A prácticamente un año desde su llegada como director del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Valdés debió encabezar su primera “Reuniones de Primavera”, que el organismo realiza en conjunto con el Banco Mundial en Washington DC.
En ese contexto, en una de las salas de conferencia del tercer piso del edificio número 1 del FMI, el exministro de Hacienda chileno entregó los detalles para la región contenidos en la última actualización del World Economic Outlook (WEO) publicado esta semana, y que estimó que Chile anotará un crecimiento del PIB de 2% este año, en el piso del rango de proyección del Banco Central, que es de entre 2% y 3%, y por debajo de la estimación del Ministerio de Hacienda, que ve un 2,5%.
En este contexto, consultado por Pulso La Tercera sobre las razones de tener una estimación más baja, el exministro de Hacienda señaló que “con respecto al tema de los pronósticos, aquí es importante siempre mirar la previsión como una fotografía que no es tan oportuna como otras, porque cerramos nuestra previsión tiempo antes”.
Hay que recordar que la última estimación del Banco Central fue realizada a inicios de abril, en el marco del Informe de Política Monetaria (Ipom).
Por lo tanto, Valdés agregó que “en particular en el caso de Chile, el pronóstico de 2% contra el 2,5% que las autoridades tienen hoy, no incluye las cifras del PIB de febrero que fueron más fuertes de lo esperado, por lo que tenemos claramente el riesgo de tener revisiones al alza”.
Delincuencia
Valdés también fue consultado por Pulso La Tercera respecto del impacto que el alza de la delincuencia y el crimen organizado en Chile puede tener sobre el crecimiento y la inversión de largo plazo. Esto, además, en el contexto de que el propio economista publicó el pasado octubre un estudio en el que da cuenta de que América Latina, la región con el peor récord de criminalidad, podría aumentar en cerca de 0,5% el PIB anual si se logra reducir el nivel de criminalidad al promedio mundial.
“Es cierto que la delincuencia en Chile es prioridad en la cabeza de todos y lo mismo pasa en muchísimos países de la región. Pero tengo que decir que algunos tipos de delincuencia han aumentado en Chile y otros no. Y lo que es importante, es mucho más bajo aún que en el resto del promedio de América Latina”, indicó el economista.
En la misma línea, agregó que “hemos visto en los datos y hemos hecho algunos trabajos que muestran que, en general, la debilidad de la seguridad es perjudicial para el crecimiento y por lo tanto es importante invertir en eso”.
Con todo, Valdés también destacó los focos que podría tener el país para apuntalar el crecimiento económico en el largo plazo. “Chile tiene la oportunidad de beneficiarse de muchas cosas: transición global de energía verde, el cobre además es muy importante para la electricidad del mundo”.
En ese sentido, el personero del FMI también destacó los avances en el tema de la “permisología”, con el proyecto que se está discutiendo en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados. “Vemos como muy importante cómo se maneja el tema regulatorio y las barreras regulatorias para facilitar la inversión y vemos con buenos ojos lo que las autoridades están haciendo en el Congreso para tratar de actualizar los procesos de permisos”, sentenció.
Mirada regional
En su exposición, Valdés también se refirió a la situación económica regional y a los desafíos hacia adelante.
“En primer lugar, la región ha demostrado capacidad de recuperación. La recuperación de la pandemia ha sido mayor de lo que se esperaba. Consideramos que esta resistencia se debe en parte a los avances de los países en el fortalecimiento de sus marcos macroeconómicos. Sin embargo, con la mayoría de las economías funcionando cerca de su potencial, la actividad en la región se ha moderado, en general, en los últimos trimestres”.
En el detalle, Valdés destacó que “los mercados laborales se han mantenido resistentes, con un desempleo que sigue en niveles históricamente bajos. Con un entorno exterior más débil y el efecto de las políticas restrictivas para reducir la inflación aún materializándose, esperamos que el crecimiento en América Latina y el Caribe se modere aún más en 2024, pasando del 2,3% en 2023 al 2% este año”.
Sobre los riesgos, el economista dijo que “están ampliamente equilibrados, lo que refleja también unos riesgos mundiales más equilibrados”.
En el tema del alza de precios, Valdés también hizo el punto de que “la inflación está retrocediendo en toda la región y se prevé que siga bajando en 2024, gracias a la rápida actuación de los bancos centrales de la región y a las tendencias mundiales de desinflación. Los riesgos para la inflación también se han equilibrado en general, aunque en muchos casos siguen siendo al alza”.
Asimismo, a su juicio, “la relajación de la política monetaria debería continuar, aunque será importante calibrar cuidadosamente el ritmo de la relajación para lograr un equilibrio entre volver a situar la inflación en el objetivo de forma duradera, en el tramo final, y evitar una contracción económica indebida”.