Ya en la cuenta regresiva para que finalice el año, creemos que es importante destacar cuál, según nuestra opinión, fue el principal elemento que caracterizó este 2018.
En este sentido, el factor central fue la desincronización entre el crecimiento de los diversos países del mundo, en donde el alto dinamismo que registró la actividad en EEUU se complementó con la moderación que experimentó el resto.
Lo anterior implicó un desacople entre la conducción de las políticas monetarias, por cuanto la Reserva Federal (Fed) continuó con su proceso de alzas de tasas, mientras que el resto de los principales bancos centrales (zona euro, Japón, China) mantuvo sus estímulos monetarios.
De este modo, vale la pena preguntarse si esto continuará de cara al 2019. El escenario base de la Fed anunciado en septiembre pasado tiene contemplado nuevos aumentos en la tasa de política monetaria en los próximos trimestres.
Sin embargo, creemos importante notar lo siguiente:
(i) los últimos datos de mayor frecuencia en EEUU han dado cuenta de una desaceleración en el agregado, situación que da a entender que el peak de crecimiento en la actividad podría haber pasado.
(ii) la política fiscal estadounidense, si bien contribuiría sobre el crecimiento en 2019, se ha moderado la expectativa asociada a su magnitud, en vista que la nueva composición del Congreso de EEUU podría entregar un contrapeso a la política fiscal de Trump.
(iii) el precio del petróleo ha evidenciado una fuerte caída, situación que ha impactado sobre las expectativas de inflación a distintos plazos.
Entonces, ¿será suficiente el retiro del estímulo monetario efectuado por la Fed, o será necesaria una dosis adicional en 2019? Ya algunos consejeros han manifestado que la política monetaria está en torno a un nivel neutral en términos de impactos de ésta sobre la inflación y la actividad.
Asimismo, el Presidente de la Fed señaló que de ahora en adelante hay que proceder con cautela con los movimientos de tasas, lo que entendemos reflejaría una mayor dependencia de la política monetaria hacia los datos coyunturales más que a una proyección económica.
Al parecer, el próximo año será uno volátil para la renta fija internacional, por lo que mantenemos nuestra recomendación de mantener una alta diversificación en un portafolio de inversión.