Afinidad y valores compartidos. Así define el presidente de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham), Sergio Rademacher, los claves nexos que seguirán manteniendo a Estados Unidos como el principal socio comercial de Chile, pese a la arremetida de otras naciones como China.

A poco más de una semana de cumplirse 20 años del inicio del Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral, Rademacher cree que Estados Unidos debiera seguir incrementando sus inversiones en el país de la mano del litio y el hidrógeno verde. Sin embargo, muestra su cautela sobre la forma en que se aterrice la reforma de pensiones y el efecto que tenga en las AFP, y los riesgos de un eventual colapso de las isapres.

AmCham, que representa a las empresas estadounidenses con intereses en Chile y a compañías chilenas que invierten y exportan a EE.UU., cuenta con más de 480 empresas socias, de 32 sectores económicos. Actualmente, empresas estadounidenses tienen participación en AFP Cuprum (Principal Financial Group), Provida (Metlife) y Habitat (Prudential). En el mercado de las isapres, los capitales norteamericanos están presentes en Nueva Masvida (Nexus Partners) y Banmédica y Vida Tres (United Health Group, UHG).

Estamos a pocos días de los 20 años del TLC. ¿Cómo evalúa su efecto en las relaciones e inversiones bilaterales?

-Es extremadamente positiva. Hay dos hitos relevantes en la relación entre ambos países: los 200 años de relación bilateral y el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado el 2003. Este último ha beneficiado a ambos países en temas de comercio, oferta de servicios e inversiones. Además, facilitó el ingreso de empresas chilenas al mercado estadounidense.

La inversión estadounidense en Chile alcanza a cerca de US$27 mil millones, que es aproximadamente el 8 % del PIB. El 2003 las exportaciones chilenas a EE.UU. alcanzaban los US$3.900 millones y al cierre de 2021 llegaron a US$14.900 millones, es decir, se triplicaron. Hoy también EE.UU. es el principal destino para las pymes chilenas. Ha habido también transferencia de conocimiento, de capital humano, educación y desarrollo de tecnología.

Pero durante el último año EE.UU. ha perdido liderazgo en materia de inversiones en Chile...

-En Chile se están dando los pasos de colaboración, lo que permitirá la llegada de nuevas industrias y esperamos que el inversionista estadounidense se convierta en un actor protagónico en esto. No tengo dudas de que EE.UU. se va a consolidar como el principal socio comercial y estratégico de Chile.

Uno de sus objetivos es lograr que EE.UU. retome su lugar como mayor inversionista extranjero y se convierta en el principal socio comercial de Chile de manera sostenible. ¿Cómo se logrará ese objetivo?

-Probablemente, acelerando lo que ya estamos haciendo. Hay muchas oportunidades de desarrollo de nuevos negocios, en que el inversionista extranjero está muy interesado. Hay discusiones muy importantes acerca del litio, de desarrollos tecnológicos, de data center.

Ustedes han planteado su preocupación al gobierno por las millonarias inversiones de EE.UU. detenidas en Chile…

-Es parte de lo que conversamos normalmente con distintas autoridades, donde les transmitimos las preocupaciones de nuestros socios. Para nosotros hay algunos elementos que son claves para poder seguir desarrollando las inversiones en Chile. Desde AmCham creemos que los cambios en las reglas del juego tienen que ser abordados con una mirada de largo plazo, que hay que acompañarlos siempre de un debate técnico. Esto es importante para seguir atrayendo la inversión y lograr un desarrollo económico sostenible. Avanzar por la vía institucional, contar con certezas jurídicas, con reglas claras y estables es clave.

Chile ha estado viviendo cambios sociales y políticos relevantes. ¿Considera que las reglas del juego en Chile no están claras?

-Los inversionistas extranjeros tienen una mirada de largo plazo al momento de tomar decisiones. Chile no es el único país que está experimentando distintos fenómenos en materia política. En AmCham hemos destacado la forma democrática en que Chile ha encauzado su discusión constitucional. Eso es importantísimo: cómo la sociedad chilena ha podido dirigir sus desafíos político-sociales por la vía institucional. Eso es clave para los inversionistas.

