Este martes, la comisión de Hacienda del Senado tiene fijada una nueva sesión para abordar el proyecto que promueve la competencia e inclusión financiera a través de la innovación y tecnología en la prestación de servicios financieros, más conocida como la “ley fintech”. La iniciativa, que está en su segundo trámite legislativo, cuenta con el apoyo del ministro de Hacienda, Mario Marcel, y por ello en la industria están expectantes sobre el avance de esta legislación que busca regular su funcionamiento.
Samuel Cañas, presidente de la Asociación de Empresas Fintech de Chile (FinteChile), aboga para que se acelere la tramitación de esta iniciativa, pero también para que avancen los proyectos de deuda consolida y de datos personales que están en el Congreso: “La ausencia de regulación está cortando el crecimiento de la industria”, sostiene.
La asociación acaba de cumplir cuatro años, con 110 empresas adheridas y proyecta un alza de 50% para los próximos dos años.
¿Cómo está actualmente la industria de las fintech en cuanto a los aspectos de regulación?
-Estamos al debe con distintos aspectos que son claves para la economía digital. Estamos discutiendo todavía una ley de protección de datos personales para reemplazar una ley de los años 90 que no conversa con la realidad de la economía digital de hoy. Somos el único país de Sudamérica que no tiene una ley de deuda consolidada, que podría evitar el sobreendeudamiento, mejorar la información disponible para que todos los actores puedan dar ofertas de crédito más precisas y mejorar la competencia. Y ahora estamos también discutiendo una ley fintech que para nosotros es por lejos el proyecto más relevante, pero ya estamos tarde.
¿En qué impacta la falta de regulación de esta industria?
-La falta de certeza jurídica afecta cualquier inversión. El hecho de no contar con certeza jurídica complica la decisión de inversión y para los consumidores también hay efectos, porque tendrá una cierta desconfianza. Somos de las pocas industrias que llevan tanto tiempo abogando para que se nos regule. La ausencia de regulación está cortando el crecimiento de la industria.
El proyecto de ley que busca regular las fintech sigue su discusión y el ministro Marcel dijo que lo apoyará, ¿cuál es la visión que tienen de esa iniciativa?
-Creemos que, en general, es un muy buen proyecto. Es bastante técnico y se hizo un trabajo bastante minucioso. Creemos que es un proyecto muy positivo para Chile, para la industria y para la inclusión financiera. Si bien todavía no abarca la totalidad de los rubros de las fintech, sí es un rayado de cancha, lo que es clave para el desarrollo de cualquier industria. Ahora, como todo proyecto de ley, tenemos también una mirada crítica sobre algunos puntos que creemos que tienen que ser mejorados.
¿Cuáles son esos puntos críticos?
-Precisiones para el proceso de autorización y registro ante la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), para que los plazos sean los más acotados posibles, y también sobre ciertos temas de proporcionalidad, por ejemplo, no pedir los mismos requisitos a una empresa que está recién empezando, frente a un banco que tiene una espalda de capital gigantesca. Además, a medida que los negocios vayan creciendo y, por ende, el riesgo de ellos vaya creciendo, se vayan poniendo mayores requisitos regulatorios.
Hay una mesa de trabajo con la banca, pero sin mucho avance, ¿en qué etapa está? ¿Y cuáles son los puntos que los unen y los distancian?
-Frente a la ausencia regulatoria en ciertos aspectos como la ciberseguridad, conformamos esta mesa de trabajo entre nuestra asociación con la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif) para desarrollar estándares que pudieran cumplir las distintas partes interesadas en integrar los servicios financieros tradicionales con las fintech, de forma tal de adelantarnos o actuar para establecer estándares en base a la evidencia internacional. Es una mesa que sigue trabajando, todavía no tenemos novedades al respecto y efectivamente, como en cualquier mesa de trabajo, nos enfrentamos a visiones contrapuestas, pero tenemos el espíritu colaborativo para que sea lo más conveniente para ambas partes.
¿Ahí el punto de discusión sería el open banking, la portabilidad de datos entre instituciones financieras?
-Uno de los temas que se está discutiendo son los open banking, o las finanzas abiertas, que por lo demás tienen varios años, más allá de que recién se esté buscando regular en Chile. Lo que estamos haciendo, dada esta realidad, con la ABIF, es cómo operamos de manera coherente con estándares internacionales. Lo que acordemos tiene que ser coherente con esos estándares internacionales.