Un año altamente desafiante ha sido 2020 para las empresas de servicios básicos, principalmente de agua y luz. Luego que se decretara el estado de catástrofe por la pandemia acordaron, en conjunto con la autoridad, una serie de beneficios para el 60% de la población más vulnerable, por un plazo fijo que fue prorrogado. Paralelamente se legisló -con polémica- un proyecto en el Congreso que buscaba que los beneficios quedaran establecidos por ley. Este fue objeto de un veto por parte del gobierno, con críticas de parlamentarios.
Todo este escenario, sumado a las dificultades para que los clientes paguen sus cuentas, está generando importantes efectos financieros para las compañías sanitarias y de distribución eléctrica. En concreto, en la industria eléctrica ha habido una menor recaudación promedio de entre 10% y 15%, según fuentes de la industria. En el caso de las sanitarias la cifra es cercana al 14%, entre abril y julio de este año, en comparación con el mismo periodo de 2019, según la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess).
En ese sector, calculan que el número de clientes que acumulan entre 2 y 6 cuentas impagas subió de 430 mil casos en el trimestre abril-junio de 2019 a unos 710 mil en el mismo periodo de este año. Esto es, un incremento del 62%, según informó la presidenta ejecutiva de Andess, Jessica López.
“Pese a la menor recaudación, la industria mantiene su agenda de inversiones, sobre todo porque muchas de las obras y proyectos en ejecución buscan enfrentar el escenario de sequía y cambio climático y asegurar la provisión de los servicios de agua potable y saneamiento a todos los hogares urbanos del país, además de contribuir a la reactivación económica y generación de empleos tras la pandemia”, sostuvo López.
El problema, acusan fuentes de las empresas de servicios básicos, es que aunque el acuerdo firmado con el gobierno está destinado a una parte de la población, en la práctica no se está cortando el servicio por no pago a ningún cliente.
“Como industria sanitaria nos hemos comprometido a que todos nuestros clientes seguirán contando con agua durante la emergencia, aún si enfrentan problemas con el pago de sus cuentas, por lo que suspendimos desde marzo todos los cortes por morosidad. Estimamos que medio millón de familias en todo Chile se ha beneficiado de esta medida”, señaló López.
Cuentas de luz
En el sector eléctrico, que abastece a 6,5 millones de clientes, calculan en 700 mil quienes no están pagando su cuenta de luz. Sin embargo, solo unos 100 mil son los que se han acogido de manera oficial a los beneficios que ofrecen las compañías, según fuentes del sector. El número de morosos, proyectan, está en torno al 15%.
“Producto de la situación sanitaria y económica por la que atraviesa el país, hemos visto un incremento en la morosidad de los clientes y que es consistente con las cifras que hemos visto en otros sectores. Si bien la gran mayoría de nuestros clientes se esfuerzan en pagar sus cuentas eléctricas a tiempo, existe una parte no menor, que se ha visto complicado. Para esto hemos implementado desde marzo pasado una serie de medidas, como, por ejemplo, el no corte de suministro por no pago, y el prorrateo de las deudas en 12 meses”, sostuvo el director ejecutivo de Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo.
Los balances a junio de las dos principales distribuidoras eléctricas del país, Enel y CGE, ya reflejan el impacto de esta situación. En el caso de la compañía controlada por la hispana Naturgy, las provisiones por incobrabilidad pasaron de $6.370 millones en el primer semestre de 2019 a $19.656 millones. Según explicó la empresa en su balance, esto obedece a dos razones. “Primero, por un deterioro de las condiciones de la cartera de clientes vulnerables con énfasis desde la crisis social de octubre de 2019 y que -parcialmente- se vieron reflejadas en el cierre del mismo año; y, en segundo lugar, por efectos no recurrentes asociados a la crisis sanitaria actual debido a la pandemia de Covid-19, que ha generado efectos en la evolución de las variables de crecimiento y mayor desempleo, afectando la capacidad de pago de los clientes residenciales y pequeñas y medianas empresas, con la consecuente postergación de pagos”, se indica.
Enel reporta importantes aumentos en la morosidad de su cartera. Los números totales muestran un aumento del 169% en la cartera morosa de 61 a 90 días, del 270% en la cartera de 91 a 120 días y de 155% en la de 151 a 180 días. También aumentó fuertemente la cartera morosa con más de 250 días (71%).
“Efectivamente se ha visto un aumento en la morosidad de nuestros clientes de manera transversal, lo que se reflejó en un aumento significativo (186%) en las pérdidas por deterioro de la deuda comercial respecto del mismo periodo del año anterior, según lo informado en nuestros estados financieros al 30 de junio de 2020, influido por la menor capacidad de pagos de los clientes comerciales, industriales y residenciales por la pandemia. Este impacto no afecta la estabilidad financiera de la empresa. Creemos que es relevante que, también con la ley de servicios básicos vigente, quienes pueden pagar continúen haciéndolo normalmente”, explicaron desde esa compañía.