En AmCham hay ciertos principios que promovemos. Por ejemplo, la independencia de las instituciones, la seguridad jurídica, el Estado de derecho, la igualdad ante la ley, la no discriminación arbitraria entre inversionistas locales e internacionales, y la libertad económica y de emprendimiento, entre otros. Todos esos elementos atraen la inversión extranjera. En todas las reformas que estamos viendo hoy, tener los incentivos correctos, tener las señales correctas y contemplar la participación amplia de los privados y del inversionista extranjero, es algo que para nosotros es muy importante.

Varias isapres y AFP tienen dueños estadounidenses. ¿Qué le parece que la reforma de pensiones prometa el fin de las AFP y que haya riesgo de colapso a nivel de isapres?

-En el tema de las isapres, las señales que hoy entregue el Estado de Chile y sus poderes van a ser relevantes para cada una de ellas. Los inversionistas estadounidenses que tienen una presencia significativa en área de la salud, permitiendo tener acceso a mejores prestaciones, innovación tecnológica y tratamientos a millones de personas, han demostrado un compromiso a largo plazo.

Es importante recordar los compromisos que hemos tomado con las reglas que tenían los inversionistas cuando entraron al país. En todas estas decisiones es importante la mirada de largo plazo, la rigurosidad técnica, más allá del debate político. En el tema isapres, las reglas del juego claras y certeza jurídica son claves para los inversionistas de EE.UU.

Y qué pasa en el caso de las inversiones estadounidenses en las AFP…

-En AmCham hemos mirado con atención la reforma de pensiones porque constituye un pilar para el mercado de capitales en nuestro país y, además, hay una importante presencia de inversión extranjera. Por lo tanto, trabajar ahora para definir un sistema que, por un lado, permita la participación de los privados y también dé libertad de elección a los afiliados y proteja la propiedad, es importante. Confiamos en que nuestro sistema político pueda perfeccionar lo que tenemos hoy y, al mismo tiempo, entregue mayores certezas.

Socio estratégico

China ha aumentado presencia en A. Latina de manera explosiva en la última década y, aunque con mayor timidez, también en Chile. ¿Le preocupa en términos estratégicos la mayor influencia de China en Chile?

-Cuando hablamos de un socio estratégico, va más allá del tema comercial. Tiene que ver con valores compartidos, con respeto a los derechos humanos, a la privacidad, a la democracia. Por lo tanto, las relaciones de Chile y Estados Unidos son tremendamente fuertes y van a seguir creciendo.

Se abren muchas posibilidades también para los inversionistas estadounidenses en el litio, por ejemplo. De hecho, la industria de litio tiene un rol tremendamente relevante para las metas de descarbonización y desarrollo sostenible. En esto Chile y EE.UU. tienen metas compartidas y ambiciosas. Eso refuerza la idea de que Chile y Estados Unidos somos socios estratégicos más que socios comerciales, y eso es lo que la hace una relación tan duradera y que se pueda proyectar muchos años más.

Pero no incomoda que China quiera entrar a disputar esta posición de liderazgo...

-Cuando se hacen negocios más profundos, con una mirada más duradera, no tan transaccional, hay que sentirse cómodos con las contrapartes y uno se siente cómodo en la medida que tiene valores compartidos. El nivel de afinidad de valores entre Chile y Estados Unidos es gigante. Cuando se analiza el nivel de valores con otros actores, como el que usted comenta, el escenario se ve distinto. Independientemente de los vaivenes desde el punto de vista de los volúmenes de inversión e intercambio comercial, al largo plazo la afinidad y valores compartidos es lo que va a primar. Eso nos transforma en socios estratégicos.

¿Qué les parece la Estrategia Nacional de Litio lanzada por el gobierno que pone al Estado como controlador de las futuras extracciones del mineral?

-En AmCham siempre hemos impulsado la conformación de alianzas público-privadas. Sin embargo, no creemos que una empresa estatal sea la única forma de desarrollar el mercado litio. Si se abren amplios espacios de participación privada, no solo minoritaria, es posible que se desarrolle un modelo público- privado bien potente que nos permita alcanzar mayor crecimiento robusto, sostenible, que es lo que necesitamos hoy en Chile. Para eso es fundamental que se generen las condiciones que habiliten estos espacios con reglas claras, las señales y los incentivos.

Otro mercado potencial es el de hidrógeno verde, que esperamos contemple la participación de privados, y donde también esperamos que se envíen las señales claras.