Holger Paulmann, sucesor del fundador de Sky Airline, Jurgen Paulmann, dijo hace algunos meses que la firma podría sobrevivir a la crisis del coronavirus por este año. Claro, con el cinturón apretado. No obstante, ya comenzó el plan para levantar recursos.
Esta semana la compañía llegó a un acuerdo con el sindicato de pilotos, quienes cedieron beneficios, como una reducción más fuerte de su sueldo base de manera temporal, y algunos acordaron trabajar por quincenas. De todas formas, es probable que haya ciertos recortes de personal más adelante, lo que entienden los sindicatos.
“La compañía ha cuidado mucho a su gente (...) pero tenemos incertidumbre respecto sobre qué pasará cuando termine la Ley de Protección al Empleo en septiembre, porque tenemos una dotación muy alta y entendemos que los números no dan. Despidos va a haber y estamos tratando que sean los menos posibles”, indica Marcia Bustos, presidenta del sindicato de tripulantes de Sky.
En tanto, José Domingo Márquez, presidente del sindicato de pilotos de Sky, destaca que con la empresa han tratado de llegar a los mejores acuerdos posibles, entendiendo la situación de la industria. Pero su inquietud apunta al gobierno. “La incertidumbre es porque el Estado aún no ha presentado una ayuda y eso nos hace estar terriblemente preocupados por el futuro. Las otras aerolíneas tienen financiamientos internacionales y nosotros no, y eso que somos la única 100% nacional”, recalca.
Desde Sky calculan que, de forma optimista, en diciembre la industria aérea operará a un 50% de pasajeros y vuelos respecto al cierre de 2019, mientras que en diciembre de 2021 esperan que se llegue al 80% de capacidad de lo que se tenía en 2019. Lo anterior haría insostenible mantener toda la dotación previa a la crisis.
Con este panorama, la empresa se ha movido para poder obtener nuevas fuentes de financiamiento, activando reuniones con distintos ministerios para poder recibir, al menos, garantías estatales para poder endeudarse en condiciones más favorables. Aspiran a estar incluidos en el plan Fogape Plus, que aún no se aprueba a nivel político.
Para seguir proyectándose en el largo plazo, Sky busca financiamiento y socios para tener un runway -o alargar la caja- por más tiempo para asegurar su operación. Fuentes cercanas a la firma recalcan que Sky calcula que la pandemia afectará a la industria aérea por 18 o 24 meses, por lo que aspiran a tener liquidez suficiente para poder aguantar ese tiempo e, incluso, salir más fortalecidos que sus competidores gracias a la ventaja de costos. Por lo demás, estiman que el mercado aéreo doméstico se recuperará antes que el internacional.
El plan de vuelo de BTG
Entre abril y mayo de este año la línea aérea licitó privadamente la contratación de un banco de inversión para buscar financiamiento que les permita sostenerse hasta 2021. La idea era que se preparara un bono convertible en acciones -que podría ser el primero tras La Polar en 2015- para poder cristalizar la inyección de nuevos recursos. BTG Pactual fue la firma de finanzas corporativas que se adjudicó el mandato.
BTG tanteó la plaza local, pero llegaron a la conclusión de que la mejor opción será emitir un bono en el mercado internacional, debido a que la aerolínea no está inscrita en el registro de la Comisión para el Mercado Financiero, por lo que cualquier bono convertible tomaría meses y la urgencia es sellar la inyección de capital en el corto plazo.
Para emitir un bono en el extranjero ya definieron un monto: US$ 100 millones son los que se quieren levantar, en un instrumento convertible en acciones. Para dotar a los posibles inversionistas de una ventana de mayor liquidez o salida, la idea es concatenar esta propuesta con una futura apertura en bolsa de la aerolínea -en la cual los Paulmann Mast seguirían siendo los controladores-, la que se proyecta para 2024.
¿Por qué para esa fecha? Porque la idea es que la apertura se concrete un año antes de que venza el plazo del pago final del bono, que hasta ahora se contempla que sea en 2025. En caso que no se emita el bono, se diluiría la opción de la apertura en bolsa.
La aerolínea Sky que se proyecta para 2023, previo a su posible apertura en bolsa, es con aviones A-320 Neo XLR, que son las naves de largo alcance del mercado con mayor eficiencia de combustible y que generan menos emisiones. Fuentes ligadas a la empresa aseguran que el plan es que esta flota haga vuelos como Santiago-Miami o Lima-Nueva York o Los Ángeles, sin escalas. Sky, que es la firma con los aviones más nuevos de la región, será la primera en toda Latinoamérica en operar ese modelo de Airbus a fines de 2023, que es para cuando se estima su arribo.
Con la crisis del Covid-19, Sky pasó de tener una flota de 26 aviones a 17, y recientemente lograron postergar la entrega de aviones entre 6 y 12 meses, por lo que este año llegarán solo dos naves más.
El roadshow para atraer inversionistas de cara a la emisión del bono internacional se iniciará en los próximos días y las reuniones con el mercado se extenderán por tres o cuatro semanas, y luego se colocaría el bono.
La línea aérea nacional tiene una deuda en torno a los US$ 800 millones, donde el 95% de ella proviene del financiamiento de los aviones con entidades especializadas.
En caso de no resultar exitosa la fórmula de la emisión del bono convertible en acciones en el mercado internacional, la firma y sus asesores barajan otras opciones, como un financiamiento privado en Chile, o nuevas líneas con la banca. Sean cuales sean las alternativas, miran de reojo un apoyo del Estado a través de garantías que les pueda asegurar un mejor financiamiento.
La valorización de Sky no es del todo clara, dado que es una firma cerrada y que no comparte sus balances, y no hay visibilidad de sus ingresos futuros. Sin embargo, en el mercado de capitales calculan que podría valorizarse entre US$ 150 millones y US$ 600 millones.