Su antiguo socio, Joaquín "El Chapo" Guzmán, enfrenta un juicio en Nueva York por cargos de narcotráfico. Su hijo, que se declaró culpable de contrabando de toneladas de cocaína y heroína hacia Estados Unidos, será sentenciado en Chicago el próximo mes.
Con esto, Ismael Zambada García, extrabajador de 70 años del campo de amapolas más conocido como "El Mayo", queda luchando para mantener el control del cartel de drogas más grande del mundo y de una fortuna que el Índice de Multimillonarios de Bloomberg estima que asciende al menos a US$3.000 millones. Las autoridades estadounidenses planean la confiscación de US$14.000 millones del Chapo.
Durante varias décadas, El Mayo y el Cartel de Sinaloa construyeron un imperio sobre la cocaína, la heroína y el tráfico de personas, cambiando de línea de productos en respuesta a la demanda, acaparando mercados en EE.UU. y expandiendo las exportaciones hasta Australia. El cartel es acusado de lavar dinero a través de algunos de los bancos más grandes del mundo, inyectándolo en compañías nacionales y cuentas en el extranjero.
El dinero se invirtió en casi 250 compañías, muchas de las cuales todavía están en operación, según la Administración para el Control de Drogas (DAE, por sus siglas en inglés) de EE.UU. La red de negocios se extiende desde Culiacán, capital de Sinaloa, hasta Panamá, Honduras y Colombia. Incluye un parque acuático y una guardería infantil que supuestamente estaba a cargo de la hija de Zambada, María Teresa. El Departamento del Tesoro de EE.UU. la señaló como parte de la organización de su padre en 2007 por su papel en la propiedad de las compañías ficticias del cartel.
"Tiene una cartera muy diversificada", dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA. "A pesar de que sólo tuvo acceso a educación primaria, ha recibido una educación a nivel de Harvard de algunos de los más prolíficos, experimentados y astutos capos de la droga que México ha tenido".
El cartel ha obtenido un promedio de US$11.000 millones al año por las ventas a través de la frontera norte, según un análisis de Bloomberg basado en las cifras de incautación y fijación de precios de la DEA. La cifra es probablemente conservadora, ya que excluye los ingresos desde los mercados no estadounidenses. El cálculo también supone que la mitad de todas las drogas destinadas a EE.UU. son incautadas.
El análisis estima que el alto mando del cartel se embolsó al menos el 5 por ciento de los ingresos brutos, basándose en las estimaciones de personas con conocimiento del negocio del cartel que pidieron no ser identificadas. A esa tasa, Zambada habría obtenido US$3.000 millones desde 2001.
Pero ahora que Zambada se encuentra oculto en las montañas del norte de México y que el Departamento de Estado de EE.UU. ofrece una recompensa de hasta US$5 millones por información que ayude a su arresto, el último capo de la droga podría perder el control del mayor cartel del mundo. La tasa de asesinatos en México se está disparando dado que los antiguos aliados del Chapo perciben un vacío de poder y los rivales regionales se están fortaleciendo.
La imagen más clara del imperio que controla Zambada proviene de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU., una rama del Departamento del Tesoro, que identifica a personas y empresas vinculadas al cartel.
Las autoridades estadounidenses han "cerrado algunas de las empresas, no todas", dijo Vigil. Las leyes mexicanas de confiscación de activos y las incautaciones tienen muchos vacíos legales".
Los representantes de la Procuraduría General de la República de México no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El cartel de Sinaloa ha logrado sobrevivir por tanto tiempo, en parte, debido a su capacidad de actuar como un negocio, respondiendo a los cambios en la demanda, manejando cadenas de suministro internacionales y estableciendo redes en los mercados globales.
Bajo la administración de Zambada, el cartel extendió los vínculos de suministro de precursores químicos hasta China, importando las materias primas y enviando el producto terminado a los mercados de EE.UU. y otros lugares.
Las divisas se lavan a través de un sistema complejo y en constante cambio. Un método popular en la actualidad es el lavado de dinero basado en operaciones comerciales, en el que las ganancias de la droga se utilizan para compras al por mayor de ropa, a menudo de fábricas en China. Los productos, frecuentemente falsificados, se envían a negocios legítimos en México, donde se venden con un margen de beneficio, lo que genera ganancias adicionales.
Pero quizás la innovación más exitosa que Sinaloa ha traído al mercado ha sido una variada mezcla de productos, una diversificación que ha llevado al cartel desde exportar cargamentos a granel de marihuana y cocaína hasta proveer drogas como la cepa sintética de la heroína conocida como fentanilo.