La fundadora de Limonada recuerda que hace algunos meses entró un grupo de ladrones a su tienda de calle Estado. Iban con sables. “Era una banda armada con puntos fijos afuera, dos en la puerta, etcétera”. Se llevaron toda la ropa de la marca de vestuario infantil dispuesta en la parte delantera del local, relata Paula Valverde, también presidenta de la asociación de Marcas del Retail. Los delincuentes, al salir, distribuyeron rápidamente las prendas entre varias personas para evitar -dice- ser detenidos. “Frente a este tipo de actos, no tengo nada que hacer”, señala.
El fin de semana pasado, un grupo armada asaltó la tienda Mac Online en Mall Plaza Norte y horas después, un local Apple sufrió lo mismo en Mall Plaza Oeste. El miércoles, el pequeño comercio de Antofagasta protestó con globos negros en sus vitrinas por los hechos de violencia, luego de que en la semana balearan a un comerciante. Urgían por soluciones. Un día antes, de hecho, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, se reunió con representantes de los malls y acordaron cinco medidas, desde incremento de las policías en vísperas de Navidad, hasta sumar a los centros comerciales al Plan Centauro de Carabineros lanzado a mediados de año, lo que implica un reforzamiento de patrullaje y más recursos. Y avanzar en una Ley de Seguridad Privada para aumentar la disponibilidad de guardias capacitados, su certificación y el uso de nuevas tecnologías.
En lo que va del año, la Subsecretaría de Prevención del Delito ha recibido a múltiples exponentes del sector. Walmart, Mercado Libre, la Asociación de Supermercados, Marcas del Retail, entre otros, han pasado por sus dependencias para justamente abordar ese tema... uno que tiene a los retailers invirtiendo cada vez más en un ítem que, si bien siempre ha sido importante, antes -concuerdan en el sector- era más abordable.
El primer semestre, la Cámara Nacional de Comercio publicó un estudio respecto a la victimización en el comercio. Un 58,6% de los 1.214 encuestados había sido víctima de algún delito: el promedio era de 10,6 episodios en el período. Hace un año era el 47,9% de los locales. El peak de esta versión estaba en Antofagasta, con más del 63%. Y si hace unos años el liderazgo lo ostentaba el robo hormiga, ahora era todo lo referente a daños materiales al local, como destrozos e incendios. “La seguridad es hoy lo que más preocupa al comercio”, dice Bernardita Silva, gerente de Estudios de la CNC. “Ya no hay tanto ladrón amateur, sino que son bandas”, añade. Es que hoy no hay opiniones disonantes: los delitos son más violentos. Y si antes 10 o 20 eventos de ‘mecheros’ se traducían en un nivel determinado de merma, hoy esa merma se puede concretar en un solo hecho delictivo, de la mano de multitudes que entran a la tienda.
Así, un 51,2% de los comercios ha aumentado sus medidas de seguridad frente a un año atrás. “La mayoría ha implementado mayores medidas disuasivas. El tema es que me preguntan qué pasa si se ponen detectores de metales en las entradas. Y mi respuesta es: si entran con la pistola desfundada, les da lo mismo”, subraya la presidenta de Marcas del Retail, instancia que reúne a las 178 tiendas que operan más de 2.000 locales en malls.
Medidas al alza
El gerente de Operaciones de Mall Plaza, Antonio Braghetto, señala que en los últimos dos años han invertido US$ 10 millones en seguridad. La cadena ha sido objeto de múltiples ataques. Han incorporado plataformas de gestión de vigilancia electrónica, sistemas de control de acceso vehicular, nuevos sistemas de digitalización y registros de patentes, entre otros instrumentos. “Buscamos en distintos países del mundo, como Israel, tecnologías de vanguardia para abordar el clima de inseguridad que afecta a nuestro país”, subraya el ejecutivo. Sostiene que, con las medidas que han aplicado, han reducido un 20% los delitos, puntualmente robos de automóviles, accesorios y en áreas comunes, además de hurtos en tiendas. “Una cifra que es positiva, pero que no es suficiente ante el alto nivel de violencia y uso de armas que están utilizando los delincuentes”, añaden.
Los balances de Falabella S.A., en tanto, dan cuenta de un alza de 18,3% en elementos de seguridad en el negocio no bancario: pasando de $ 5.911 millones hace un año a $ 6.999 millones.
