“Me tocó estar con él en una reunión con unos inversionistas gringos. Se manejaba muy bien, se notaba que le gustan las finanzas y sabe harto, hacía preguntas muy sofisticadas”, cuenta un alto ejecutivo de una administradora de inversiones respecto a Sebastián, el tercer hijo del fallecido expresidente Sebastián Piñera Echenique, sobre quien recayó la responsabilidad de gestionar la fortuna que construyó su progenitor. “Es bueno, es rápido, lo heredó de su padre”, agrega el socio de un banco de inversión que se lo ha topado varias veces. “Con ese nombre, era difícil que no fuese bueno en los negocios”, dice otro actor del mercado financiero.

Juan Sebastián Piñera Morel (41), además de llamarse igual, también lo siguió en su camino laboral. Estudió Ingeniería Comercial en la Universidad Católica, donde el exmandatario fue alumno y profesor, y también ha dedicado su vida a los negocios.

Pero entre las muchas cosas que los diferencian, hay tres que son notorias a la hora de comparar ambas personalidades. Y que dejan en claro cuáles han sido sus preferencias en la vida laboral.

La primera es que, de acuerdo a quienes lo conocen, Sebastián hijo tiene más habilidades blandas que su padre. “Tiene la inteligencia del padre y la empatía de la madre. Tiene más de Cecilia en la forma de relacionarse”, dice un excolaborador que trabajó con ambos Sebastián.

Sebastián Piñera Morel liderará el buque de la fortuna familiar.

La segunda es que se graduó de un MBA en la californiana Universidad de Stanford, mientras que el papá hizo un doctorado en Economía en la tradicional Harvard, en la fría Boston. Este último, más vinculado a intereses académicos. El MBA, en cambio, es “más concreto y enfocado al trabajo y al emprendimiento”, explica un cercano a la familia.

Y la tercera es que el hijo no se ha dedicado, ni se dedica y ha jurado que no se dedicará a la política, definición que hasta ahora también comparten sus hermanos.

De hecho, cercanos comentan que a la única que le ha interesado algo la política es a su hermana mayor, Magdalena (48), profesora de Historia, quien incluso trabajó con su padre en la Presidencia. Cecilia (45), la segunda hija, es pediatra y jefa de Infectología en el Hospital Exequiel González Cortés; también se ha declarado ajena a la política. Lo mismo Cristóbal (39), el cuarto, que pese a ser psicólogo de la Universidad Diego Portales, hizo un MBA en el MIT, lo que denota la afición heredada por los negocios y que se refleja en las startups que ha creado.

Hubo otra cosa en la que los hermanos también han estado de acuerdo. Y es que el más indicado para hacerse cargo de los activos familiares es Sebastián. “Está hecho para eso”, sostiene un conocido de la familia. “No hubo discrepancias entre ellos a la hora de elegirlo. Todos le reconocen ser el más capacitado y entrenado para liderar Odisea”, añade una cercana colaboradora.

Inversiones Odisea Limitada es la sociedad creada por Piñera donde está radicada la mayor parte de la fortuna familiar, pero que es controlada por Inversiones Bancorp Limitada, de la cual Sebastián Piñera Morel será su gerente general.

La decisión de que Sebastián hijo tomara la posta del padre en la administración del patrimonio familiar fue adoptada oficialmente hace poco más de un año, el 2 de febrero de 2023. Ese día, los cuatro hermanos firmaron un cambio estatutario de Bancorp, donde son dueños en partes iguales, en que definieron que poseerá un directorio de cinco miembros: cuatro serán designados por cada uno de los hermanos (ellos mismos o sus hijos mayores de edad) y el quinto, de común acuerdo o por la mayoría de los cuatro hermanos. Esa vez nominaron al histórico asesor legal y tributario de Piñera, Fernando Barros, quien asumió la presidencia de Bancorp. Bajo este marco, se estableció que Sebastián Piñera Morel será director y gerente general de Bancorp. En septiembre del año pasado, además, se definió que Sebastián hijo fuese gerente general y director de Odisea, mesa que integran Barros y Nicolás Noguera. Así, es la persona a cargo del patrimonio total de la familia, que se calcula en torno a los US$3 mil millones.

La marca colegial

Sebastián Piñera Morel estudió en el colegio Saint George’s, cuyo perfil de enseñanza es más liberal que el Verbo Divino, donde lo hizo su padre. Y como ocurre muchas veces, la marca colegial se nota. Algunos conocidos hacen el símil con la universidad donde hicieron sus posgrados los dos Sebastián: la más liberal Stanford, y la más tradicional Harvard.

Esa marca católica, pero de inspiración menos restrictiva, se pudo observar años después, cuando por ejemplo su padre se opuso a la adopción por parejas del mismo sexo, y su hijo lo rebatió en público: “Los cuatro hermanos estamos a favor de la adopción homoparental, le va a tocar a él ver si se avanza en esto y para eso tiene que escuchar a todos. A mí me gustaría que se avanzara”, dijo Sebastián hijo en entrevista a La Tercera en 2017.

