manejo hasta hace unos días y ahora hemos tenido un aumento fuerte de contagios y fallecidos que justifica esta medida. Pero hay que entender que esta situación nos supera a todos, que no hay una bala de plata para enfrentar la pandemia y que estamos aprendiendo. No hay una estrategia obvia a seguir. Haber decretado antes esta cuarentena podría haber sido bastante complicado, porque hay gente que vive muy hacinada y que tampoco habría podido trabajar. Hay temas sociales y económicos que impiden tener tan largos confinamientos totales. Hay un equilibrio no fácil de llevar.
Hasta hace un par de semanas se hablaba de empezar a reabrir parte de la actividad, ¿ahora por cuánto tiempo se postergan esos intentos?
-Es muy difícil volver a lo que teníamos antes en términos de normalidad económica. Es posible que tengamos otros episodios como estos hacia adelante, de distinta magnitud, por lo que hay que asumir que la actividad económica va a ser bastante más intermitente, por lo menos hasta que tengamos una vacuna, lo que no se ve pronto. Eso significa que de aquí a muchos meses más vamos a estar con la actividad mucho más interrumpida y eso generará impactos.
¿Cuánto afectará a la economía esta intensificación de la pandemia y la cuarentena de Santiago?
-Hasta hace unos días, y tras conocerse la caída del Imacec de marzo, se preveía una baja más profunda en abril, de entre 6% y 8%, y luego algo similar en mayo. Pero ahora, dependiendo de si la cuarentena en la RM dura una o las dos últimas semanas de mayo, estimo una caída del Imacec que podría ir entre 10% y 15%.
¿Eso cambia también la visión de 2020?
-Efectivamente, considerando este confinamiento total y que el crecimiento del mundo será también peor al que esperábamos hace unas semanas, veo un escenario más cercano al más negativo que estimamos en Clapes UC ya en marzo, de una caída del PIB en torno a 4%.
¿Y qué pasará con el desempleo en ese contexto? En EE.UU. se habla de 20%.
-De acuerdo a valores históricos, esperaría para el país un peak de entre 13% y 15% pasado mediados de año, con un promedio entre 10% y 12% en 2020, en un contexto de un PIB que cae cerca de 4%. Sin embargo, esta crisis es bastante violenta y los modelos históricos pueden subestimar la situación. Por eso, no podemos descartar llegar a un peak de desempleo mayor de 15% este año y a un promedio más alto. En el corto plazo, tal vez no veamos aumentos tan altos de la desocupación, debido a la Ley de Protección al Empleo y al hecho de que las personas que pierdan su empleo no saldrán a buscar por estar en cuarentena, por lo que pasarán a ser inactivas durante abril-mayo. Pero después de eso, deberíamos empezar a ver el empinamiento en la curva de desempleo.
¿De cuánta gente estamos hablando?
-De las actuales 800 mil personas desempleadas, podríamos llegar a 1,3-1,5 millones de desempleados. Esto demuestra el drama que significará esta crisis.
Frente a esto, ¿es suficiente lo que está haciendo el gobierno con sus medidas?
-Aquí hay un esfuerzo fiscal muy, muy grande. Cuando se compara el actual paquete de ayuda es mucho mayor que los de 2008-2009 y 1998-1999.
Pero economistas de oposición han dicho que es menor al de 2008-2009.
-Eso es incorrecto, porque está mal hecha la comparación. Plantean que el cambio en el déficit fiscal fue mayor en esa ocasión. Eso puede ser así, pero resulta que ahora el gobierno ha estado poniendo muchos recursos que se anotan bajo la línea, es decir, que no se contabilizan para efecto del déficit fiscal. Ahí están las garantías del Fogape, la capitalización de BancoEstado y varios más. Además, hay que mirar cuánto está aumentando la deuda pública, que sube mucho más este año que en 2009, y además hay que considerar que el déficit fiscal de 8% del PIB será el más grande desde los años 70. Entonces, los números muestran que son incorrectas las críticas y que el actual paquete de ayuda fiscal es harto más grande que el de 2009 y de 1998.
¿Entonces usted no aumentaría los beneficios ahora como pide la oposición?
