En medio de la investigación de la Fiscalía Nacional Económica tras la compra de Cornershop por parte de Uber y luego de los meses más álgidos de las protestas, el gerente general para Latinoamérica de Jump, Ruddy Wang, llegó esta semana a Chile para lanzar en Las Condes el servicio de bicicletas eléctricas de uso compartido y así transformar a Santiago en la primera ciudad de Sudamérica en contar con el servicio.
Tras el lanzamiento, la empresa esperará consolidar el servicio en la comuna del sector oriente para seguir creciendo en la Región Metropolitana y no tienen en vista seguir expandiéndose en Latinoamérica hasta fortalecer su presencia acá y su servicio de scooters en Brasil. "Nuestro objetivo es crecer en América Latina, tanto como podamos, ya que nos gustaría traer una nueva revolución en la movilidad en la ciudades. Pero diría que en este momento, nuestro enfoque es hacer que nuestras operaciones actuales sean lo más eficientes y de la mayor calidad posible", dice el formado en la Universidad de Harvard y Yale.
¿Por qué eligieron Chile para lanzar este servicio?
-Creo que Chile ofrece mucho potencial y en Las Condes la micromovilidad ya está muy avanzada. Y acá vemos que existe la necesidad de diferentes modos de transporte para enfrentar el tráfico y moverse de una manera que sea más consciente con el medio ambiente. También queríamos ir a un mercado donde Uber tuviera una base sólida de usuarios.
¿Y el nivel de inversión con que llegan?
-En la primera etapa llegamos con 1.200 bicicletas, que es la principal inversión, y si lo comparamos con San Francisco (EEUU), la ciudad donde se lanzó el servicio por primera vez con menos de mil equipos, es una inversión bastante significativa. Otro de los gastos fue la capacitación para preparar un equipo técnico en Chile.
¿Cuándo creen que recuperen la inversión?
-Las bicicletas están diseñadas para durar años y eso significa un mantenimiento de muy alta calidad. Entonces, hay mucha inversión y siempre estamos pensando en cómo diseñar aún mejor la próxima generación de bicicletas para que sea más duradera. Y es por eso que para nuestro negocio es clave que nuestros usuarios las estacionen correctamente y las usen de forma adecuada para extender la vida útil de la bicicleta y podamos recuperar esa inversión.
¿Qué debe pasar para que el servicio se pueda seguir expandiendo?
-Definitivamente, queremos expandirnos y llegar a más personas en Santiago. Nuestro objetivo es realmente traer una nueva revolución en la movilidad, pero para que eso suceda necesitamos mostrar resultados realmente buenos aquí en Las Condes. Eso significa que los usuarios tienen que sentir que es un servicio de alta calidad, seguro y confiable.
¿Cómo viste desde afuera las protestas en Chile?
-No creo que sea mi rol opinar sobre las muchas cosas que están ocurriendo en Chile. Sin embargo, puedo decir que durante tiempos muy turbulentos necesitamos mejorar nuestras ciudades, porque cada vez hay más personas que viven en ellas. Las urbes brindan muchas oportunidades de empleo, educación, etc, pero también presentan muchos desafíos como la contaminación y la congestión vehicular en lugares que se están volviendo cada vez más densos en población.
¿Con la situación en Chile pensaron en retrasar o cancelar el lanzamiento del servicio?
-No, estuvimos planeando este lanzamiento durante mucho tiempo, antes de las protestas. Si bien seguimos de cerca lo que ocurría en el país, pero siempre creímos que Santiago era una ciudad receptiva a estas nuevas modalidades de transporte y eso fue lo más importante para nosotros.
¿Cómo ven que se están regulando estos nuevos servicios?
-El mayor desafío en la regulación es trabajar con algo que es nuevo. Así que creo que estamos trabajando todas las partes juntas para determinar cuál es el mejor marco legal para incentivar un mayor uso de esta micromovilidad. Porque cuando hay mucha inestabilidad en las reglas es difícil tomar decisiones de inversión y es difícil planificar a largo plazo.
¿Para ti cómo deben ser las ciudades del futuro?
-En las ciudades del futuro todos deben participar en la planificación y creo que debería haber menos espacio para los automóviles privados y para los estacionamientos. Esto, para dar más protagonismo a otras modalidades de transporte como la bicicleta, y similares, para hacer de estas una solución, a largo plazo, ante los problemas de congestión que existen hoy en las urbes.