¿Qué sensación tiene luego de saber que el Congreso aprobará el proyecto de retiro de fondos?
-Es un mal proyecto. Pero no es el fin del mundo. Es perfectamente posible pensar en mecanismos para compensar la merma de pensiones en el futuro. Pero hay que pensar “fuera de la caja.” Por ejemplo, es posible que el gobierno haga un matching a contribuciones adicionales, hasta cubrir la pérdida. Esto se puede restringir a las personas de menores ingresos, y diseñar de modo que el costo fiscal no sea excesivamente elevado. Es el tipo de mecanismo que sugiere el nuevo campo de las “finanzas del comportamiento”. Modelos de matching son cada vez más usados en el mundo entero.
¿Cómo se explica que a pocas semanas de haber logrado el acuerdo económico en base a la propuesta del Colegio Médico se haya abierto este otro tema?
-El propio ministro Briones lo explicó en su discurso en la Cámara, antes de la votación. En el acuerdo fiscal, el énfasis, tanto del gobierno como de los parlamentarios, fue en los más necesitados, en los más pobres y desamparados. Pero, parte importante de la clase media quedó fuera. El problema es que una vez que esto fue evidente, el gobierno demoró en actuar; arrastró los pies. La lentitud tiene consecuencias.
¿Qué responsabilidad tiene el gobierno?
-Bastante responsabilidad. Primero, por la demora en proponer un plan para la clase media. Además, al dramatizar la situación, el gobierno le regaló un “caballito de batalla” a la oposición. Esta, no se hizo de rogar, y decidió dar una batalla que, desde un principio, llevaba todas las de ganar. Lo más triste es que había muchas opciones para lograr el mismo objetivo, haciéndole menos daño a la economía. Cuando me refiero al “mismo objetivo”, quiero decir a dar la misma ayuda a la clase media. Pero la verdad es que esto es política, y muchos en el parlamento tienen un objetivo adicional, que es erosionar el sistema de capitalización.
Los economistas que participaron de la propuesta del colegio médico plantearon propuestas, sin embargo, no han sido recogidos, ¿cuál es el efecto que tendrá en la economía?
-Le va a dar un alivio inmediato a la clase media. En el futuro habrá más desigualdad y menores pensiones. Además, salimos de esto mucho más polarizados que antes. Eso es malo para la inversión, la productividad y el crecimiento. Un tema interesante, sobre el que nadie ha hablado, es que, al tener acceso a sus propios fondos, muchas personas van a sentir, por primerísima vez, que estos son efectivamente sus propios dineros, que de verdad les pertenecen. Esto debiera reforzar el sistema de capitalización.
¿Ve que por lo menos es necesario que se establezca la forma de restituir los recursos a través de un fondo?
-Ese es tema de la reforma integral de las pensiones. Es ahí donde hay que ser muy cuidadoso, y hacer un trabajo correcto. Andrés Velasco y sus partidarios han propuesto un sistema mixto bastante razonable. Una alternativa que a mí me gusta mucho es el sistema tripartito australiano. En la base hay una pensión básica, muy amplia y generosa, financiada con impuestos generales; más arriba en la pirámide hay un sistema de ahorro obligatorio de capitalización en cuentas individuales, bastante similar al chileno. Pero sin los costos de un ejército de vendedores. El tercer componente es ahorro individual voluntario. En Australia, la mayoría de la gente usa ese tercer pilar. El sistema funciona muy bien, y nadie quiere destruirlo.