La integración de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en el marco de la nueva Ley de Bancos, sin duda, es todo un hito.
Que Chile se empiece a poner un poco los pantalones largos en temas de regulación, era una tarea pendiente. La tendencia global es que no se produzca la captura del regulador por parte de los regulados, y eso puede ocurrir con mayor facilidad en el caso de que haya una función única.
Al integrar temas relacionados con los instrumentos financieros, seguros y bancos, de alguna forma se le está dando un espacio más amplio al regulador y, por lo tanto, mayor independencia de los regulados.
Es un abanico más global que representa un paso sano y deseable, que nos pone al día como país y mercado. No olvidemos que Chile, dentro de Latinoamérica, destaca como economía y centro de inversión. Descuidar aspectos como ese era contraproducente.
En este marco se acercan grandes desafíos. Tanto los regulados como el regulador van a tener que enfrentar un proceso de aprendizaje, que en todo caso ya se ha ido dando de cierta manera.
Se ha ido generando una mayor distancia en esa interacción -que antes parecía una relación de amistad-, pero debiese intensificarse aún más. Los actores deberán encontrarse en un escenario en donde les va a costar mucho más comunicarse con el regulador, con mayores niveles de exigencia y menores posibilidades -de alguna forma- de involucrarse en los problemas de la industria. El regulador, por su parte, va a tomar un rol de juez más imparcial que el de un desarrollador, apoyador, consejero o padrino del sector.
Para las empresas financieras que tienen una visión más amplia de los marcos regulatorios y son proactivas en esa materia, no debería ser tan difícil pasar por ese proceso, sobre todo las que son globales.
Sin embargo, muchos de los controladores de las compañías de nuestro país están acostumbrados a tener un acceso directo y amistoso, donde por ser quienes son, tienen una recepción muy abierta.
Ahora se van a encontrar con que ya no pueden usar esos canales. Tener un almuerzo de camaradería con el regulador ya no será posible. Hoy, tanto el país como sus entidades financieras, finalmente se pondrán al día con los más altos estándares internacionales.
Si queremos mayor desarrollo y fortalecimiento de nuestras condiciones como mercado, debemos hacernos cargo y olvidarnos de las facilidades.