-No de momento. Si esta pandemia se alarga, habrá que extender los beneficios por más meses, lo que implicará que el paquete deba crecer. Por lo tanto, el gobierno debe guardar municiones para volver a actuar, si fuera necesario.
¿Hay de dónde sacar esos recursos si se debe ampliar el paquete a seis meses?
-A fines de marzo aún teníamos algo más de US$ 12.000 millones en el FEES y otros US$ 8.000 en los otros activos del Tesoro Público, a lo que hay que sumar lo que se está recolectando desde las cuentas corrientes -caja- de servicios y ministerios, y de ser necesario habrá que volver a reasignar gasto de otras partidas. Adicionalmente, de forma natural por las restricciones que impone la pandemia, habrá gasto público -básicamente de inversión- que no se podrá ejecutar y eso generará otro espacio.
¿Y endeudarse otro poco más, aprovechando el bajo costo, como plantean técnicos opositores?
-No estoy de acuerdo con eso. Teóricamente el Fisco podría hacerlo, pero todo este mayor endeudamiento habrá que pagarlo después y esa mochila ya es bastante pesada. La Dipres publicó el escenario fiscal de mediano plazo y lo que vemos ahí son holguras negativas, lo que significa que hacia adelante los gastos son mayores que los ingresos. Entonces, quienes abogan hoy por más deuda, plantearán subir la carga tributaria para generar ingresos para pagarla, pero no creo que esa fórmula funcione, porque es muy probable que el alza de nuevos impuestos provocará distorsiones y afectará al crecimiento. Frente a ello, el único camino real es propiciar un mayor crecimiento de la economía.
¿Y cree que ese crecimiento se pueda recuperar a partir de 2021?
-Yo veo que el país y la economía tienen por delante tres momentos. El primero es cruzar esta pandemia y lograr salir de ella. El segundo tiene que ver con el proceso constituyente. Somos un país democrático que tiene el derecho a discutir sus reglas, pero hay que estar conscientes que eso, sí o sí, genera incertidumbre (ver recuadro). Y el tercer momento apunta ya al crecimiento de largo plazo de la economía y qué hacer para impulsarlo. En lo inmediato, en el cuarto trimestre se debiera empezar a ver una recuperación, considerando además que tiene una muy baja base de comparación, que es el trimestre del estallido social. Ese será un rebote con bastante efecto estadístico que se repetiría en los trimestres siguientes, incluso hasta el tercero de 2021. Con eso el próximo año podríamos crecer entre 3,5% y 4%. Pero lo relevante acá es que luego del rebote económico de 2021, logremos una tasa de expansión más permanente. El grupo de expertos del PIB potencial acaba de bajar ese número a 1,8%, entonces el gran desafío de Chile en que una vez que salgamos de la pandemia volvamos a crecer de forma sostenida. Si no lo hacemos vamos a tener una serie de problemas.
¿Qué problemas?
-Entre otros, un descuadre en las cuentas fiscales, porque nos van a caer los ingresos permanentes, lo que no nos permitirá contar con recursos suficientes para las demandas crecientes de la población. Pero también debemos considerar que si queremos satisfacer todas las demandas de inmediato, no hay ninguna velocidad crucero que satisfaga tales demandas y esa fue parte importante de la discusión que tuvimos a partir del 18-O. Por eso me preocupa que la mochila de deuda con que salgamos de esta crisis no sea tan grande, porque para pagarla necesitaremos más crecimiento económico y ese crecimiento puede estar complicado por el debate constitucional. Ya para el tercer tiempo del que hablé, habrá que revisar temas regulatorios y también retomar la discusión tributaria de más largo alcance para disminuir distorsiones. Por ejemplo, tras los últimos cambios tributarios varios técnicos quedaron con la idea de que el impuesto a las empresas es demasiado alto, entonces tal vez habría que moderarlo y compensarlo con impuestos menos distorsionadores. Eso se debe revisar.P
Su renuncia a la Dipres: “Traía un desgaste personal y familiar importante”
¿Fue un golpe para usted que en el cambio de gabinete de fines de octubre saliera el exministro Larraín de Hacienda?
-Obviamente no era algo que esperara, pero el estallido de octubre fue enorme y para poder salir de eso el Presidente debía hacer los movimientos que necesitara. Ese cambio de gabinete permitió descomprimir el momento que se vivía, pero fue duro para todos.
