Rodrigo Gazitúa por quiebre en Nuevo Capital: “Jamás se me ocurrió que el grupo controlador me acusaría de estafa y administración desleal”
El exgerente general y socio del factoring asegura que la acción judicial presentada por el grupo controlador de la compañía "es absolutamente infundada y con acusaciones falsas. El único objetivo de esta querella es justificar los despidos de los gerentes y debilitar las demandas laborales que ellos presentaron en contra de Nuevo Capital".
En una guerra sin cuartel se volvió el conflicto entre los socios de Nuevo Capital. Esto, luego de que se conociera la querella criminal que presentó la empresa de factoring por los delitos de estafa y administración desleal en contra de Rodrigo Gazitúa, exgerente general y socio director de la empresa; Fernando Banda, exgerente de Administración; Felipe Santelices, exgerente legal, y Christopher Lathrop, exgerente de Recursos Humanos.
La acción judicial ocurrió el 29 de diciembre, luego de que Gazitúa presentara una acción penal en contra del abogado Sebastián Guerrero, director de Nuevo Capital, por el presunto delito de negociación incompatible.
En entrevista con La Tercera PM, Gazitúa -quien fundó la empresa hace siete años y el pasado 21 de diciembre se enteró por un llamado telefónico que ya no sería el gerente general- cuenta que la arremetida de Nuevo Capital en su contra responde a un plan que busca aplacar las demandas laborales que presentaron los exgerentes despedidos. También dice que aún no recibe su finiquito y tampoco información financiera, pese a ser socio. Asegura que una vez que venda su participación, que corresponde al 15% de la empresa -el 85% restante está en manos de los hermanos Carlos, Juan y Arturo Marinetti-, pretende incursionar en distintos proyectos familiares.
En la actualidad Nuevo Capital es una de las empresas de soluciones financieras de mayor crecimiento en el país y cuenta con una cartera de servicios integrales más allá del factoring, incluyendo leasing, crédito automotriz, seguros, mesa de dinero, negocios internacionales y, en 2019, corredora de bolsa de productos. Tiene 23 sucursales de Arica a Punta Arenas, más de 397 empleados y colaboradores, realizando durante 2020 -sólo en cuanto a factoring- operaciones por la suma de US$ 589 millones, con más de 84.000 facturas.
¿Cómo surgen las diferencias con sus socios en Nuevo Capital?
-El año pasado, cuando comenzó la cuarentena, tomé el control y empezaron a producirse los primeros problemas. Los primeros tres meses trabajamos desde la casa y era bastante complicado. Tomé el control de Nuevo Capital de manera muy fuerte, porque no había posibilidad de duda. Gracias a Dios pasamos la cuarentena. La pasamos bien, pero cuando volvimos a trabajar se empiezan a producir las diferencias. Mi plan de negocios era crecer en Latinoamérica, porque las oportunidades y condiciones de mercado apuntaban a ir para allá y el grupo controlador estaba con mucho miedo durante la pandemia. Me escuchaban, pero no tomaban ninguna decisión y la verdad es que siempre fue un poco así. El directorio nunca tuvo una fuerza importante sobre la administración. Frente a esta situación, ellos (la familia Marinetti) preferían achicarse y resguardarse. Yo prefería capear la ola, como siempre lo hice en las dificultades y en los éxitos, mientras ellos preferían arrancar hacia la playa. Tuvimos directorios muy álgidos, debo reconocer que tengo un carácter fuerte, y al final ellos decidieron tomar el control de la empresa.
¿Por qué decidió rechazar la oferta de compra que se le planteó?
-Ellos (la familia Marinetti) tomaron la decisión de tomar el control de la empresa en la parte administrativa y hacer que saliera de la gerencia general de un día para otro. Ellos dicen que renuncié, pero yo digo que no es así, que me despidieron y no he firmado ninguna carta de renuncia. Entramos a una suerte de acuerdo para vender mi participación y propuse un precio 25% más bajo que el precio de mercado, pero cuando llegamos a firmar este acuerdo, me encontré con la situación de que una parte se haría con pagos diferidos, no garantizándome esos pagos. Frente a eso, decidí no firmar y al no hacerlo, ellos se toman una revancha contra los ahora ex tres gerentes. Esto fue un día viernes y el día lunes a las 8:30 horas los despiden. Eran parte del equipo de doce gerentes que colaboraban conmigo en este proceso para sacar adelante a Nuevo Capital en la pandemia. Todos ellos fueron despedidos de una manera injustificada y poco digna, incluso dándoles menos de una hora para sacar sus cosas y retirarse. A los pocos días, presenté una querella en contra del abogado Sebastián Guerrero, que es director, por el presunto delito de negociación incompatible.