La presidenta de la Cámara de Centros Comerciales, Katia Trusich, señala que los operadores más grandes del país han invertido casi un 30% más en seguridad que en 2021. A renglón seguido añade, no obstante: “En el contexto delictual que vive el país, la seguridad privada nunca es suficiente ante delitos violentos y se necesita trabajar en conjunto con quienes tienen el monopolio de la fuerza y la potestad de perseguir judicialmente a los delincuentes”.
Y las empresas de seguridad refrendan esos datos. La compañía de protección de activos Alto trabaja prácticamente con todos los retailers de renombre del país. Sus datos apuntan a que en los primeros diez meses de 2022 ha habido un alza de 38% en la cantidad de eventos delictuales que afectan al comercio versus igual período del año anterior. “En lo que va del año, la demanda de nuestros clientes por nuestros servicios se ha más que duplicado en comparación al mismo período de 2021″, destaca el gerente legal de Alto Chile, Eduardo Hernández. Agrega que algunos hacen más hincapié en la contratación o aumento en la dotación de guardias de seguridad y otros en el uso de tecnologías de monitoreo o disuasivas. “Durante el segundo semestre se han duplicado las solicitudes por parte de comercios que buscan no sólo un sistema de alarma confiable y de última tecnología, sino que un servicio confiable y de calidad que les dé seguridad”, apuntalan en Prosegur Alarms Chile.
Las compañías subrayan que de manera inédita se ha ido incorporando también la necesidad de proteger la mercadería en ruta.
Hoy, cada local tiene en promedio unas siete medidas de seguridad, según datos de la CNC. Destacan la instalación de cámaras de seguridad -que si en 2021, un 68% las poseía, ahora es un 81%-, la reducción de efectivo en caja, la instalación de rejas exteriores y de alarmas. La contratación de guardias está bastante más abajo: sólo un 17,9% los posee. En 2018, cada retail utilizaba una media de 2,9 protecciones, aunque desde el gremio precisan que en ese minuto había medidas por las que no se preguntaba como el manejo de dinero en las cajas o la organización vecinal.
Más allá de ello, este año aparece un 8,3% de los retailers que poseen armas de fuego. “Si bien los delitos asociados a hurtos cometidos por mecheros siguen existiendo, hemos visto un alza importante de delitos que son cometidos por bandas más o menos organizadas”, señalan en Alto. Paula Valverde añade que tal escenario a incorporado otro tipo de foco en el eje delictual: las empresas de tecnología que comercializan celulares, smart TV, etc. “Antes robar a una tienda de celulares era imposible por las medidas de seguridad que tenían; sólo podrían entrar armados, bueno... ahora las roban”, dice. “(Se ve) el interés de estas bandas organizadas por productos de mayor valor, como es el caso de la tecnología (celulares de alta gama, tablets y smart TV), y en algunos casos por la sustracción de dinero”, añaden en Alto.
Tal es así que Katia Trusich indica que una de las medidas acordadas con el gobierno apuntó a un proceso progresivo para definir a las empresas telefónicas y tecnológicas como nuevas entidades obligadas. Es decir, eso implica que bajo la supervisión de Carabineros deberán establecer un conjunto de requisitos de seguridad que deberán cumplir para mejorar su seguridad. Los centros comerciales se sumaron a esa normativa -pensada básicamente para entidades públicas y financieras- en 2019.
Con todo, la inversión en seguridad va al alza. Un 65% del comercio tiene hoy como gasto fijo la seguridad. Datos de la CNC dan cuenta de que un local pequeño puede destinar a lo bajo $ 300 mil al mes para protegerse; cifra que puede llegar hasta los $ 2,5 millones en el caso de los retailers más grandes. “Si bien el principal delito al que se ven expuestos dichos establecimientos comerciales es el hurto, no puede desconocerse la ocurrencia de robos con violencia e intimidación que, no siendo frecuentes, generan un grave riesgo para todas aquellas personas que se encuentran en el lugar, se decía en el proyecto de ley que los sumó. Y se puntualizaba como un ejemplo aislado un asaltó con arma de fuego en Plaza Vespucio. Hoy, ya son reiterados.
En el sector estiman que el trabajo en seguridad realizado por las compañías y la coordinación con el gobierno tendrá su máxima prueba durante estas semanas. “Cuando más vamos a ver este tipo de eventos será ahora en noviembre y los primeros 15 días de diciembre, porque lo que roban probablemente lo quieren vender para Navidad”, indica Valderde.