¿Felipe Larraín cometió errores que incidieran en su salida?
-No creo que Felipe se haya equivocado en nada en particular, sino que estábamos tratando de llevar adelante el programa de gobierno y cambió la dirección a seguir. Y si cambia la dirección del barco, el Presidente tiene todo el derecho a cambiar a los tripulantes.
¿Por qué renunció a la Dirección de Presupuestos (Dipres) en diciembre?
-Todo lo acontecido tras el 18 de octubre fue muy desgastante profesionalmente y también muy duro familiarmente. A eso se sumó el que al llegar un ministro nuevo, él tiene derecho a formar su propio equipo y me pareció natural dejarle el espacio para que lo hiciera.
¿Tuvo diferencias con el ministro Briones?
-No, yo traté de ayudarlo lo más posible y la relación entre el ministro de Hacienda y el director de Presupuestos no siento que haya cambiado mucho porque el titular de la cartera fuera otro. El ministro Briones fue muy deferente conmigo.
Pero hay quienes dicen que usted no estaba de acuerdo y no quiso avalar la respuesta fiscal a las demandas tras el 18-O.
-No lo pondría así. Cambiaron los énfasis ante una situación muy extrema, que demandaba respuestas distintas, y punto. No hay frustración por eso. Uno es parte de un engranaje y está ahí para ayudar, pero traía un desgaste personal y familiar importante.
¿Cómo quedó su relación con el Presidente Piñera, no se dañó con su partida?
-No, para nada. Creo que él entendió. Yo mantengo una gran admiración y afecto por el Presidente. Y tenerlo a cargo del tema de la pandemia es ver al mejor Piñera en acción.
¿Mantiene contacto con el gobierno?
-Mantengo contacto con el director de Presupuestos, algo también con Cristián Larroulet y con el ministro Briones. Cuando me piden una opinión trato de ayudar en lo que pueda, porque este sigue siendo mi gobierno y lo voy a seguir apoyando.
¿Le interesaría volver a puestos de gobierno en un próximo período?
-No cierro la puerta, pero uno también puede ayudar desde otros lugares.P
“Debiéramos pensar en un estatuto especial para grandes inversiones hasta que tengamos una nueva Constitución”
¿El escenario pospandemia cómo conversa con el proceso constituyente que está pendiente?
-Ese es un punto muy importante, porque la discusión constitucional, lo queramos o no, al afectar las reglas del juego, va a generar incertidumbre y eso tranca la inversión. Entonces la pregunta es cómo logramos mantener altos niveles de inversión en los próximos años, si vamos a tener todo este debate. Ahí hay un tema esencial de certeza que debiéramos pensar. Cómo les podemos dar estabilidad en las reglas del juego a las grandes inversiones, de forma tal que se decidan a hacerse y no que queden en suspenso esperando qué va a pasar.
¿Y qué propone en ese sentido?
-Creo que debiéramos pensar en un estatuto especial para grandes inversiones que les asegure cierta estabilidad en las reglas del juego hasta que tengamos una nueva Constitución. Poder garantizar eso por un período razonable alentaría la inversión.
¿Qué reglas del juego se garantizarían ahí? ¿Sería una especie de DL 600?
-Algo similar al antiguo DL 600, pero tanto para empresas extranjeras como locales que realicen inversiones significativas que pueden necesitar años para madurar.
Este es el tipo de cosas que hay que empezar a planear ahora ya. El ministro Briones ha dicho que está pensando en un paquete de reactivación; ojalá que ese programa incorpore medidas de mediano plazo de este tipo, que tengan que ver con la inversión.
¿Cómo se afectaría este proceso si retorna la violencia?
-Es crucial que no volvamos a tener los estallidos de violencia que hubo tras el 18 de octubre. Si eso no es así, es muy difícil que nuestra economía vuelva a crecer y, si eso pasa, habrá muchas personas que verán comprometidos sus trabajos y sus ingresos. Ese es un lujo que no podemos darnos. Tenemos que llegar a consensos para discutir el tema constitucional en un clima de respeto, sin violencia y, también, ojalá, dando alguna señal en las reglas del juego que permita no paralizar la inversión.P