De buenas notas, Sebastián transitó la vida colegial sin grandes sobresaltos. “No era del lote de los ñoños, para nada. Salía a carretear como cualquier adolescente, pero nunca reventado”, cuenta coloquialmente un banquero que lo conoce desde chico.

En el colegio y en sus salidas adolescentes fue generando lo que con el tiempo fue su grupo de amigos de la vida, y que siguen siendo su círculo contenedor: los ingenieros comerciales de la UAI Samuel Puentes y Pablo Sepúlveda, y Matías Briceño, ingeniero de la Universidad Federico Santa María. Hoy, todos empresarios, como Sebastián. De hecho, con Sepúlveda y Briceño han sido socios más de una vez. Son un círculo tan cerrado, que todos fueron contactados para este artículo y su acuerdo grupal fue no hablar.

En el Saint George’s también participó en colonias de verano para atender a niños vulnerables. Una actividad que repitió en los trabajos voluntarios de Ingeniería Comercial de la UC. “Nunca asociado a grupos políticos dentro de la universidad”, aclara un amigo íntimo.

En su carrera fue ayudante en los ramos de Macroeconomía, Costos y Competencia y Mercado. No obtuvo matrícula de honor, pero le fue bien: “Tuvo un voto de distinción en la licenciatura y en el título de ingeniero comercial, y estuvo dentro del top 15% en notas en la UC”, relata alguien que lo conoce bien.

El salto a la calle

Del protegido ambiente colegial y universitario saltó al mundo laboral en el 2006. Y se inclinó por las finanzas. Llegó a IM Trust, el banco de inversión fundado por Tomás Müller Sproat y Pedro Donoso, como analista de finanzas corporativas. Coincidentemente, el hijo de Müller, Tomás Müller Benoit, había trabajado con Sebastián padre en Bancard a fines de los años 90.

Esta experiencia de dos años le sirvió como capacitación para comprender el mundo financiero y no entrar directamente a los negocios familiares.

Aunque ese momento no se hizo esperar mucho. En 2008 ingresó a la histórica sociedad familiar, Bancard, cuyo nombre radica en la primera experiencia empresarial exitosa de su padre y que fue la base de la fortuna del clan. Desde Bancard, Piñera planificó y desarrolló el ingreso de las tarjetas de crédito Visa y Mastercard al país y la introducción de Magna durante la década de los 80, negocios que después de echar a andar por 12 años, vendió en un total de US$74 millones a inicios de los 90.

Pero Bancard con Sebastián hijo en su plantilla, ya no tenía nada que ver con dinero plástico, sino que con dinero contante y sonante que se transformaba en instrumentos financieros repartidos por todo el mundo. De hecho, su trabajo allí fue ser responsable de inversiones o portfolio manager en fondos internacionales en Estados Unidos, Europa y Asia. Estuvo tres años en Bancard, por lo que le tocó ver desde la oficina 1701 de Apoquindo 3000 todo el primer año de su padre como Presidente de Chile.

En 2011, Piñera Morel dejó la firma familiar para ir a cursar su posgrado en Stanford. Y tal como lo hicieron sus padres, que se casaron cuando el exmandatario cursaba su primer año en Harvard en diciembre de 1973, el matrimonio de Sebastián y Carmen Gloria Ariztía -hija de uno de los socios de la avícola Empresas Ariztía-, fue en noviembre de ese mismo 2011.

Un año después, ya asentado en Palo Alto, en pleno Silicon Valley, se contagió del enfoque innovador y emprendedor del MBA, por lo que junto a dos compañeros de Stanford se lanzaron en un proyecto de startup. Para evitar cuestionamientos políticos en Chile, optaron por hacerla en México. Fue una empresa de comercio electrónico de productos para bebés y niños, llamada Ebebe.mx. No duró mucho.

Su fallida incursión en el retail lo pudo haber convencido, o reconvencido, de que su camino iba más por las finanzas. De hecho, ha hecho intentos por sacar adelante proyectos operativos, pero sus mejores experiencias las ha tenido en el mercado financiero.

Por ejemplo, con BP Capital. En 2013, ya de vuelta de su experiencia californiana, Piñera Morel se asoció a su excolega José Miguel Bulnes, ingeniero comercial de la UC que había sido portfolio manager de Bancard entre 2005 y 2009, para crear esta firma de financiamiento privado que, en cuatro años, ya acumulaba 12 grandes transacciones en Chile, Perú y Colombia, gracias a más de 20 aportantes de alto patrimonio de estos países. El negocio consistía en identificar empresas con gran potencial de crecimiento, pero que atraviesen por problemas financieros puntuales sin riesgo de impago. Allí ofrecer financiamiento apalancado con garantías, y pasado un tiempo, cobrar y obtener utilidades para los inversionistas. Una de sus operaciones más conocidas fue un crédito privado que otorgaron en 2015 a la empresa de casinos Enjoy a cambio del 36% de la propiedad de su filial inmobiliaria. Bulnes incluso fue parte del directorio.

Junto con Bulnes también fueron socios en la sociedad de garantía recíproca MásAval, una firma que actúa de intermediaria entre la banca y las pequeñas empresas, que otorgan certificados de fianza con los cuales son avales de la pyme cuando pide un crédito al banco. Y se sumaron a Felipe Larraín Aninat para fundar la administradora de fondos de inversión Volcom Capital, donde fue socio sólo entre junio y agosto de 2015, antes de que la firma que presidía José De Gregorio entrara en operaciones.

Sebastián Piñera Morel se desprendió de su participación en BP Capital luego de que se padre asumiera por segunda vez la Presidencia de la República, y en 2019 viajó a Australia con su familia, “donde trabajó analizando sus inversiones personales”, comenta una colaboradora.

“Este es un ejemplo del gran problema que ha tenido Sebastián para desplegarse como empresario. La sombra política de su papá es muy grande y le ha sido difícil desplegar las alas por sí mismo”, dice un conocedor de su carrera. “Sé que ha buscado hacer cosas por sí mismo, pero bien tímidamente, porque tenía el riesgo de persona expuesta políticamente. Eso lo tuvo frenado a innovar”, cuenta otro cercano. “Vivía al alero del papá, pero no está desvalido, es mucho más power y tiene muchos más recursos de los que la gente cree”, sostiene alguien que ha trabajado con Sebastián.

Ahora, capitán del barco

A mediados del 2022, Sebastián volvió como director a las sociedades de la familia, donde comenzó a conducir Inversiones Odisea, hasta que en septiembre de 2023 asumió formalmente como gerente general. O sea, en 18 años de trabajo, sólo cinco ha estado en las empresas de la familia. Sin embargo, todos quienes lo conocen o les ha tocado hacer negocios con él, coinciden en que está preparado.

“No había sido capitán del buque, pero ha sido tripulante hace rato”, enfatiza un cercano.

Quienes saben cómo se trabaja en Bancard-Odisea creen que, al menos en el corto plazo, Sebastián no realizará grandes cambios estratégicos o en las apuestas de inversión que ya tiene el grupo. De hecho, Piñera Morel ya definió junto a sus hermanos mantener el plan de inversiones trazado para 2024 y no habrá modificaciones al propósito original. Consultada la firma sobre más detalles de este plan, sólo se limitaron a señalar respecto a Sebastián hijo: “El sello que aspira imprimir en su actividad empresarial es mantener su perfil sobrio, ordenado y reflexivo con especial énfasis en los criterios “ESG” (environmental, social and governance)”, dijo Andrés Gazitúa, gerente de administración y finanzas de Odisea.

Hasta ahora su foco inversor ha estado en lo financiero. Sin embargo, una fuente muy cercana admitió que quiere abrirse al “venture capital” o capital de riesgo, que son aquellas inversiones dirigidas al desarrollo de startups, quizás por el “bicho” de Stanford que aún lo marca.

Para ello, deberá apoyarse en buenos colaboradores. “Le gusta formar equipo, es muy preocupado de a quién contratar. Al igual que su padre, busca los mejores talentos jóvenes. Una vez formados los equipos, se preocupa de que estén bien”, cuenta un excolaborador.

En el mercado financiero, de todos modos, las dudas no están en las capacidades de Sebastián, sino en cómo será capaz de responder a las inquietudes ya no de su padre, sino de sus hermanos. “Cómo mantenerse unidos y, al mismo tiempo, sacar adelante sus propios intereses. Antes, el papá era el aglutinador y, frente a las dudas, era él quien cortaba el queque siempre”. Claro, porque aunque Sebastián sea el heredero en términos de gestión de la fortuna, entre sus hermanos va a ser un primus inter pares.

La exprimera dama Ceciclia Morel.

Las fundaciones, en manos de Cecilia Morel

Una de las dudas que restaba por dilucidar tras el deceso del exmandatario era cómo iba a quedar la organización de las cuatro fundaciones en que está involucrada la familia.

Y pese a la carga emocional que ha debido soportar en estos días, la viuda, Cecilia Morel, decidió tomar la conducción de al menos dos de ellas.

La Fundación Futuro, la más antigua y cuyo objeto es fomentar el vínculo entre los profesores y los ciudadanos con el patrimonio, de manera de utilizarlo como material didáctico, estaba en manos de Magdalena Piñera Echenique, hermana del exmandatario y quien lo acompañaba en los momentos del fatídico accidente. Ella había anunciado en diciembre pasado que dejaría su dirección ejecutiva y estaba previsto que la posta la tomara Cecilia More, quien decidió seguir adelante con eso.

Lo mismo con la Fundación Piñera Morel (FPM), que tiene como fin apoyar iniciativas educacionales para niños en condiciones vulnerables y con necesidades especiales. En la dirección ejecutiva de FPM también estaba la hermana del expresidente y en su reemplazo asumirá Cecilia Morel. En esta fundación el presidente es Sebastián Piñera Morel y su esposa, Carmen Ariztía, es coordinadora general de proyectos.

La Fundación Tantauco, encargada de administrar el parque privado de conservación de 100 mil hectáreas que tiene la familia en el sur de la isla de Chiloé, se mantendrá bajo la dirección ejecutiva de Magdalena Piñera Morel.