Santander generó un verdadero revuelo en el mundo bancario local luego que Pulso revelara que no renovará el histórico contrato de adquirencia con Transbank.
El tema generó amplio debate en la industria financiera chilena y las autoridades, pero el banco de capitales españoles había guardado completo hermetismo sobre el tema.
Eso, hasta ahora, porque luego de tres semanas, y cuando las aguas están más calmadas, la institución finalmente abordó esta decisión con los analistas en el marco de un conference call.
"Básicamente estamos siguiendo la recomendación de la autoridad de libre competencia de Chile, que recomendó moverse a este modelo de cuatro partes, y no esperamos que la dinámica de la economía sea diferente en términos de impacto de nuestra línea de pago", dijo la entidad.
La decisión de Santander implica empezar a desarmar el modelo de tres partes, en el que actualmente funciona Transbank, donde los bancos delegan en la empresa el rol adquirente.
Concretamente, la entidad dirigida por Claudio Melandri empezará operar en un modelo en el que están separados los roles de tarjetahabientes, comercios, emisores y adquirentes, donde los primeros tienen un vínculo contractual con los emisores de tarjetas, y lo mismo ocurre entre comercios y adquirentes.
"No vemos un cambio significativo en nuestros ingresos por comisiones al movernos a un modelo internacional de cuatro partes, esa es la principal razón por la que no esperamos un cambio significativo en nuestro negocio de tarjetas", dijo Santander.
La institución reafirmó que su idea es moverse hacia un modelo internacional, "que se usa en casi todas partes" y que es diferente al que existe en Chile, donde "el adquirente y el procesador estaban los dos en Transbank".
Santander precisó que esta nueva dirección implica que "la economía para nosotros va a cambiar porque ahora vamos a tener una tasa de intercambio de diferentes actores como Visa, Mastercard y Amex, en vez del merchant discount (comisión) que teníamos ahora, según el costo de Transbank".