Hoy, a pocos días de finalizar marzo, me he enterado que, internamente, han comentado que ya se inició el proceso de compra de mis acciones, lo que no es efectivo. De hecho, y en vista de cómo se ha dado todo, lo más seguro es que se dirima en un arbitraje, pues no estoy dispuesto a vender en las condiciones que me están ofreciendo.
¿Cómo responde a la querella que presentó en su contra Nuevo Capital por los presuntos delitos de administración desleal y estafa?
-Es absolutamente infundada y con acusaciones falsas. El único objetivo de esta querella es justificar los despidos de los gerentes y debilitar las demandas laborales que ellos presentaron contra Nuevo Capital. Las demandas laborales son legítimas y es increíble cómo se prueba que el despido es falso e injustificado y por ende esta querella también. Nosotros tenemos todos los antecedentes correspondientes para amortiguar estas querellas.
¿Es efectivo que firmó el acta de directorio del 28 de diciembre, en el que reconoce que estableció un anexo de contrato a todo evento a gerentes, sin el conocimiento del directorio de Nuevo Capital?
-El 28 de diciembre se me citó a una reunión de directorio a las 10:30 horas con dos temas específicos: el nombramiento del nuevo gerente general y revocación y otorgamiento de nuevos poderes. A mí se me citó a esa hora y me entero de que el resto del directorio había sido citado media hora antes y que se había tratado el tema de la firma de los anexos de contrato, que por lo demás no tienen ninguna peculiaridad, porque son contratos que se firman en la mayoría de las instituciones financieras. Se hace una sola acta y efectivamente la firmo.
¿Cuál es la razón que entregó al directorio para fundamentar estos anexos de contrato?
-El año 2018 presenté y le informé al directorio, en dos a tres oportunidades, de la propuesta para los gerentes de estos anexos de contrato, buscando el apoyo de ellos. Originalmente, fue una idea que me la propuso Rodrigo López, que es director y pertenece al grupo controlador. Me comenta que es una forma de garantizar el esfuerzo y dedicación a la estructura gerencial bajo ciertas condiciones. Frente a esa situación, presenté ese proyecto y siempre me contestaban con evasivas. Este anexo era un contrato en el que, después de 10 años y ante un cambio de administración, estos gerentes podrían hacer efectivos estos contratos. Muchas empresas tienen este tipo de respaldo para su grupo gerencial.
Ante las evasivas, tomé la decisión de hacerlo, porque tenía las facultades para ello. Así y todo, se informó vía e-mail a uno de los directores y se le envía el anexo de contrato. Ellos estaban en pleno conocimiento de este tema. Además, el que es gerente general actualmente, Patricio Kelly, era una de las personas que tenía este anexo.
¿Cuál es hoy su relación contractual con Nuevo Capital?
-Dejé la gerencia general de un día para otro. Ellos pusieron como gerente general a Patricio Kelly, a quien yo había traído como mi brazo derecho. Ese es otro cuento, una decepción. Hoy no soy gerente general, soy director. Y en este rol, sólo he participado dos veces del directorio, en las cuales no he recibido ninguna información financiera de la empresa.
¿Cómo ha vivido el quiebre internamente? La empresa que fundó finalmente lo termina apartando.
-Nunca me imaginé una situación como ésta. Llevo 41 años en el sistema financiero. He estado en absorciones, liquidaciones, compras, etc... he pasado de todo. Pasé por la intervención de la banca del año 1982. Nunca viví una situación de cambio tan radical. Debo reconocer que mi carácter es fuerte, pero independientemente de eso, cuando manejas una institución financiera privada, como lo es un factoring, la toma de decisiones debe ser rápida y simultánea. Hoy estoy muy dolido. Jamás en mi vida se me ocurrió que el grupo controlador me acusaría de estafa y administración desleal. Este trato indigno y público me lleva a aclarar esta situación por este medio.
Entiendo que la empresa tuvo el año pasado un fondo interesado en adquirir el control. ¿En qué quedó ese proceso?
-No me puedo referir en detalle al tema, pues existen acuerdos de confidencialidad. Pero, como comenta, puedo señalar que efectivamente hubo una oferta, realizada por un fondo internacional, y que fue rechazada por los socios. No puedo comentar el motivo del rechazo, ni tampoco las condiciones.
¿Qué ha sabido de la clasificación de riesgo de Nuevo Capital?
-Si tuviera toda la información, que no la tengo porque no me la han entregado, podría comentar algo. No tengo el balance cerrado al 31 de diciembre, plan de negocios y presupuestos para este año. Tampoco tengo los balances de enero, febrero, ni la gestión del mes en curso. No me han dado ninguna información y tampoco se ha pagado dividendo entre diciembre y esta fecha.
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