Nada bien cayeron entre los senadores, autores del proyecto para congelar por 6 meses las cuotas de los créditos hipotecarios y de consumo, las críticas vertidas ayer por el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, el ex superintendente Fernando Coloma, y el comisionado de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), Mauricio Larraín. Ellos calificaron este tipo de iniciativas como riesgosas y que podrían generar problemas de liquidez e incluso la quiebra de algunas instituciones del sistema financiero.

“Esta iniciativa tiene por finalidad que las familias que han sido significativamente afectadas en sus ingresos, posterguen temporalmente el pago de sus créditos sin recargo ni intereses. La formulación de la propuesta se hace cargo de una necesidad social, sin afectar la estabilidad del sistema financiero”, señaló el presidente de la Comisión de Economía, Alvaro Elizalde (PS), quien patrocina el proyecto junto a la senadora Ximena Rincón (DC), y a los senadores Guido Girardi (PPD) y José Miguel Durana (UDI).

El texto fue aprobado en general por la instancia especializada, lo que debe ser ratificado en Sala para que luego la Comisión realice la discusión en particular, momento en que realizarán las audiencias citando a todos los incumbentes incluidos la Asociación de Bancos y la CMF, acotaron los parlamentarios.

“Creo que la CMF y las instituciones financieras no están entendiendo cuál es la situación”, indicó la senadora Rincón al ejemplificar con un caso real al que por aplazar tres cuotas de un dividendo de $361.142, el banco cobraba, al final del hipotecario $696.069, casi el doble del dividendo. “Si ellos creen que así enfrentamos esto de manera “razonable” entonces no están entendiendo nada y tendremos un duro enfrentamiento en el Senado”, anticipó la parlamentaria.

También el senador Durana mantuvo firme su posición: “lo que plantea el proyecto no tiene nada extraordinario de lo que ya ha hecho un banco. Queremos legislar para quienes viven de un sueldo, estamos hablando de la clase media que nunca tiene ningún beneficio y si pierden el sueldo quedan en situación vulnerable. Es bastante acotado y no será uniforme para todo el mundo, sino que está orientado a quienes fueron afectados con reducción de sueldo, o son honorarios con boleta o fueron despedidos, y que no es justo que deban sacar un nuevo crédito. Que ello no depende de la voluntad de un banco sino de una política pública”.

Indicó que escucharán a los bancos, pero expresó sus dudas de que otorgar una facilidad de pagos por un tiempo acotado vaya a significar una quiebra masiva financiera.

“Creo que todos los bancos tienen la espalda para otorgar facilidades a un 20 a 30% de clientes afectados. La verdad es que todas las soluciones no pueden salir del gobierno, mi ideología es de absoluto respeto y reconocimiento al sector privado, pero creo que todos hoy día todos nos tenemos que meter la mano al bolsillo”, puntualizó.

En la misma línea, el senador Felipe Harboe (PPD) defendió la idea del proyecto: “La banca no ha estado a la altura de la crisis. Letra chica e intereses en momentos de una profunda crisis económica. Esto nos obliga a avanzar en una regulación mayor a esa industria ya que han demostrado incapacidad de auto regularse en favor de las personas y pymes”.

En la otra cara, el senador Ricardo Lagos (PPD) quien junto al ex ministro Valdés habían planteado hace un mes congelar 2 cuotas de los hipotecarios y de consumo, llamó a tener cautela a la hora de discutir la iniciativa: “Hay que ser extremadamente cuidadoso a la hora de plantear política de alivio financiero. Una cosa es la que propusimos de dar liquidez a corto plazo, dos meses, y sólo a los bancos que tienen algo de liquidez para enfrentar dos meses de no pago de cuotas, y otra hacerlo extensivo a otras instituciones financieras que no tienen la espalda suficiente para hacer frente a ello. Una cosa es aliviar a los hogares chilenos y otra es que terminemos quebrando instituciones”.