Según Bank of America, los mercados emergentes podrían ver el "cielo azul" en 2019

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El lado positivo de una venta masiva en las principales monedas de países en desarrollo es que los déficits de cuenta corriente en algunos de los países más vulnerables están desapareciendo.


A medida que los mercados emergentes cierran un duro 2018, vale la pena señalar los aspectos positivos, según Bank of America Merrill Lynch.

El lado positivo de una venta masiva en las principales monedas de países en desarrollo es que los déficits de cuenta corriente en algunos de los países más vulnerables están desapareciendo, dijo David Hauner, estratega de activos cruzados de BofAML, que reside en Londres. Espera que el déficit de Argentina se reduzca a un 2 por ciento el próximo año desde el 6% de este año, y que el de Turquía disminuya a un 2% desde el 4% de este año.

Esas mejoras deberían ayudar a estimular el ingreso de inversores, según Hauner.

Otros factores que impulsan los mercados emergentes incluyen la confianza de los inversionistas, el petróleo y los rendimientos de Estados Unidos. El indicador de sentimiento de mercados emergentes de BofAML es la más bajista desde justo después de la victoria electoral de Donald Trump en 2016, que fue un buen momento para comprar barato. Mientras tanto, Hauner dijo que es constructivo respecto de los precios del petróleo después de que entraron en territorio bajista. Y si el último ciclo económico sirve de guía, pueden transcurrir otros seis meses antes de que la curva de rendimiento se invierta. Mientras tanto, la deuda soberana de las naciones en desarrollo debería superar a la deuda de alto rendimiento de EEUU, dijo.

Si bien 2019 puede ser el primer año desde 2012 en que los mercados emergentes y los mercados de países desarrollados se desaceleran al mismo tiempo, eso no resultó tan mal para la clase de activos. En ese año, las acciones de los mercados emergentes subieron un 15% y superaron el alza del 13% del índice S&P 500. Las monedas de las naciones en desarrollo subieron un 5,5% frente al dólar y la deuda soberana registró su tercer mejor rendimiento anual desde el año 2000.

A pesar de estos signos favorables, BofAML advirtió que las perspectivas de riesgo global para el próximo año son, en general, deficientes en medio del contexto de las alzas en las tasas de interés de EEUU y las tensiones comerciales.

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