Un duro juicio en contra del gobierno emitió este lunes el economista Sebastián Edwards. El académico de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) apuntó a una “falta de conocimientos técnicos” en materia económica, aunque destacó que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, “está haciendo lo mejor que puede”.
En entrevista con Radio Duna, Edwards entregó su apreciación general sobre la composición del Ejecutivo.
“Creo que hay una ingenuidad y un pensamiento muy juvenil que, si no se tratara del país donde yo nací y donde todavía vive mi mamá, y que quiero tanto, lo encontraría como cómico y casi tierno. ¡Qué tiernos estos niños, en lo que creen! Pero cuando empiezan a experimentar con ideas que, son una mezcla que nunca han sido utilizadas en otros lugares o no han tenido éxito, mezcladas con ideas muy nostálgicas, y con el buenismo y falta de conocimientos técnicos, especialmente en el área económica, es bien complicado”, planteó de entrada.
Al respecto, recordó el episodio donde el titular de Economía, Nicolás Grau, afirmó que la inflación traía “costos y beneficios” a las pymes, dichos que le valieron duras críticas del mundo emprendedor y de los que luego se retractó.
“Que el ministro de Economía, que es amigo mío, diga el valor del dólar no importa para la inflación, uno dice, chuta, este gallo no sabe nada. Después tú dices, tiene un doctorado en Pennsylvania, entonces dices, pucha, qué tierno, qué ingenuo. Pero no, yo estoy preocupado”, lanzó Edwards.
El académico ahondó en sus reparos hacia la conformación del gabinete, asegurando que “este es un gobierno con pocos adultos” y planteó su esperanza en que “ojalá que no se aburran los adultos y que queden puros adolescentes a cargo”.
Incluso, ironizó con que el gabinete cuenta con “tres adultos y medios”, donde, a su juicio, “el señor Boric es el medio adulto”.
Y a la hora de abordar el rol que juega el ministro de Hacienda, Mario Marcel, si bien no escatimó en elogios, reconoció las dificultades que enfrenta en términos políticos a nivel local y global.
“Mario Marcel es un muy buen economista. Sabe economía. La economía en Chile tiene muy mala fama porque los economistas chilenos nos hemos portado con mucha arrogancia y eso fue erosionando la buena voluntad con respecto a los economistas. Pero es una ciencia, una disciplina muy complicada, crecientemente complicada. Y Mario Marcel es un economista técnico, es un muy buen economista y enfrenta una situación política bien complicada. Entonces yo creo que está haciendo lo mejor que puede”, aseguró.
Respecto a la inminente recesión global que enfrentará la economía el próximo año, indicó que “yo me imagino que Mario Marcel está preocupado de eso en Chile. Ahora el problema es que cuando hay recesiones, la reacción de parte de los gobiernos más eficientes es aumentar el gasto, para compensar la caída del gasto de parte del sector privado, de las familias, y en Chile se aumentó mucho el gasto ya, no hay tanto espacio”.
Reformas en discusión
Al ser consultado sobre las reformas que están actualmente en discusión, Edwards no rehuyó a la necesidad de incrementar la recaudación fiscal, pero apuntó hacia la necesidad de incrementar la base tributaria hacia los sectores de la clase media.
“Si tú comparas Chile con otros países, hay una brecha importante de más o menos ocho puntos del PIB y de los cuales hay que ir cerrando esa brecha. Y después tú dices bueno, ¿dónde está esa brecha? ¿El impuesto del IVA? Ahí no está la brecha. ¿El impuesto a la propiedad? Tampoco. ¿El impuesto a las empresas? Ahí no está la brecha, y donde sí está es en el impuesto a las personas y porque la clase media en Chile no paga impuestos”, aseguró.
En esa línea, aseguró que las reformas de pensiones y de salud introducirán “impuestos fantasmas” y que afectarán más directamente a la clase media.
“Van meter el 6% para reparto -que Mario Marcel se ha preocupado de no llamarlo reparto, lo llama componente de seguridad social, porque las palabras importan- un componente de reparto que es un impuesto al trabajo y de ahí al final van a recolectar como 3% del PIB”, señaló.
“Y la reforma que piensan hacer de salud es otro impuesto, porque el 7% de aquellos que lo usan para pagar parte de la isapre ahora va a ir un fondo común y no todos van a usar Fonasa. Hay gente que se va a ver obligada a usarlo, pero mucha gente no la va a usar y para esa gente va a ser un impuesto. Entonces hay dos impuestos a la clase media profesional que son estos dos impuestos fantasma”, agregó.
Con todo, reconoció que los desafíos que enfrenta el gobierno requerirán de ajustes, pero apuntó hacia la necesidad de adoptar decisiones más óptimas.
“El desafío de las decisiones económicas es optimizar sujeto a restricciones. Y la restricción acá es que hay que aumentar los impuestos en 3% o 4% del PIB”, afirmó.
Nueva Constitución
En cuanto a la discusión constituyente, el economista abordó la necesidad de darle continuidad al proceso en caso que se imponga el Rechazo, y se mostró favorable a no repetir el plebiscito de entrada.
“Me da la impresión que hay una situación de mucho rechazo a la Convención, rechazo al texto, pero hay interés en que esto siga, que no hemos terminado la conversación, que esto quedó pendiente. Y a mí me parece muy bien eso”, afirmó.
A su juicio, una de las razones del hipotético triunfo del Rechazo es que se intentó hacer “un experimento que no ha sido hecho en ninguna parte del mundo”, por lo que planteó que hay que retomar un proceso donde es necesario hacerlo “con calma”.
En esa línea, dijo que para él “desde el principio me pareció era una locura hacerlo en un año”, y aunque admitió que en un inicio tuvo “mucho entusiasmo, como la mayoría” e incluso hizo campaña por Patricio Fernández, “poco a poco, como la mayoría de los chilenos y las chilenas, me fui decepcionando de todo este proceso, dándome cuenta que no iba en buena dirección y no iba en buen camino”.
Sobre lo que viene para adelante, de ser rechazada la propuesta, aseguró que “hay que hacer una convención, digamos una convención y algo más quizás, pero una convención me parece a mí que es parte del acuerdo implícito. En ese sentido, yo estoy de acuerdo con lo que dice el Presidente, no es necesario hacer un plebiscito de entrada”.
También mostró su diagnóstico sobre los errores que marcaron, a su juicio, el fracaso de la Convención.
“Si gana el Apruebo, con suerte va a sacar 50% más un voto, es porque no cumplió su cometido la Convención. (…) En parte nos equivocamos y tiene que ver mucho con los escaños reservados. Yo creo que ahí, la idea inicial era que los 17 iban a estar repartidos de alguna manera, diez por un lado y siete por el otro. Y no, fueron los 17, no solo de una posición política, sino de un activismo manifiesto. Yo creo que lo de los 2/3 se encontró con ese problema”, indicó.