La salud, tal como lo evidenció la pandemia, no solo es determinante para las personas y las sociedades, sino también para las economías de los países. En el seminario “Salud: ¿Gasto o inversión?”, organizado el 8 de julio por la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF Chile), se presentaron algunos de los hallazgos del estudio realizado en esta materia por el McKinsey Global Institute (MGI): “Priorizando la Salud: Una receta para la prosperidad”.

En el panel, la experta del MGI, Jaana Remes, profundizó en algunas conclusiones del análisis, como el potencial de la salud en la activación de la fuerza laboral y el desarrollo económico. Al respecto, la exposición de Remes detalló que las mejoras en salud podrían implicar un aumento adicional del PIB de 10% para Chile de aquí al año 2040 (crecimiento equivalente a 44 mil millones de dólares), a un ritmo promedio de 0,5% anual. Esto como resultado de una fuerza laboral más saludable y de los consiguientes aumentos de productividad y reducciones de costos del sistema de salud.

Con las tecnologías hoy existentes, según el citado estudio, por cada dólar invertido en mejoras de salud se obtiene un retorno de 1,8 dólares. “Se estima que las mejoras en la salud explican aproximadamente un tercio del crecimiento del PIB en las economías desarrolladas durante el siglo XX”, agregó en el mismo sentido Mariela Formas, vicepresidenta ejecutiva de la CIF, en la apertura del seminario.

De ahí que la salud, según enfatizó Jaana Remes, puede ser un punto de inflexión económico una vez que se supere la pandemia del COVID-19. “Tenemos una gran oportunidad no solo para retornar a los niveles prepandemia –afirmó la especialista−, sino para tener un avance significativo en salud y prosperidad, y prepararnos para ser más resilientes frente a pandemias y otros riesgos sanitarios”.

A juicio de la economista Claudia Sanhueza, también participante del evento, la salud en Chile no requiere de enormes gastos adicionales, sino mejorar la forma en que el sistema sanitario gestiona los recursos. “En un país como Chile se hace necesario gastar no tanto más, sino gastar bien, lo que significa hacerlo de manera igualitaria y con foco en innovación y ciencia”, precisó. En esa misma línea, el economista Raphael Bergoeing, señaló que de acuerdo al estudio que realizó la Comisión Nacional de Productividad, se observan algunas brechas de nuestro sistema de salud respecto a los países de la OCDE, donde una de ellas es el número de personal de enfermería: “nos encontramos que nuestra brecha es de 4 veces. En Chile tenemos 2,7 enfermeras por cada mil habitantes versus 8,8 en el promedio OCDE, y agregó “llama la atención que no estemos poniendo suficientes recursos en aquel lugar donde sabemos que se resuelven muchos temas, y no sólo para mejorar la calidad de vida, sino también para liberar recursos”.

Una conclusión compartida por los panelistas es que la salud debe ponerse en el centro de las políticas públicas, como un elemento transversal de crecimiento y equidad. Jeanette Vega, exsubsecretaria de Salud Pública, sostuvo en esa línea que “la salud es uno de los indicadores más sensibles de desarrollo; el objetivo de una sociedad saludable se logra cuando construimos políticas públicas con una visión de país a futuro. Los planes de salud no son a 4 años, son a 30 o más”.

El evento estuvo moderado por el profesor de la Escuela de Gobierno UC, Eduardo Undurraga. Revisa el seminario completo aquí: