HACE menos de dos meses, el sector financiero lanzó un hito en el marco de la sustentabilidad en Chile: la creación del Mercado de Bonos Verdes y Sociales, una iniciativa inédita en América Latina, que permitirá a las empresas financiar o refinanciar proyectos que posean un impacto positivo a nivel medioambiental o en un determinado grupo de la población, o una combinación de ambos.
Si bien el lanzamiento es clave, el tema de los bonos verdes ya lleva un tiempo dando vueltas en la mente de los inversionistas locales, principalmente debido al fuerte crecimiento de este tipo de instrumento en otros mercados, principalmente en el europeo.
Para hacerse una idea, un estudio realizado el año pasado por ONU Medio Ambiente sobre cómo el G20 y otras naciones están avanzando en el incremento de bonos verdes, concluyó que el avance de estas herramientas de inversión en el mercado primario ha mejorado la liquidez del mercado secundario.
Según esta entidad, la emisión de los activos basados en capitales verdes crecieron 25% entre 2014 y 2016, "El desafío ahora es aumentar rápidamente los flujos de capital hacia inversiones que apoyen nuestros objetivos de desarrollo sostenible y produzcan negocios verdes comercialmente viables para las próximas décadas", dice Erik Solheim, director ejecutivo de ONU Ambiente.
El estudio hace un listado de cómo diversos países están abordando el tema (ver tabla). Por ejemplo, la Junta de Valores y Bolsa de India emitió requisitos de divulgación para la emisión y cotización de títulos de deuda verde, mientras que Alemania, espera que la ciudad de Fráncfort sea un centro financiero verde. En el caso de China, en junio de 2017, el Consejo de Estado anunció cinco áreas piloto para las finanzas verdes.
De acuerdo con cifras de Climate Bonds Initiative, durante 2017 en el mundo se emitieron Bonos Verdes y Sociales por US$155 billones, una cifra que fue 78% superior a la del año anterior y que se estima podría crecer en 77% este 2018, llegando a los US$275 billones. En este contexto, destaca CMPC, la primera empresa chilena en colocar un bono a nivel internacional, particularmente en la Bolsa de Valores de Nueva York en marzo de 2017.
En nuestro país la primera empresa en subirse al carro, luego del lanzamiento del Mercado de Bonos Verdes y Sociales, fue Aguas Andinas, que emitió el primer bono de calificación "verde y social" para financiar proyectos de abastecimiento de agua potable, infraestructura resiliente y saneamiento de aguas servidas.
El bono de renta fija fue emitido por 1.500.000 de UF con una tasa de 1,80%, equivalente a un spread de 53 puntos base, con una demanda que superó en 3,6 veces el monto ofrecido al mercado, tiene un plazo de 7 años, con tres de gracia, y su uso será certificado por la agencia clasificadora internacional Vigeo Eiris. "Las decisiones de inversión de la compañía tienen un componente muy fuerte en el impacto positivo para la comunidad y el medioambiente de los proyectos que estamos desarrollando", indica Guillermo Pickering, presidente del directorio de Aguas Andinas.
En tanto, BancoEstado -la otra entidad que se ha sumado a esta iniciativa- emitió un Bono Social en pesos chilenos por un total de US$83 millones, con un plazo de cuatro años y una duración de 3,8 años. La tasa de colocación del instrumento llegó a 4,25%, lo que equivale a un spread de 40 puntos base sobre un instrumento libre de riesgo.
"Lo que buscamos es que nuestros grupos de interés conozcan los elementos ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) empresariales y adopten herramientas para desarrollar su negocio de manera sostenible en el largo plazo", explica Lucy Pamboukdjian, gerenta comercial de la Bolsa de Santiago, y agrega: "En ese sentido, la Bolsa emitió una serie de recomendaciones de transparencia y gobierno corporativo, a las cuales 26 empresas emisoras de acciones declararon adherirse voluntariamente".
Es clave el aporte de este tipo de empresas. A mediados de abril, se realizó en Amsterdam la primera Conferencia Internacional sobre Riesgos Climáticos para Supervisores Financieros. La principal conclusión fue que las necesidades mundiales para enfrentar el cambio climático alcanzarán U$S90 billones en los próximos 15 años solo en infraestructura y que uno de los caminos para resolverlo son los bonos verdes. Sin embargo, este tipo de instrumentos representan menos del 2% de la emisión de deuda global.
Para tratar de aumentar el interés del sector financiero, la ONU creó la Coalición de Descarbonización de Portafolios de las Naciones Unidas, que está constituido por más de 30 inversionistas, que en su conjunto administran activos por más de US$3,5 trillones.
A fines de 2017, Sura Asset Management se sumó a este grupo, comprometiéndose sistémicamente a entregar información sobre el carbono y los ingresos provenientes de combustibles fósiles, tanto en el diseño de sus portafolios como en la asignación de recursos. Como accionista de AFP Capital en Chile, el compromiso de Sura Asset Management es contribuir con la sostenibilidad y mitigación de los riesgos asociados al cambio climático, aplicando estrategias para la reducción de la huella de carbono sobre los US$130 billones de activos que administra en la región", comenta Francisco Guzmán, gerente Inversiones AFP Capital.
Incluso, el ejecutivo cree que el sector hoy está mucho más consciente respecto del impacto que generan sus decisiones en el medio ambiente. Además, existe un desarrollo relevante en energías renovables y se han incorporado legislaciones que apuntan en este sentido, como es el caso del Derecho Real de Conservación(ver recuadro)", dice Guzmán.