Está tan convulsionado el ambiente en el gobierno y en el Congreso, que pocos se han acordado que el viernes 27 de diciembre se cumple el período de la única consejera del Banco Central, Rosanna Costa. Y por lo mismo, hasta ahora, no ha habido conversaciones formales ni informales entre el Ministerio de Hacienda y los parlamentarios al respecto.
Las posibilidades son renovarle el cupo a la economista por otros 10 años, en cuyo caso su nombre quedaría bien posicionado para la presidencia de la entidad en dos años más, cuando se cumple el mandato de Mario Marcel; o bien, buscar una alternativa a ella.
Tanto en el gobierno como en el Congreso se cree que esto último tiene dos desventajas. Una, que la actual situación económica es tan compleja, que no sería adecuado cambiar un elenco del BC que ha funcionado bien, ni menos estar sin un consejero por un tiempo, como otras veces. Y dos, cómo suceder a Costa por alguien distinto a una mujer.