E l gigante egoísta” se tituló una columna de opinión que en julio de 2020 publicó en este medio de comunicación el arquitecto Iván Poduje. En el documento hacía mención a las más de 1.000 hectáreas abandonadas o eriazas que hoy están en manos de organismos públicos como el propio Serviu, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y también las Fuerzas Armadas. Se trata de 206 terrenos que están ubicados en lugares centrales de la Región Metropolitana -con buena conectividad-, repartidos entre la zona oriente, poniente y sur de la capital y cuyo valor comercial asciende en total a UF 61,7 millones, es decir, unos US$ 2.464 millones.

“Entonces, ¿por qué no se desarrollan? ¿Por qué el Estado retiene esta tierra como un gigante egoísta, mientras miles de personas deben vivir hacinadas o esperar años para juntar el pie de su departamento?”, se pregunta Poduje en la columna.

La primera razón, dice hoy el arquitecto, es que “los incentivos de los organismos públicos que controlan el suelo no están alineados con el interés público”, que en este caso es utilizar estos terrenos para la construcción de 53 mil viviendas que cubren casi un tercio del déficit total de la región -si todas se destinan a segmentos vulnerables-, y también para parques recreacionales, idea que Poduje está impulsando formalmente desde el año 2019. Sin embargo, el arquitecto sostiene que el interés de estas reparticiones e instituciones públicas es “hacer caja”. Un ejemplo de aquello, cuenta, es la venta del terreno ubicado a un costado del Hospital Militar, en La Reina, y que el Ejército de Chile puso a la venta en agosto pasado -vía licitación-, subasta que hizo alzar la voz de los vecinos de la comuna. El terreno en cuestión está avaluado en US$ 25 millones. “Es una vergüenza. Es que los terrenos prescindibles para la labor militar no pueden ser vendidos a las inmobiliarias”, señala. Añade que las FF.AA. “reciben un presupuesto para pagar todos sus costos operacionales y de operación, por lo tanto, no hay ninguna razón para que, además, vendan terrenos. Y lo siguen haciendo”.

De acuerdo a la información que ha levantado Atisba Monitor, donde Poduje es socio, las Fuerzas Armadas tienen 995 mil metros cuadrados de terrenos en calidad de eriazos, lo que equivale al 9% del total de la superficie eriaza en manos de organismos públicos y que tienen un valor comercial que asciende a US$ 298,9 millones. Pero no solo son las ramas castrenses las que tienen este tipo de terrenos, también está EFE, empresa del Estado que cuenta con cerca de 300.000 metros cuadrados de terrenos sin uso, cuyo valor comercial asciende a US$ 112 millones.

También está el INIA, que tiene 1.300 metros cuadrados que equivalen al 12% de la superficie que Atisba califica como abandonada y que tienen un valor comercial de US$ 109 millones (ver infografía).

El nuevo plan de EFE

En EFE sacan la voz. El gerente general, Patricio Pérez, explica que la empresa está en un plan junto con el Ministerio de Vivienda para transformar algunos terrenos que la empresa ya no tiene para uso ferroviario. “Hemos venido desarrollando un plan bien activo con el Ministerio de Vivienda. De hecho, en 2019 firmamos un convenio donde empezamos a ver cuáles de estos terrenos podían permitir el desarrollo de proyectos habitacionales o recreativos”, detalla el ejecutivo. Añade que a la fecha ya son 16 los terrenos que pasaron al Minvu. “Tenemos proyectos tanto en la Región Metropolitana como en el Maule, Biobío y en Los Lagos”, complementa.

Pérez también destaca el acuerdo que hace unos meses cerraron con el municipio de Viña del Mar. Se trata de 9.000 m2 que están ubicados en pleno centro de la ciudad, actualmente abandonado y que ahora será un parque. “Estructuramos un convenio para desarrollar un área recreativa -Parque Lo Álvarez- de alto aporte para la ciudad”, comenta.

En cuanto a la venta de terrenos en desuso a privados, indica que hace “tres o cuatros años que EFE no vende terrenos a privados. Hoy estamos buscando modelos gatillados y coordinados con el Ministerio de Vivienda y que apuntan a terrenos que tienen propósitos, como el Parque Lo Álvarez, de contribución urbana”, dice.

