Seis preguntas sobre los polémicos medidores inteligentes

Es el dispositivo que mide el consumo de energía de un establecimiento. A diferencia de los actuales, este es más eficiente y preciso. Las ventajas principales son que el usuario podrá saber cuánto consume cada hora y cuál ha sido el consumo histórico. También habrá un menor plazo de interrupción, si es que se corta la luz.

La Comisión Nacional de Energía (CNE) determinó que era más eficiente. Fue una decisión que se tomó en el gobierno anterior y que se aprobó en el Congreso en enero de 2018.

Con los medidores tradicionales los clientes pagan directamente el costo, pero los dispositivos inteligentes, serán financiados por las empresas y eso se traslada a la tarifa (se estima en alza $200 mensuales en promedio).

La empresa distribuidora deberá realizar la inversión y operación de estos equipos, lo que el cliente pagará a través de su cuenta, así como paga la demás infraestructura de la red.

Estos deben ser implementados por las empresas de distribución. A octubre de 2020, 15% de los clientes debe tener el medidor inteligente; a octubre de 2022, 40%; a octubre de 2024, 80%, y a octubre 2025, 100% de los clientes debe tener un medidor inteligente.

Dado que la implementación de los nuevos sistemas de medición es una exigencia normativa para la prestación del servicio de distribución, es importante que se permita el recambio de estos medidores. Si se niega, la empresa debe informar a la SEC y ellos implementarán las medidas.