Andrea Repetto y Andrea Tokman forman parte del grupo de mujeres economistas que se han posicionado en un mundo históricamente de hombres. Y si bien ahora tienen un liderazgo en cada una de sus áreas, su camino no fue fácil. Ambas señalan que en su formación fue clave el apoyo que tuvieron de sus familias y de los profesores que confiaron en sus capacidades y las ayudaron de manera incondicional para instalarse en medio de un mundo de hombres.
No obstante, indican que más allá de sus logros personales, la economía ha sido históricamente una profesión ejercida por hombres, algo que sucede no solo en Chile, sino que también en Estados Unidos, donde se gradúan proporcionalmente más mujeres en los programas doctorales de matemáticas que en los de economía. De hecho, en nuestro país ninguna mujer ha sido ministra de Hacienda y solo una de Economía, Ingrid Antonijevic. Tampoco han ocupado la presidencia del Banco Central. Es más, solo dos mujeres han sido parte del consejo del instituto emisor: María Elena Ovalle, quien estuvo entre 1995-2005, y Rosanna Costa, nombrada el año pasado.
"Las mujeres nos desarrollamos en la profesión sin acceso a mentoras o a modelos femeninos que seguir. En todos mis estudios, desde el pregrado hasta el doctorado, solo tuve dos profesoras mujeres", afirma Andrea Repetto.
Andrea Tokman cuenta que una de las mayores dificultades que enfrentan las mujeres es no poder estar disponible "24/7" y que ese impedimento ha ocasionado en algunas ocasiones dejar pasar algunas oportunidades profesionales. Esto, principalmente por el doble rol que le asigna la sociedad actual, donde deben estar a cargo de la crianza y el hogar. No obstante, rememora que algunas veces a ella ni siquiera le preguntaron si podía acomodar sus horarios para decidir si aceptar o no un trabajo.
"En algún momento no fui incluida en discusiones o actividades laborales porque alguien, por lo general bien intencionado, pensó que sería una presión adicional a mi doble jornada, pero que si me hubiesen preguntado, en la gran mayoría de los casos habría estado dispuesta a acomodarme con tal de no quedar fuera de temas clave que me aportan a mi carrera y que demuestran mi compromiso".
Para lograr su posicionamiento, Repetto indica que en el desarrollo laboral siempre hay una mezcla de esfuerzo y suerte. "Tuve la suerte de tener una familia en que las preferencias por lo científico y lo académico son muy marcadas, además de haber sido formada por personas que siempre creyeron en mis capacidades y me empujaron a ser más. Patricio Meller tuvo un rol importante en esto y estoy muy agradecida de haber trabajado con él antes de partir al doctorado".
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Andrea Tokman, economista jefa de Quiñenco.[/caption]
Hacia el futuro, para mejorar la participación de la mujer en áreas históricamente de hombres, Tokman se muestra optimista. "La sociedad y la educación ya están cambiando. Lo que se necesita es profundizar y acelerar los cambios que hacen que las niñas y niños se crean el cuento de que hombres y mujeres pueden hacer lo mismo, y a los hombres y mujeres entender y valorar que la responsabilidad familiar es algo compartido y no exclusivo de ellas".
Repetto enfatiza que "un elemento esencial es promover entre las mujeres, desde pequeñas, el gusto por las matemáticas y el razonamiento científico. Las mujeres tienden a rehuir las matemáticas, cuando no existe ninguna evidencia de que sean menos capaces en el área. Asimismo, las escuelas de economía deben hacer un esfuerzo por revisar lo que enseñamos en los cursos iniciales de economía, porque eso no ha cambiado en muchas décadas". Ambas economistas esperan que el movimiento feminista se convierta en una oportunidad para avanzar más rápido en el posicionamiento de las mujeres en la profesión.
La mirada desde el punto de vista de economistas hombres es similar. El exconsejero del Banco Central Jorge Marshall piensa que el avance en la participación de la mujer en posiciones de responsabilidad es demasiado lento. Las causas son muchas, desde los horarios de trabajo hasta el temor a enfrentar un entorno diferente. Por ello, indica que para avanzar "es indispensable activar todos los centros de poder que sea posible, incluyendo las empresas, los directorios, las organizaciones gremiales, los sindicatos, el gobierno y el sistema político. La presencia de la mujer es un factor de progreso e innovación que el país necesita".