Crudo, desolador, sombrío. Esos fueron algunos de los calificativos que más se escucharon el jueves después de que se conociera el último Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre, presentado por el Consejo del Banco Central. El propio presidente de la entidad, Mario Marcel lo calificó como el "más difícil desde que se implementa en Chile el marco de metas de inflación".
Y si bien el fuerte impacto en la economía tras los 50 días de crisis social era esperable, lo que llamó la atención fue el emplazamiento de Marcel, que muchos leyeron en clave derechamente política. Acompañado por todo el Consejo del Banco Central, el economista llamó a que el Congreso cierre "lo antes posible" los temas pendientes de definición política dando como ejemplo los acuerdos ya alcanzados para así "ayudar a reducir la incertidumbre dando, al mismo tiempo, un marco de mediano plazo para las finanzas públicas y respuestas a los problemas más acuciantes de la población".
Pero, ¿cómo se gestó este informe? El análisis al interior del Banco Central era que el impacto de la crisis social en la economía no estaba siendo bien aquilatado por el mercado. El diagnóstico del ente rector era que había mucha incertidumbre sobre cómo cambiaría el escenario macro y, por ende, las proyecciones de PIB acrecentado por las malas cifras del último Imacec, de un -3,4%.
El objetivo era mandar un mensaje claro: la incertidumbre estaba afectando la economía. Y por ello se pudo entender como un informe político, pero la intención era comunicar que lo político está afectando la economía y por eso se puso énfasis en que las soluciones deben ser rápidas.
Desde el gobierno, la vocera de gobierno Karla Rubilar afirmó que "nos emplazaron políticamente… fue un tirón de orejas osado".
Respaldo de expresidentes del BC y senadores
El expresidente del Banco Central, José De Gregorio, respaldó el mensaje del ente rector y de Marcel. "El presidente del BC se suma al llamado que haría la inmensa mayoría de los ciudadanos que están preocupados por el bienestar de este país. Más allá de cosas mezquinas de corto plazo. Creo que cualquiera diría que necesitamos avanzar y tener además más clara una agenda social de cambio constitucional y económico que nos dé certidumbre hacia el futuro".
Por su parte, los extitulares del ente rector, Vittorio Corbo y Carlos Massad, coinciden en que el contexto político y social ameritaba una reacción de este tipo. "En el contexto actual del país es muy bienvenido que el Banco Central, a través de su presidente, realice un diagnóstico de la situación del país y que presente también propuestas de cómo uno puede salir de la crisis en la que estamos sumergidos", comentó Corbo. Massad, en tanto, señaló que "el Central es independiente, pero no vive en la luna. Es autónomo, pero no se ubica en Marte, sino que en la Tierra. Por lo tanto, no puede sentirse ajeno con lo que está ocurriendo en el país".