En el INIA también explican su rol dentro de los organismos que tienen terrenos sin uso. La Platina es uno de sus terrenos emblemáticos que en 2011 apareció como una de las zonas donde la Universidad de Chile podría haber construido su estadio. La idea, sin embargo, se desechó en esa oportunidad debido a un conflicto jurídico por la propiedad del terreno entre Vivienda y el INIA. El conflicto nació en diciembre de 1999 cuando ambos organismos firmaron un acuerdo de compraventa por más de $ 6.300 millones para traspasar 160 ha del predio al Serviu.

Hoy, en las 270 hectáreas que tiene el predio ubicado en La Pintana ya se logró cambiar el uso de suelo -que era agrícola- y ahora se podrán construir viviendas, zonas de servicios y la habilitación de áreas verdes. Según Iván Poduje, las conversaciones entre el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y el Minvu siguen siendo complejas. Pero Pedro Bustos, director nacional del INIA, aclara los puntos: primero recalca que el organismo es una “corporación privada sin fines de lucro” y que desde el año 2012 están trabajando con Vivienda “para avanzar en una transformación gradual de La Platina”.

“En este sentido, la modificación del Plan Regulador de Santiago de 2019, que modifica el uso del suelo y las condiciones para el desarrollo urbano, representó un aspecto clave para avanzar en dicho proceso. Cabe destacar que actualmente el INIA ya ha transferido al Serviu Metropolitano 101 hectáreas netas de terreno que incluyen 46 ha que serán destinadas al desarrollo de un parque que será uno de los más grandes de la RM. Además, existe un convenio de colaboración formal entre ambas instituciones para buscar oportunidades e iniciativas de desarrollo conjunto en beneficio de La Pintana y las familias que se verían beneficiadas”, explica Bustos.

Gestión de suelo del Minvu

En el Ministerio de Vivienda explican que los problemas con el INIA ya terminaron, pues hace dos semanas lanzaron la licitación para la construcción de las primeras mil viviendas en esos predios. “Eso son suelos nuestros que desde hace muchos años hemos ido trabajando con el INIA también”, cuenta Guillermo Rolando, subsecretario de Vivienda.

Explica además que la cartera ha estado en un papel bien activo buscando nuevos suelos. Esto, gracias a una nueva herramienta otorgada en 2019, donde al ministerio se le permite buscar terrenos que estén bien ubicados, que tengan los servicios básicos y que también tengan la norma urbanística para poder construir viviendas y no sean solo retazos o áreas verdes. “Hacemos una buena evaluación, porque ya estamos haciendo gestión en 96 terrenos a lo largo de todo el país”, dice.

La fórmula del Minvu para adquirir los terrenos -hasta ahora- no ha significado hacer desembolsos adicionales, aclara Rolando. Cuenta que para concretar compras de los terrenos, uno de los modelos que está utilizando es permutando algunos sitios con Bienes Nacionales.

“Otro modelo es el que estamos usando con EFE, donde en pocas semanas anunciaremos un acuerdo para un terreno que está ubicado en la zona central de la ciudad para poder desarrollar un proyecto de arriendo de viviendas, donde el 30% de esas viviendas van a estar bajo la figura de arriendo protegido, que es uno de los programas del ministerio. En ese caso no es desembolso de recursos nuestros”, afirma.

Por eso, hasta ahora la evaluación que hace es positiva. “En general, se está haciendo bastante buena gestión con las otras entidades públicas. De todas maneras, esto hay que seguir perfeccionándolo y potenciándolo, pero creo que ya hay avances bien importantes”, dice Rolando.

Y en cuanto a las Fuerzas Armadas, el subsecretario de Vivienda detalla que ha tenido conversaciones con la Fach para la adquisición de algunos terrenos en Iquique y que también han conversado con el Ejército de Chile, “las cuales aún no se concretan”, señala Guillermo Rolando.

Para este reportaje el Ejército de Chile fue contactado, pero al cierre de la edición, las consultas no fueron respondidas.