El impacto de la reforma previsional en las arcas fiscales ha sido un tema de preocupación no sólo de las autoridades de gobierno, sino también de la oposición. De hecho, varios ex ministros de Hacienda dieron a conocer sus reparos.

En régimen, el proyecto contempla un costo de US$3.500 millones. Ante estos cuestionamientos, desde el gobierno han señalada en reiteradas oportunidades que los recursos provendrán de las holguras fiscales.

La postura del gobierno tuvo un par de respaldos relevantes en las últimas jornadas: las clasificadoras de riesgo. Sí, las mismas agencias que mostraron preocupación por el acelerado endeudamiento del país.

Primero lo hizo Fitch Ratings, entidad que afirmó que "la reforma previsional impulsada por el gobierno está en línea con nuestras expectativas y lo que el Presidente (Piñera) indicó durante su campaña, por lo que no cambia nuestras proyecciones fiscales".

A su juicio, la meta de consolidación fiscal estructural (0,2 pp del PIB por año) fue escogida precisamente para atender a demandas sociales de este tipo, lo que "sigue bastante alcanzable".

Ayer, en tanto, fue el turno de la agencia Moody's: "No esperamos que la reforma altere fundamentalmente la hoja de ruta de la consolidación fiscal". Incluso estimó que los potenciales efectos en salarios podrían ser compensado por el mayor gasto de los jubilados debido a los mayores ingresos.

Sin duda la reforma propuesta requerirá un esfuerzo fiscal relevante, no obstante, la visión de las clasificadoras es clara y debería contribuir a enfocar la discusión en el Parlamento al fondo del proyecto, que es cómo mejorar las pensiones.