El sector servicios estadounidense ganó impulso de manera inesperada en agosto, con un aumento de los nuevos pedidos y del precio de los insumos pagados por las empresas, posibles indicios de presiones inflacionarias aún elevadas.
El Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) indicó el miércoles que su PMI no manufacturero subió a 54,5 el mes pasado, la lectura más alta desde febrero y por encima del 52,7 de julio. Una lectura por encima de 50 indica crecimiento en el sector servicios, que representa más de dos tercios de la economía.
Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el PMI no manufacturero bajaría a 52,5, y ningún economista preveía una lectura superior a 53,9.
En el último año y medio, las autoridades de la Reserva Federal han aumentado la tasa de interés oficial en 5,25 puntos porcentuales para desacelerar una inflación excesiva y en los últimos meses han acogido con satisfacción los indicios de que el aumento del costo de los préstamos está empezando a tener efecto.
Según el índice de precios sobre gastos de consumo personal (PCE), la medida preferida por la Fed, la inflación se aceleró un 3,3% en julio con respecto al año anterior, frente al máximo del 7% alcanzado el verano boreal pasado, según los datos publicados la semana pasada.
Por otra parte, un informe del Departamento de Trabajo publicado el viernes indicó que el crecimiento mensual del empleo fue de 150.000 puestos de trabajo de promedio en los últimos tres meses, lo que supone un fuerte descenso con respecto a los 238.000 de los tres meses anteriores a mayo.
También el viernes, el ISM informó de que su PMI manufacturero se contrajo en agosto por décimo mes consecutivo.
Estos signos de enfriamiento han contribuido a consolidar las expectativas de que la Fed mantenga estable su tasa de política monetaria en su reunión de este mes, y que tal vez deje de subirlas.