El Banco Santander redujo de 3% a un aumento en torno a 1% su proyección para el crecimiento de la economía este año debido principalmente al efecto de la crisis social y la incertidumbre política.
"En 2020 la actividad estará fuertemente condicionada a la evolución del proceso político interno. Si bien la frecuencia e intensidad de episodios de violencia se ha ido reduciendo, el impacto en la confianza y el clima de negocios tras los sucesos del 18-O será persistente y no son descartables nuevos eventos disruptivos", señaló la entidad en su informe "Visión 2020: Perspectivas económicas en un año de cambios", el cual fue presentado por el economista jefe del equipo de estudios, Claudio Soto.
Asimismo indica que a eso se agrega la incertidumbre que genera el proceso de discusión constitucional, que podría incidir en las decisiones de gasto.
"La magnitud de este efecto dependerá de cómo vaya avanzando el proceso político", advierte la entidad.
Por otra parte, indica, los grandes proyectos que incidieron en 2019, debiesen dar una base mínima a la inversión este año. A ello se suma el paquete de estímulo fiscal anunciado por el gobierno en noviembre, con un fuerte componente de gasto en infraestructura.
"A pesar de ello, prevemos que la formación de capital sufrirá una contracción. El consumo, en tanto, crecerá a tasas bajas", precisa el estudio. La entidad pronostica un retroceso de 4% en la inversión y un aumento de 1,5% en el consumo total.
En cuanto al sector externo, indica que se verá favorecido por una leve mejoría en el escenario internacional y un tipo de cambio real más elevado.
Tasa de interés sin cambios
En cuanto a la inflación la entidad prevé que subirá transitoriamente en la primera parte del año debido a la depreciación del tipo de cambio.
Sin embargo, estima que las mayores holguras que generará el lento crecimiento, sumado al congelamiento de una serie de tarifas públicas harán que retroceda y cierre nuevamente por debajo de la meta en 2020.
"A pesar de lo anterior, estimamos que el Banco Central mantendrá inalterada su tasa de política. Los riesgos de ajustes abruptos en los precios financieros en el actual contexto, harán que el instituto emisor sea más precavido a la hora de actuar con su política monetaria", señala el informe.
Al respecto sostiene que la política fiscal jugará un papel importante en sostener la demanda interna este año.
Deuda fiscal
La fuerte expansión del gasto público, que proyectamos superará el 8%, y un crecimiento acotado de los ingresos, harán que el déficit fiscal se empine hasta un rango de entre 4,5% y 5% del PIB.
Con ello, la deuda pública superará el 30% del producto a fines de año, por lo que hacia delante será necesario un proceso de consolidación fiscal gradual y creíble para que esta variable se estabilice.
Para esto, el gobierno deberá tener especial cuidado en los compromisos permanentes de gasto que vaya adquiriendo.
En este sentido indica que si bien la agenda social anunciada en noviembre incluye algunos gastos que son por una vez contiene muchas medidas que son de carácter a lo que se agrega la reforma de pensiones que también compromete montos fiscales sustantivos.