Socio de MBI inversiones: "Una interconexión que establezca un pago a la Bolsa de Comercio de Santiago por sus servicios nos parece adecuado"
MBI Inversiones administra activos por más de US$3.000 millones a través de tres áreas de negocio: una corredora de bolsa, 21 fondos de inversión (14 públicos y 7 privados) y asesoría en inversiones. Germán Guerrero, uno de sus socios fundadores, analiza la eventual interconexión bursátil, los planes de la compañía y el panorama económico.
¿Cómo ven la eventual interconexión bursátil que se ve en el Congreso?
-La opinión final dependerá de cómo salgan las normas, pero en el extremo si resulta una interconexión totalmente libre sería totalmente expropiatoria y haría desaparecer la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS).
¿Por qué?
-Porque la BCS ha invertido mucho más que la Bolsa Electrónica en sistemas y en su plataforma transaccional, por lo que la primera cobra más que la segunda a sus corredores.
Entonces, los corredores que están en la BCS sentirán el incentivo de cambiarse a la BEC, porque podrán acceder al mismo servicio, pero a un costo mucho más bajo, lo que podría llevar a la quiebra a la BCS.
¿Cómo se podría evitar eso?
-Si la ley final establece una tarificación, en el sentido de cobrar un precio tanto a la BEC como a sus corredores que reconozca las inversiones realizadas por la BCS, puede ser razonable.
Una interconexión mal hecha es una expropiación, mientras que una interconexión que establezca un pago justo por el servicio que tiene la BCS nos parece adecuado.
¿Qué planes tiene MBI?
-En los últimos años hemos estado enfocados de forma creciente en activos alternativos que tengan un bajo riesgo y un retorno razonable. Dentro de eso tenemos el fondo de deuda alternativa, que partió en 2015 y que tiene más de $80 mil millones, y ha rentado 6% nominal al año. También tenemos un fondo de deuda privada, que el año pasado rento 7,6% nominal.
Es decir, estamos apuntando a fondos públicos con retornos de entre 6% a 7%.
¿A qué sectores apostarán?
-Queremos mantener los fondos de energía e inmobiliarios, y apostaremos por crecer en deuda privada y por diversificarnos en renta inmobiliaria hacia bodegas y edificios.
¿Cómo ven a la economía local para este año?
-El 2018 claramente fue un punto de inflexión para las tasas de crecimiento que venía mostrando Chile y creemos que en 2019 y 2020 tendremos un crecimiento razonable, que hay mejores expectativas, pero que tenemos desafíos pendientes importantes. Para que Chile vuelva a crecer a tasas altas en forma permanente se necesitan hacer varios cambios que son difíciles políticamente.
¿Qué tipo de cambios?
-Por ejemplo, si uno habla de las reformas laborales, el grueso de las leyes laborales viene de hace unos 50 años, cuando no existía internet, por lo que todo lo que es flexibilidad laboral y teletrabajo, entre otros temas, no están incluidos, y esos son los ejes centrales que impulsan a las economías desarrolladas. También es relevante que se ejecuten políticas públicas que contribuyan a aumentar la productividad.
¿También incluye el sistema de pensiones?
-Así es. Hoy estamos discutiendo si se debe subir la cotización previsional cuatro puntos más, pero en países desarrollados la discusión es si es suficiente con un 20% de tasa de cotización, por lo que nuestra conversación ya está obsoleta en comparación a esos países.
¿Cómo evalúan el proyecto enviado por el gobierno?
-El proyecto va en el camino correcto, pero es insuficiente. Chile tiene una expectativa de vida bastante alta, que es similar a la de países desarrollados y en algunos casos un poco mayor. Entonces, deberíamos tener tasas de ahorro similares a la de países desarrollados para que sean acordes a nuestras expectativas de vida.
Y respecto a la reforma tributaria, ¿qué cree que falta?
-Más allá de si los impuestos son más altos o más bajos hay que pensar en un sistema tributario más simple. Por ejemplo, nadie habla de la productividad, pero cuando tienes una burocracia por el tema tributario terminas afectando al pequeño empresario, lo asfixias y termina desapareciendo, porque para poder lidiar con eso tiene que contratar a tres contadores, lo que se hace insostenible.
En cambio, el gran empresario puede contratar a muchos asesores tributarios y no le resulta tan pesado, lo que va generando una mayor concentración del poder económico.
¿El proyecto va en la dirección correcta?
-La intención va en la dirección correcta, pero creo que no se hace cargo de cómo quitar carga burocrática para aumentar la productividad de las empresas, en particular de las pymes.
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