Una de las dudas entre los economistas del mercado local que se instaló por estos días es por qué los salarios no suben pese a que el ritmo al que crece la economía se ha acelerado de manera importante, más que duplicándose.

Esta no es una discusión exclusivamente local, sino que también ha llegado a los países desarrollados. En el cuarto trimestre de 2017 los salarios retrocedieron algo más de 1% en Italia, en Australia 0,6% y en España también negativo. En Chile, el retroceso real en lo que va del año es 0,8%.

PULSO entrevistó a un experto de salarios de la Ocde, quien afirmó que salvo algunas excepciones de países de Europa del Este, sorpresivamente el aumento de los salarios no es tan alto como debiese ser.

Explicó que la clave para analizar estos datos es la productividad. Detalló que en general lo que se perdió en productividad durante la crisis de 2007 y 2008, no se ha recuperado, a diferencia de lo ocurrido en otros períodos similares.

Otro factor que, a su juicio, influye en esta trayectoria plana de los salarios -o incluso a la baja como ocurre en el caso de Chile- es la incorporación de tecnología al mundo del trabajo, con el denominado efecto de automatización.

Esto genera que personas pierdan su puesto de trabajo y que en ciertos casos deban subemplearse, dado que cada vez es más difícil emplearse. Es que en los casos extremos, su trabajo podría desaparecer.

En todo caso, en el largo plazo se podrían ver oportunidades en nuevos sectores generados justamente a raíz de las nuevas tecnologías.

A nivel local, el Banco Central estima que la presión de los salarios podría estar influyendo el mayor flujo migratorio hacia el país, aunque esa visión no es compartida por la Ocde.

Esta es una realidad inevitable y que sólo puede incrementarse, especialmente luego de la mala reforma laboral. Por lo tanto, urge adoptar medidas de capacitación para trabajadores que tienen el riesgo de quedar obsoletos en el corto plazo. Ese es un desafío enorme que tienen las propias personas, pero también las empresas y autoridades.